El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.
domingo, 9 de octubre de 2011
CARLOS AGÜERO ECHEVERRIA, DESDE MI PERSPECTIVA Y EL PRIMER RECUPERE QUE HACE EL FSLN EN LA EMPRESA “SANTA CECILIA” DE MANAGUA.
Conocí a Carlos Agüero Echeverría a comienzos del año 1968 debido a que su padre el doctor Carlos Agüero Rocha, hermano de Fernando Agüero Rocha, el hombre que condujo la marcha del 22 de Enero de 1967 y que cambió toda la sangre derramada por el pueblo de Nicaragua aquel fatídico día por un asiento en el triunvirato que pactó con Anastasio Somoza Debayle, vivía a 20 varas de mi casa en la Managua pre terremoto. Don Carlos Agüero Rocha era un señor muy soberbio, orgullosos de su estirpe conservadora y una persona que miraba por sobre el hombre a toda la población.
Uno de esos días de 1968 apareció Carlos Agüero Echeverría, su hijo, quien vivía en Costa Rica e hijo de madre costarricense. Carlos era diametralmente opuesto a su padre porque era humilde, cariñoso con las personas y especialmente con la gente más pobre, de noble y extraordinario corazón, estudiante disciplinado y un gran amigo y más que amigo, hermano.
Todos estos valores tenían su razón de ser. Carlos Agüero Echavarría era militante del FSLN y no una vez, en ausencia de su padre, su casa sirvió de casa de seguridad para aquel Frente Sandinista, muy débil en ese momento, con su principal dirigente Carlos Fonseca y los principales comandos prisioneros en Costa Rica y en la plena clandestinidad.
Desde su venida a Managua, Carlos se convirtió en mi amigo, un gran compañero, una persona con quien compartió muchas confidencias conmigo a pesar de la compartimentación obligatoria de la organización debido a que cualquier infidencia ponía en riesgo de muerte a los miembros del Frente que estaban en la clandestinidad. Carlos era un guía y formador para mí que en esos momentos estaba tomando una conciencia mucho más clara de la realidad social y política de Nicaragua.
Desde mi perspectiva en el tiempo, Carlos era un muchacho un poco mayor que yo, de tez blanca y ojos verdes, que caminaba muy rápido y hablaba tan rápido como caminaba pero que sabía muy bien como guardar la discreción de su vida organizada ante el tirano de su padre con quien todos los días asistía a misa en la iglesia San Antonio.
Carlos estudiaba el año básico en la UCA y fue él precisamente quien facilitó que yo ingresara a ese centro de estudios un año después que él lo había hecho.
En mi adolescencia yo siempre fui un muchacho estudioso, metido en los libros y con deseos de superarme porque tenía muy claras mis metas en la vida. Siempre se me podía ve por las tardes sentado en una silla en la acera de mi casa estudiando lo que por la mañana había aprendido en el instituto y estudiaba con mas ahincó porque ese era mi último año para graduarme de educación Media.
Al poco tiempo de venir a Nicaragua Carlos pasó por mi casa y conversamos por largas horas de muchos temas y los más importantes, los temas sociales. Desde ese día la visita de Carlos Agüero a sentarse en la puerta de mi casa por las tardes prácticamente se volvió una costumbre excepto aquellos días en que se perdía por muchas tardes debido a las tareas de la organización.
Ante todo el mundo y los vecinos somocistas que teníamos y los también muy adinerados vecinos entre ellos el señor José Rodríguez Blen, dueño de la fábrica de licores “Santa Cecilia” que vivía también a media cuadra de mi casa y vecino de Carlos.
El señor Rodríguez también era muy semejante a el doctor Agüero, hombre soberbio y de misa diaria a la que pasaba todas las tardes, a eso de las cinco, acompañado de su esposa y sus hijos pero eso hay que reconocer que por mucho dinero que hubiera tenido siempre al pasar saludaba con un “Adiós” a Carlos y a mí.
Carlos Agüero pasaba como un estudiante más; un tico hijo del doctor Carlos Agüero y que estaba estudiando en Nicaragua pero la realidad era otra y muy pocos la sabíamos.
A mediados de 1968, la vista normal de Carlos a mi casa tuvo una connotación extraña pues al despedirse esa noche me estrechó la mano muy fuerte y me dijo que se sentía orgulloso que yo fuera su hermano.
A la mañana siguiente de ese de día las Radio Mundial lanzó un avance informativo de que las oficinas administrativas de la empresa Santa Cecilia, que quedaban a cuadra y media al sur de mi casa y vecinas de la casa del doctor Fernando Agüero Rocha, habían sido asaltadas por un comando que se identificó como del Frente Sandinista y se habían llevado una gran cantidad de dinero.
Esa noticia causó revuelo en la Managua de entonces y yo la escuché de lo más tranquilo cuando acababa de regresar de clases. Me senté en la sala de mi casa y habrían transcurrido dos horas cuando llegó Carlos con un maletín y me dijo que le guardara “eso” en el lugar más seguro. No le pregunté nada pero una sola mirada bastó para comprender lo que sucedía.
Un poco antes de las cinco de la tarde de ese mismo día llegó Carlos como de costumbre y nos sentamos en la puerta a conversar y en eso estábamos cuando en la acera de enfrente pasó don José Rodríguez Blen con su familia, el mismo que había sido asaltado por la mañana, con rumbo a la iglesia de San Antonio. Como siempre don José saludó con un “Adiós” al par de jóvenes que estábamos conversando y Carlos no sólo le respondió con un simple adiós, sino que le dijo “Adiós don José”. Por la noche al marcharse Carlos me pidió que le entregara “eso” que me había dado a guardar y se marchó de lo más tranquilo.
El comandante Carlos Agüero Echeverría, había sido ese día el jefe del comando del Frente Sandinista que realizó el recupere de dinero de la empresa Santa Cecilia del señor Rodríguez Blen.
Carlos siguió con su rutina de visitarme, perderse unos días y con todo ello llego mi matricula en la UCA de lo cual él estuvo muy pendiente, era el año 1969.
Un poco antes de mi primer día de clases Carlos llegó a mi casa y me dijo que fuéramos a la de él a lo que opuse un poco de resistencia aduciendo que no quería encontrarme con su papa y él me dijo que no tuviera cuidado que su papa había salido. Una vez en casa de Carlos el se dirigió a un escritorio y me entregó todos sus libros y folletos con que había estudiado el año básico expresándome que: “en mejores manos no podían quedar”.
Fue el último día que vi a Carlos porque se marcho a Costa Rica al siguiente día.
El operativo Juan Santamaría.
Volvi a saber del comandante Carlos Agüero Echeverría en el mes de Octubre de 1970. En esos años estaban presos en Costa Rica el Comandante en Jefe Carlos Fonseca Amador, el General, ahora en retiro, Humberto Ortega Saavedra y toda la organización muy débil y clandestina. El comandante Carlos Agüero organiza el comanda el Operativo Juan Santamaría dedicado al comandante, ya asesinado, Julio Buitrago Urroz, el Padre de la Resistencia Urbana y con seis personas más logra secuestrar, en Puerto Limón, Costa Rica, un avión de la lía costarricense LACSA el que desvía hacia la isla de San Andres cargado de pasajeros ticos y funcionarios norteamericanos. Desde la isla de San Andres el comandante Agüero Echeverría lanza un ultimátum a las autoridades del ejecutivo de Costa Rica en el que exige que se libere a todos los prisioneros del Frente Sandinista que estaban retenidos en ese país. De San Andrés este avión se enrumba hacia Cuba
El gobierno de Costa Rica no tiene más remedio que liberar a los prisioneros y enviarlos en otro avión a México. El comandante en Jefe, Carlos Fonseca Amador, el comandante Humberto Ortega y los demás prisioneros son totalmente liberados por este exitoso operativo.
Marvin Gadea-Lizano.
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NUESTROS HÉROES Y MÁRTIRES DE LA REVOLUCIÓN TENÍAN UNA MÍSTICA QUE PARA MI ES LA ESENCIA DE TODOS LOS VALORES Y CUANDO LEO SUS HISTORIAS YA SEA DE HOMBRES Y MUJERES TODOS Y CADA UNO LLENAN DE ALEGRÍA MI CORAZÓN PORQUE SE QUE CUANDO EDUCO Y HABLO DE LAS MUJERES Y DE LOS HOMBRES QUE CON SU SANGRE PRECIOSA REGARON NUESTRA PATRIA DE VALOR Y DE GLORIA.
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