Luis Rocha
Por respeto a Nicaragua y con los
ojos bien abiertos, el 6 de noviembre voy a votar por Fabio, Mundo y toda su
fórmula electoral. Digo con los ojos abiertos, en homenaje a la civilización y rechazo
de la barbarie. En el sentido de realizar un acto cívico y decente, con plena
conciencia. Antes decían que un purgante se ingería con los ojos cerrados y he
llegado a la conclusión de que el purgante sería participar del error de no
votar, que es lo que pretenden que hagamos quienes estamos conscientes de que
el peor de los purgantes –sin parangón alguno- es el continuismo de la pareja
monárquica, la que no solo apela a la inconciencia de sus seguidores, sino que
arteramente a la conciencia de quienes adversamos la reelección y la violación
del artículo 147, para que nuestro prurito de dignidad se convierta en un arma
a su favor: La abstención electoral por razones éticas y morales. Entonces
llegué a la decisión de no ser un tonto útil.
Me costó llegar a esa conclusión,
pero mis nubarrones se disiparon al revisar mi entorno. La facha del Presidente
del Consejo Supremo Electoral, igual a la deshonestidad de sus magistrados, y
para quienes trabajan. Voy a votar contra la corrupción y el pacto, ya no bajo
protesta, sino como los indignados del mundo, porque no puedo dejar de dar mi
voto contra la ignominia, que no se detiene en pretender hacernos creer que lo
mejor para los “puros” es quedarnos en casa y abstenernos de ser ciudadanos
nicaragüenses. Voy a ser el 6 de noviembre, si se quiere, un ciudadano
nicaragüense estafado, pero no engañado, y mucho menos un ser “moralmente”
superior a esa inmensa mayoría de mis compatriotas que concurrirán a las urnas
indignados y decididos. Soy como esa inmensa mayoría, y junto a ellos voy a
votar por respeto a Nicaragua. Ese mismo respeto que Fabio en sus cartas llama
Amor.
En gran medida contribuyó a mi
“conversión” la campaña electoral contra Fabio y Mundo. Por ejemplo, el
desbordado fariseísmo en contra del aborto terapéutico, pero no por razones
morales o religiosas, sino deleznablemente políticas. Esa asquerosa forma de
actuar y de pretender confundir al pueblo, revolviendo el sebo con la manteca,
me parece lo que son, hasta el alma. Los retrata y revela, y anuncia la
pretendida perpetuación en el poder que ha anunciado uno de sus más perecederos
líderes. Yo me rebelo contra eso, y voy a votar contra el fariseísmo, y la
manipulación que de Dios, desde ahora hacen quienes ya se sienten los nuevos
dioses. Voy a votar contra el becerro de oro.
Siento que no hay peor aborto de la
naturaleza, que la perspectiva del continuismo de la actual monarquía. Sabemos
que la vida de los monarcas ha sido y será la violación perpetua de cualquier
Constitución, de cualquier institución, de cualquier cuerpo armado o desvalido.
Como tampoco, bajo ninguna circunstancia, quiero ser arrastrado por los
monarcas a una lucha fratricida, el 6 de noviembre voy a votar por Fabio, Mundo
y sus diputados, por respeto a Nicaragua. Por la paz.
“Extremadura”, Masatepe, 21 de
octubre de 2011. (Me quema la palabra).
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