Antes de exponer el proceso electoral en Nicaragua, creo necesario estudiar, aunque sea muy general, lo que se califica la crisis del régimen capitalista globalizado, que empezó con el colapso de la deuda hipotecaria en los EEUU afectando seriamente a las aseguradoras y al sistema bancario y financiero; posteriormente tanto Europa como en el Japón se produce la crisis del sistema y tiene un efecto en nuestro proceso electoral en el país. Estas burguesías financieras y bancarias tienen al mundo al borde de los desequilibrios que frenan el camino hacia el desarrollo económico. Son los responsables de la crisis que conmueve seriamente al crecimiento económico, por lo tanto, tenemos que rescatar el sistema financiero con la participación del llamado grupo de la economía emergente, los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), no queda otra opción, estos países han alcanzado un desarrollo capaz de sumarse y discutir con el grupo de los 7 desarrollados la situación financiera y económica del mundo, además incorporar a los países subdesarrollados a que se sumen para argumentar la reforma financiera y bancaria mundial; pero al mismo tiempo defender los intereses de los países pobres con una inversión favorable hacia el crecimiento económico.
EL mundo de la globalización encarna la tecnología, la información y la comunicación, entre otras, que ya superaron el mercado privado del sistema financiero mundial para sepultar el capitalismo de tipo neoliberal de mercado privado, para entrar e impulsar el capitalismo de Estado globalizado.
Estamos a pocas semanas de realizar elecciones generales, para ser exactos, el seis de noviembre de este año. Una vez más desde el triunfo de la revolución sandinista, el 19 de julio de 1979 fue un acontecimiento de enorme trascendencia en el contexto de los gobiernos y países de América Latina y del mundo.
En estos años que va del triunfo de la revolución en 1979 hasta la fecha se han realizado varios procesos electorales, sin embargo, las elecciones del 6 de noviembre cobran mucho más importancia que las anteriores, pues la de hoy se compara con el fin de la dictadura somocista y éste es el desenlace del gobierno orteguista.
Cuando el movimiento guerrillero social que organizó el Frente Sandinista de Liberación Nacional en los primeros años de 1963, bajo la estrategia y la táctica formulada por Carlos Fonseca Amador afirmaba a fines de la década del 60 del siglo pasado lo siguiente "la fuerza armada revolucionaria urbana y rural pues sus grades líderes de esta comunidad le imprimieron a la insurrección nicaragüense un contenido revolucionario de cambio social". No se equivocó, el 19 de julio se conquistó la victoria. Sin embargo sigue siendo válida, la unión con otras fuerzas políticas, sociales y económicas; como en los viejos tiempos.
Se consiguió también, por medio de la población sublevada la victoria, a como lo planteo Fonseca Amador. Estos dirigentes a pesar de los fracasos y derrotas que sufrieron en los primeros años de la organización unos se mantuvieron, otros desertaron y unos más dieron su vida, pero al final contribuyeron enormemente a unificar a distintos sectores económicos del país entre ellos comerciantes, escritores, profesionales, religiosos reunidos en el Grupo de los Doce en el año de 1977con un programa democrático, republicano de no alineamiento, economía mixta, pluralismo político y democracia. Esta fue la estrategia por el cual se ponía fin a la dictadura somocista y se terminaba el periodo de la era militar, es el aporte más importante que dio el Frente Sandinista, sobre todo la tendencia insurreccional.
En el caso de Nicaragua se demuestra por tener una economía de baja productividad y competitividad: la desocupación, la organización del sistema educativo y de salud en crisis, el régimen institucional en bancarrota, la infraestructura económica deficiente y otras de la misma naturaleza, por lo tanto el proceso electoral tiene que desempeñar el fin del actual gobierno dictatorial y la construcción de uno nuevo, es decir recoger aquellas partes del programa de Reconstrucción Nacional del 19 de julio de1979 que fueron sepultadas; todavía merecen respeto y son reales.
En el proceso electoral en Nicaragua, reina una incertidumbre con respecto de la población votante por la desconfianza que encierra el juego que se da entre la familia gobernante (Ortega- Murillo) violadora de las normas constitucionales y un Consejo Electoral que niega la existencia de la legalidad para permitir la artimaña de un falso candidato que aspira a reelegirse. Sin embargo, a pesar de esta circunstancia no es una payasada, no es más que la historia de un proceso electoral que dura muchísimos años en donde el actual gobierno, rompe con el Estado de Derecho producto de la revolución del 19 de julio de 1979 y después se encarga de ser el continuador de las décadas electorales pasadas. Toda la tradición electoral de Nicaragua, desde su independencia hasta nuestros días, ha sufrido engaños, fraudes, robos etc. Pienso que el actual proceso electoral sufre los mismos golpes.
Ahora bien, en estas elecciones no se trata de consolidar unas votaciones, sino de recuperar un Estado y una Nación que lo han convertido en una copia superada del somocismo tanto en lo económico, lo político y lo moral y que sirva a la vez a recoger los frutos de los héroes y mártires que dieron su vida para el nacimiento de la República.
Hemos sostenido en la ruta del pre-proceso electoral la credibilidad del mismo; algunos sostienen el poco interés de ir a votar por el fraude que se puede consumar, por lo corrupto que está el Consejo Supremo Electoral y otros le dan una negación infinita, pues no creen en él, por el mismo argumento; sin embargo, se supone que al votar estás dando un golpe en contra del candidato Daniel Ortega, se vote por quien se vote, menos por él; sin embargo, por eso hay que mantener una posición positiva. Los ciudadanos candidatos a la Presidencia de la República, los honestos, ilustran su teoría del voto argumentando el derecho a él, por ser constitucional y no para evitar solamente el fraude sino a la vez respetar y hacer respetar la Constitución; a como dé lugar.
Ahora bien, a mi modo de examinar las cosas de la reelección, cambia el rumbo legal del proceso electoral y aplasta la democracia y con ella el Estado de derecho, anula un poder del Estado: la Asamblea Nacional; por otro lado, se aprueba por medio del poder Judicial el decreto 3-2010 en donde se mantiene y prorroga a funcionarios del Poder Judicial, desde ahí se sustituye al Poder Legislativo, dándole fuerza al Poder Ejecutivo. Todas estas reglas y normas constitucionales violadas en lo político, jurídico y sociales son parte del contenido de una estructura reaccionaria que viene de años atrás, provoca la corrupción, la inmoralidad abierta y descaradamente al Estado de Derecho, en esas condiciones la democracia no puede avanzar; avanza la dictadura. Por lo tanto se requiere un movimiento sobre un proyecto en donde se lance al balde de la basura el actual proceso electoral y definir en los momentos que se pueda emplear la violencia legal en las calles, a como se decidió contra Somoza, es decir la ilegitimidad del Estado hoy es legítima, en estos momentos es donde la oposición debe manifestarse en contra de la candidatura de Daniel Ortega, en cualquier forma de lucha, no solo contra la corrupción sino contra todo, en estas elecciones la oposición verdader debe estar concentradas en la lucha por restablecer el orden constitucional, no son las simples elecciones de por sí, es todo un conjunto de la superestructura del Estado, lo que hay que cambiar, por lo tanto se necesita afianzar el Estado de Derecho para desbaratar el actual golpe de Estado dado por los gobernantes de la nueva burguesía que han hecho su riqueza al calor del estado en poco tiempo. Los grandes problemas a resolver necesitan una democracia, un ciudadano con conciencia, en donde no se fabriquen nuevos demagogos en donde creen que el poder es la ley.
Managua, 20 de octubre de 2011. Víctor M. Tirado.
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