Por
Juan Hernández Pico, SJ.
La sorpresa de la primera vuelta: el General no ganó en
primera vuelta
La primera sorpresa
en Guatemala fue que los resultados de la primera vuelta de las elecciones se
apartaron no poco de las instantáneas estadísticas reflejadas en las encuestas.
No sólo no ganó en primera vuelta las elecciones presidenciales el general en
retiro Otto Pérez Molina, secretario general del Partido Patriota (PP), de algo
más de 60 años, como lo hacían probable sus continuos aumentos de porcentaje
favorable en la intención de voto, que traspasaban bastante el 40%, sino que su
porcentaje de voto real descendió el día 11 de septiembre a poco más de un 36%
y alrededor de 1,600,000 mil votos.
Su inmediato
competidor, el abogado Manuel Baldizón, de 43 años, secretario general del
Partido Libertad Democrática Renovada (LIDER), obtuvo alrededor del 23% de los
votos, o un poco más de 1,000,000 de personas
votaron por él. En el curso de la campaña, y sobre todo después de la no
inscripción como candidata por la Unión Nacional de la Esperanza y la Gran
Alianza Nacional (UNE-GANA) de la Señora Sandra Torres Casanova, el Doctor en derecho Manuel Baldizón, sobrepasó en las encuestas y en el resultado
real al Doctor en física Eduardo Suger Cofiño, de 72 años, (de padre suizo y
madre guatemalteca).
Estos dos serán los
contendientes en la segunda vuelta que se celebrará el domingo 6 de noviembre.
Ningún segundo con esa diferencia frente al primero (13 %) ha ganado en
Guatemala las elecciones. Jorge Serrano, segundo, las ganó contra Jorge Carpio,
primero, en el año 1990, pero le separaban del primero solo 0.9%.
¿Se equivocaron las encuestas?
De todas maneras
algunos han hablado de una equivocación de las encuestas. El Periódico del domingo 18 de septiembre publicó un interesante
análisis cuyo núcleo es que no se equivocaron las encuestas en el momento en
que reflejaron la instantánea estadística de la intención de voto, sino que la
situación política cambió de una manera tan fundamental con la exclusión de la
inscripción de la Señora Sandra Torres como candidata presidencial, que no son
de extrañar los distintos resultados finales.
Dejando de lado el
seguimiento paso a paso del análisis de El
Periódico, veamos aquello en que, a nuestro juicio, acierta. Las encuestas
tuvieron como base de realidad política el probable enfrentamiento entre el
General en retiro Otto Pérez Molina y la ex Primera Dama y ex Coordinadora de
Cohesión Social del Gobierno de Alvaro Colom Caballeros, Señora Sandra Torres.
Y fueron mostrando un cierto distanciamiento, en algunas bastante creciente,
entre ambos posibles contendientes. Cuando la Señora Sandra Torres desapareció
del cuadro político presidencial, impedida su inscripción a fin de cuentas por
la sentencia inapelable de la Corte de Constitucionalidad, es cierto que el
cuadro político real cambió bastante radicalmente.
¿Trabajó la Encuesta Libre sobre un perfil muestrario
sesgado hacia lo superurbano?
Sin embargo, una de las encuestas, la más
publicitada, la llamada Encuesta Libre,
encargada y realizada por la sección encuestadora del Grupo empresarial Prensa
Libre, trabajó probablemente con una muestra sesgada a favor de la población
urbana, e incluso a favor de la población metropolitana o conurbana (la Ciudad
de Guatemala, y sus conurbes Mixco y Villanueva). A fin de cuentas, las
encuestas son un arma política, me recordó otro analista. En esa población
conurbana había ya ganado las elecciones presidenciales de 2007 Otto Pérez
Molina –las perdió al final porque su contrincante, Alvaro Colom, lo superó
notablemente en casi todo el resto del país, el país más rural. Ahora bien, en
cualquier estrategia competitiva o bélica (Otto Pérez Molina, el candidato del
“puño duro”, fue formado como militar y fue apoyado por una parte muy
importante de la empresa privada), mostrar que “nuestra” empresa o “nuestras”
tropas van ganando en el mercado o en la guerra, es estratégicamente vital para
terminar ganando en la realidad. El Grupo Prensa
Libre cuenta con tres potentes focos (o “nodos” de red, en el lenguaje
comunicativo-político de Manuel Castells) creadores de opinión pública: el
diario Prensa Libre, el diario Nuestro Diario (el medio de prensa más
difundido en Guatemala), y la emisora de televisión Guatevisión. Los tres trabajan como “nodos” de una red, y
transmiten con sus nombres una imagen potente de creación de “verdad”: Libre, Nuestro y Guate. Se trata
de la prensa libre (¿son libres los
demás órganos de prensa?); de nuestro
diario (¿son ajenos al pueblo los demás diarios?); y de la visión de Guatemala (¿de dónde viene la visión de
las demás televisoras?). Para colmo también, la empresa encuestadora suya es La Encuesta Libre (¿son libres las demás
empresas encuestadoras?). Pues bien, el Grupo empresarial Prensa Libre ha mostrado, durante casi todo el periodo presidencial
de Alvaro Colom, una línea editorial en red contraria a la esposa de éste
Sandra Torres, y a medida que avanzaba este periodo y se hacían más probables
las intenciones de la Primera Dama de presentarse como candidata a la
presidencia, una línea cada vez más visceralmente contraria. Las demás empresas encuestadoras (Cid Gallup, Vox Latina, Borge
y Asociados, etc.) no mostraron en sus encuestas resultados tan fuertemente favorables a Otto Pérez
Molina frente a Sandra Torres. ¿Será porque sus perfiles muestrarios cubrían
más extensamente el país, incluyendo zonas más rurales? La pregunta queda
abierta.
La segunda sorpresa: la fuerza política de la UNE-GANA en
el próximo Congreso
La segunda sorpresa
es la alta votación que ha conseguido la alianza UNE-GANA en la elección para
el Congreso. Han obtenido 48 diputaciones, el mismo número de curules que
consiguió la UNE sin alianzas en la elección de 2007. Ciertamente el PP de Otto
Pérez Molina obtuvo 57 diputaciones, 27 más que en 2007. Pero la alianza
UNE-GANA, con esos resultados, ha hecho imposible un Congreso con mayoría
absoluta (80 diputaciones) del Partido Patriota. Por otro lado, el segundo
contendiente presidencial no ha podido conseguir una bancada numerosa; se ha
tenido que contentar con 14 diputaciones para el partido que lo proclamó
candidato (LIDER). El mismo número de
curules ha conseguido la Unión por el
Cambio Nacional (UCN), del candidato Mario Estrada, que llegó en cuarto lugar
en las presidenciales, y que representa muchos votos del ex presidente Alfonso
Portillo, que está en espera de su probable extradición a los EE.UU. por lavado
de dinero. El candidato que llegó en
tercer lugar, con alrededor de medio millón de votos, Eduardo Suger, solo pudo
conseguir 12 curules para su partido Compromiso, Renovación y Orden (CREO).
Visión y Valores (VIVA) –partido del ciudadano evangélico Harold Caballeros-,
que corrió en alianza con Encuentro por Guatemala (EG) de la diputada Nineth
Montenegro, quien fue reelecta, obtuvo 6 curules. El Frente Amplio
(WINAQ-URNG-ANN), alianza indígena-izquierdista que llevó a Rigoberta Menchú
como candidata consiguió 2 diputaciones –una por WINAQ en lista nacional y otra
por URNG, distrital, en San Marcos-, al igual que el Partido Acción Nacional
(PAN) que presentó como candidato a Juan Gutiérrez (no pertenecientes a
Multiinversiones, S.A., sino pariente disidente de los otros Gutiérrez).
Finalmente los partidos Unionista, del expresidente Arzú, FRG, de Zury Ríos
Sosa, y VICTORIA, de Abraham Rivera –los dos últimos sin candidatura
presidencial, sólo consiguieron una curul. Para un total de 158 diputaciones.
La caducidad de los partidos políticos guatemaltecos y su
falta de filosofía política
En un artículo para
envío, de octubre de 2007
–“Sobreviviendo las elecciones”- reflexionábamos sobre la corta vida de los
partidos políticos en Guatemala. Las elecciones de 2011 confirman esta visión.
El PAN, que en 1995, bajo el liderazgo de Alvaro Arzú, obtuvo la mayoría
absoluta en el Congreso, hoy apenas se ha podido salvar de la desaparición
obteniendo 2 curules, bajo un liderazgo y un programa totalmente diferentes. El
FRG que, bajo el liderazgo del general en retiro Efraín Ríos Montt, y llevando
como candidato presidencial a Alfonso Portillo, obtuvo en el año 1999 la
mayoría absoluta en el Congreso, en 2011 no ha podido presentar una candidatura
presidencial –lo intentó la Señora Zury Ríos Sosa, hija de Efraín Ríos Montt, y
se vio obligada a desistir. No ha desaparecido como partido porque aún ha
conseguido una curul, única pero suficiente. El Partido Unionista (PU), grupo
de Panistas separados del PAN cuando el entonces secretario general se lo
arrebató al expresidente Arzú, y liderada por el mismo Alvaro Arzú Irigoyen,
después de haber ladeado a su antiguo secretario privado presidencial Gustavo
Porras Castejón, auténtico forjador del nuevo partido, apenas ha podido
librarse de la debacle gracias a la reelección en lista nacional del diputado
José Alejandro Arévalo, de gran prestigio personal por su talento y eficacia,
pero reelecto por 50 votos de diferencia, es decir dejando pelos en la gatera.
Mientras tanto, la Señora Patricia Escobar de Arzú, candidata a la presidencia
de la República, no logró llegar al 3% de los votos.
Ya constatábamos en
el artículo mencionado de octubre de 2007 la desaparición del partido hasta
entonces más antiguo, la Democracia Cristiana Guatemalteca (DCG) fundada por
René de León Schlotter, y que llevó a Vinicio Cerezo Arévalo a la Presidencia
de la República en 1995, como primer presidente civil después de las terribles
dictaduras militares de Seguridad Nacional, y además con mayoría absoluta de
diputaciones. En fechas anteriores habían desaparecido el Movimiento de
Liberación Nacional (MLN) de Mario Sandoval Alarcón, según él “el partido de la
violencia organizada”, heredero del movimiento que acabó con la Década
Revolucionaria (1944-54), y el Partido Revolucionario (PR) del ya fallecido ex
presidente Julio César Méndez Montenegro, presunto heredero de la Revolución
Democrática. Igualmente desaparecieron los partidos socialdemócratas Frente
Unido para la Revolución (FUR) y PSD, por los asesinatos de sus líderes Manuel
Colm Argueta y Alberto Fuentes Mohr.
El fraccionamiento interno, el transfuguismo y las
alianzas en los partidos políticos de Guatemala
Este panorama de
impresionante caducidad partidaria, que agobia la política guatemalteca, se
complica por el fraccionamiento de los partidos y por el transfuguismo de sus
miembros. El partido LIDER, conducido hoy por Manuel Baldizón, es un
desprendimiento de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) liderada por Alvaro
Colom Caballeros y luego por su ex esposa Sandra Torres Casanova. Diputados de
renombre, hoy reelectos al Congreso, como Arístides Crespo, los hermanos Edgar
e Iván Arévalo, y Haroldo Quej, antes figuras señeras del FRG de Ríos Montt,
pertenecen hoy al Partido Patriota (PP) de Otto Pérez Molina. Baudilio Hichos (hoy reelecto por la UCN),
Mario Taracena y Leonel Soto (reelectos por la UNE), los tres han circulado por
varios partidos. Ya expresamos en nuestro artículo anterior que es muy difícil
esperar algo serio de un político como Manuel Baldizón, que abandonó a su
propio partido (UNE) bajo cuya bandera había sido electo al Congreso, para
formar primero una bancada y luego otro partido (LIDER).
Esta situación
queda reafirmada por el rompimiento el viernes 30 de septiembre de la alianza
UNE-GANA. La GANA afirmó públicamente el sábado 1 de octubre que había sido traicionada
por la UNE en el reparto de curules. La UNE, por su parte, quitó hierro al
rompimiento afirmando que la alianza perseguía únicamente apoyar la candidatura
de Sandra Torres, y que de todas maneras “estaba pegada con chicle” (Mario
Taracena, según la prensa del 1 de octubre). Indicó además que continuará el
apoyo de ambos partidos a Manuel Baldizón y su voto con LIDER en el Congreso.
La irresponsabilidad frente a un acontecimiento que augura tanta ligereza,
indica cómo la política actual partidaria es en Guatemala profundamente banal –valga la paradoja- o con mayor precisión absolutamente desprovista de principios
programáticos, y de filosofía política.
Por otro lado, ya
el partido VIVA ha anunciado que recomienda a sus votantes votar por Otto Pérez
Molina en segunda vuelta. Mientras tanto, la UNE-GANA, la UNC y Rigoberta
Menchú se han decantado por Manuel Baldizón. En una entrevista realizada por
Juan Luis Font en Canal Antigua a Rigoberta Menchú, esta indicó que esa
decisión es parte de un proyecto indígena de ir conociendo por dentro al
Estado, para que, si un día el movimiento indígena (WINAQ se llama su partido,
que quiere decir la gente, las personas) llega al Gobierno, no le tomen por
sorpresa los engranajes del Estado. Evidentemente, todo ello tiene sentido
dentro de un sistema como el actual y no con alguna intención de cambios
fundamentales en ese sistema.
El rostro de la política en las Alcaldías
Otro podría ser el
rostro de la política a nivel municipal. Los alcaldes electos pertenecen en su
mayoría a tres partidos: el partido Patriota (126); la alianza UNE-GANA (124),
y LIDER (21), en total 271, o el 81% de un conjunto de 333 alcaldías cuyos
resultados están ya proclamados. Sin embargo, en 5 municipios, donde hubo
incidentes violentos de irrespeto de las actas o los votos, se van a repetir
las elecciones por mandato del Tribunal Supremo Electoral (TSE). Evidentemente
hay algunos resultados que discrepan de las apariencias que dan estos
resultados. En el municipio de la capital, la Ciudad de Guatemala, ganó las
elecciones por tercera vez consecutiva el actual alcalde Alvaro Arzú, con
alrededor del 36% de los votos, un descenso notable respecto de 2007 cuando
ganó con el 55%. Tendrá que gobernar con un Concejo partidista plural. En
Villanueva, municipio contiguo a la Ciudad Capital y tercero con más población
en el país, las elecciones fueron ganadas por el candidato del partido CREO de
Eduardo Suger. Sin embargo, en el segundo municipio más poblado del país,
Mixco, también contiguo a la Ciudad Capital, ganó la alcaldía un hijo de Otto
Pérez Molina, que corría por el PP.
¿Con qué resultado nos encontraremos el 6 de noviembre?
¿Qué pasará el 6 de
noviembre, cuando se celebre la segunda vuelta electoral? Obviamente, no lo
sabemos. Se dice en medios bien informados que las encuestas muestran que
Manuel Baldizón ha estrechado ya la diferencia con Otto Pérez Molina de manera
que este le lleva actualmente solo un 2% de la intención de voto. Mientras esas
encuestas no se hagan públicas no podremos constatarlo. La impresión que uno recibe al acercarse a la
capital, más o menos desde 30 kilómetros antes de llegar, es que la propaganda
de Manuel Baldizón supera en una proporción de alrededor de 10 a 1 a la de Otto
Pérez Molina. Una causa puede radicar en que la Señora Roxana Baldetti,
candidata a la Vicepresidencia, increpó de tal manera a Alejandro Sinibaldi,
candidato a la alcaldía de la Ciudad Capital, que llegó en tercer lugar,
acusándole de haber perdido los votos necesarios para que Otto Pérez Molina ganara
en primera vuelta, que Sinibaldi retiró toda su propaganda, la mayor parte de
la cual era de vallas donde aparecía junto con Pérez Molina. Roxana Baldetti
puede llegar a ser un poder tras del trono más incontrolable que el que fue
Sandra Torres tras Alvaro Colom. La impresión ineludible que el observador
tiene es que la campaña del Partido Patriota tiene hoy menos dinero que la de
LIDER.
Algunas notas sobre programas de los candidatos y la
falta de alternativas razonables
Mientras tanto Otto Pérez Molina sigue enfatizando su
capacidad para afianzar la seguridad de los ciudadanos manu militari. Añade otros dos énfasis: programas sociales y,
especialmente, becas para la educación. Manuel
Baldizón ofrece, por su parte, un abanico de promesas extremadamente
dispersas: un Bono 15 (salario para empleados públicos por un décimo quinto mes;
existe ya el Bono 14), la instauración de la pena de muerte, un fondo de becas
para que todo el mundo infantil y juvenil cumpla sus aspiraciones en la
educación, el aumento de creación de empleo y por supuesto el afianzamiento de
la seguridad pública. Algunos expertos indican que solo el Bono 15 supondría un
aumento de 12 mil millones de quetzales en el presupuesto de salarios de los
empleados del Estado. Para el tema de la pena de muerte Baldizón tendría que
denunciar el Protocolo de San José, al que Guatemala se ha adherido, y, si lo
hiciera, perdería todo el apoyo de la Unión Europea. No admira el que haya
gente ya que apoden a MB “Bucarán”, recordando al ex presidente de Ecuador y a
las locuras que lo llevaron a su destitución golpista. En esa candidatura hay
talvez un valor de sensatez y de bondad;
se trata de una mujer, la candidata a la Vicepresidencia de la República,
Raquel Blandón, ex primera Dama en tiempos del Presidente Vinicio Cerezo
(1986-1990), de quien acabó separándose, y profesora de derecho de Manuel
Baldizón en la USAC . Una mujer que ha dicho de sí misma que le fascina la
política.
Como ya escribimos
en nuestro anterior artículo, frente a tales candidatos, el drama del
electorado se plantea como la decisión entre la vuelta a los peligrosos
procedimientos militares si se elige a OPM, y la entrega en manos de ciertos
financiadores secretos, si se elige a
MB. Sobre OPM planea la sombra de los brutales modos de proceder del Ejército
durante el conflicto armado interno. Sobre MB, la sombra del narcotráfico, no
tanto porque se le acuse de narcotraficante, sino por los pactos que con estos
negocios hay que hacer talvez inevitablemente para vivir con tranquilidad en
Petén y ganar dinero en abundancia. Para
ser honestos, hay que admitir que mucha gente piensa que OPM puede ser un mejor
administrador público que MB. Pero también hay mucha gente que, recordando su
especialización en “inteligencia” militar (procura de información y uso de
ella), tema que Guatemala se vuelva un país infiltrado por expertos en tal
disciplina, y que no tengamos reposo ni paz en cualquier ámbito de la vida
nacional: un país atacado de la paranoia de los gobernantes.
No tengo por quién votar
En el artículo
anterior escribí que el voto lúcido para la primera vuelta era un voto nulo. Me
hicieron ver enseguida que los votos nulos o en blanco son, según la ley
electoral guatemalteca, solo datos estadísticos, que sin embargo no se cuentan
a la hora de adjudicar porcentajes a los candidatos; y que, por tanto, si no se
lograba un número de votos nulos o en blanco enorme, como símbolo de protesta
ciudadana, lo único que se conseguiría es favorecer al que quedara en primer
lugar aumentando su porcentaje. De hecho en la primera vuelta hubo casi medio
millón de votos nulos o en blanco, es decir alrededor de un 10% del 68% de
personas que acudieron a votar (alrededor de 8% más que en 2007, que fue del
60%). Ahora, sin embargo, para la segunda vuelta, realmente yo no tengo por
quién votar. No puedo votar por alguien que, habiendo participado en masacres
durante el conflicto armado interno, lo justifica recurriendo a que en su
terreno de combate dominaba el EGP, el cual hacía de toda la población
simplemente combatientes. Yo no puedo entender cómo fetos humanos, como los que
fueron arrancados de los vientres abiertos de sus madres, según los resultados
de la investigación de la Comisión de Esclarecimiento Histórico, pudieron ser
considerados combatientes. No puedo votar tampoco por alguien que me da la
impresión de ser un desaprensivo que promete todo lo que cabe en un costal de
Santa Claus, sin que pueda razonablemente llevar a cabo sus promesas, y cuyo
financiamiento me resulta un enorme interrogante.
Radicalizar la democracia: transformar la democracia
represntativa en particicipativa también
¿Cómo se justifica
entonces el título de este breve artículo? Cuando una sociedad llega al fondo
es cuando más cerca está del deseo de volver a respirar aire puro. Y en
Guatemala estamos tocando fondo después de 6 periodos presidenciales
constitucionales y 7 presidentes civiles. Hemos recibido recientemente –y
firmado- una propuesta titulada “Radicalizar la democracia”. La presencia en
las firmas al pie del documento de personas para mí totalmente confiables como
Clara Arenas Bianchi, Edelberto Torres Rivas o Tania Palencia, entre unas
cuantas decenas de otros nombres de parecida categoría, me animaron a firmar
también el pronunciamiento. Lo entendí
como una lucha desde la sociedad civil por crear un movimiento social nuevo que
intente formar una coalición para transformar la democracia únicamente
representativa o procedimental en democracia también, y sobre todo,
participativa, programáticamente novedosa, que intente cambiar no solo el
rostro, la cara, sino también el corazón del sistema económico, político,
cultural y experiencial en que nos movemos.
Una coalición transgeneracional novedosa
Personalmente creo
que esa coalición ha de ser transgeneracional. Que ha de armarse alrededor de
gente con la sabiduría de la experiencia, que la inteligencia y el corazón,
amasados durante décadas, decantan y, a los que la ciencia de saber que no
tienen ya nada que perder, concede también audacia propositiva. Que ha de
armarse también tejiendo esa sabiduría con la gran responsabilidad de las
personas que, estando en una edad media de la vida, con fuerza aún entera para
recrear, pueden ofrecerla para cargar éticamente con el peso de la realidad
como es, hecha de “trigo y cizaña”, de grano bueno y mala hierba, y encargarse
prácticamente de poner en movimiento una forma nueva de hacer política, una
política servicial, responsable con el poder que tienen y con el fin del poder
para ponerlo a disposición de las necesidades de las grandes mayorías inmersas
en la pobreza y la miseria. Y que ha de armarse también, finalmente, tejiendo
esa sabiduría y esa capacidad servicialmente creativa con una juventud
impetuosa, que sueñe ágil y radicalmente con una Guatemala distinta, otra, no
racista sino igualitaria en la diferencia de sus valores, no idólatra del
dinero y de sus ganancias sino fiscalmente solidaria, no ambiciosa del poder
por el poder de tener a los demás a sus pies, sino ambiciosa de poner toda su
gran potencialidad al servicio de esa otra patria posible y necesaria con la
que sueñan, principalmente porque les duele ver cómo tantos jóvenes se quitan
la vida mutuamente y la quitan a otras personas en un afán desviado de
encontrar sentido a la dura vida en que les ha tocado nacer y mal vivir.
Creo que luchar por
este tipo de coalición auténtica de generaciones, que empiece siendo un nuevo
movimiento social, distinto, diferente y que, al menos parcialmente, desemboque
también en un movimiento político nuevo, con vocación de perdurar, de constancia
y de fidelidad, es un objetivo humanizador. Unas personas con su capacidad de
analizar, otras con su capacidad de proponer, otras con su capacidad para
discernir lo posible de lo solo idealista, otras con su capacidad de hacer
prácticas las propuestas, otras con su capacitar de auditar la realización,
otras con su capacidad de evaluar y volver a analizar, a proponer, a discernir,
a practicar, a auditar, a evaluar y a mejorar sin dejar de soñar. Dando un paso
tras otro, sin dejar nunca de caminar. Dando un paso tras otro sin dormirse
sobre los posibles laureles ni aterrarse por las consecuencias de sus actos.
Dando un paso tras otro con los brazos entrelazados, mujeres y hombres, de
todas las edades, dispuestos a radicalizar la democracia, sin permitir que sea
un instrumento más de un capitalismo informacional, que convierte al mundo, a
través de la globalización financiera sin corazón, en un casino global, y lleva
a las grandes mayorías a crisis tras crisis de desempleo, de hambre, de embargo
de viviendas, de valores humanos, de guerras financiadas para conseguir el
monopolio de materias primas cruciales para un mercado sin restricción alguna,
donde los mismos Estados se reducen a marcas degradables de mercado.
En Guatemala es posible y necesaria otra clase de
política social y experiencialmente enraizada hasta crear una civilización más
del trabajo que del capital
Creo que luchar por
este tipo de coalición intergeneracional es una tarea social y política nueva,
posible y necesaria, si no queremos seguir asistiendo a la descomposición y a
la pudrición de la Guatemala a que tanto amamos. Creo que es posible y
necesaria otra política en Guatemala. Creo que es posible y necesario otro
movimiento sociopolítico en Guatemala. Y creo que es posible y necesaria otra
experiencia interpersonal que se apoye en personas con valores nuevos, con
experiencias nuevas, mutuamente respetuosas. Creo que en Guatemala es posible y
necesaria otra clase de política social y experiencialmente enraizada hasta
empezar a crear una civilización más del trabajo que del capital. Creo que todo
esto es posible y necesario más allá de los resultados del 6 de noviembre de
2011. Juan Alberto Fuentes Knight, hijo del asesinado Alberto Fuentes Mohr, con
su libro “Rendición de Cuentas” sobre su frustrante experiencia durante su
ejercicio como Ministro de Finanzas en el Gobierno de Alvaro Colom Caballeros,
lo ha mostrado en un a militar cto valiente de notable honradez y pericia.
Guatemala, 2 de
octubre de 2011.
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