El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

jueves, 13 de enero de 2011

Por una Nicaragua más digna en 2011

Ana Lucía Álvarez * | 12/1/2011
Cómo comenzamos el 2011 y cómo queremos que termine. Esta es una pregunta fundamental que debemos hacernos los y las nicaragüenses.

Comenzamos el 2011, año electoral en donde la politiquería y la demagogia se intensifican. En los periódicos se lee cómo tanto el partido de gobierno como la oposición, aglutinada en la llamada Alianza por la Esperanza (¿esperanza de quién?), buscan y rebuscan estrategias para ganar votos, pero en ningún lado se leen estrategias claras, y ya ni digamos transformadoras, de fondo y de largo plazo que permitan cambiar el rumbo de nuestro país.

En ningún lado se leen compromisos de acciones serias y responsables con las miles de familias nicaragüenses que sobreviven en los asentamientos. Comenzamos el 2011 y el debate político sigue girando en torno a caudillos, a figuras, a proyectos personales de poder y no en torno a estrategias concretas elaboradas en base a las exigencias y demandas de la población.

Comenzamos el 2011 con una gran proliferación de niños trabajadores, en su mayoría en los semáforos vendiendo chicles, limpiando vidrios. María Mercedes (10 años) y el Chocoyo (12 años), dos niños amigos míos, que por la injusticia de sus circunstancias se ven obligados a trabajar haciendo malabares cerca del Hotel Princess, me comentan que ninguno de los dos ha podido terminar 1er grado. “Hemos repetido dos veces” dicen.

La primera por la delincuencia y peligrosidad del lugar donde vivían que los obligó a mudarse antes de terminar el año, y la segunda porque tuvieron que ser evacuados a un albergue por las lluvias. Esta es una historia que se repite en miles de niños y niñas de nuestro país, historia que no puede seguir siendo tolerada. No podemos permitir que a nuestros niños y niñas se les sigan negando sus derechos y oportunidades.

Comenzamos el 2011 con miles de personas, compatriotas, que luchan diariamente para sobrevivir en los asentamientos. Al contrario de la mayoría de países de Latinoamérica, los asentamientos en Nicaragua no quedan en la periferia, sino que están entremezclados en las ciudades, es decir los vemos a diario, pero son igual de invisibilizados que en aquellos países en donde tenés que moverte para verlos.

Por otro lado, según Defensa Civil, comenzamos el 2011 con 9,743 personas que están todavía “viviendo” en los distintos albergues a lo largo del país. Después de cuatro meses pasadas las lluvias no existe respuesta concreta sobre cuánto tiempo más van a estar las familias en incertidumbre. El gobierno habla de construirles 4,300 casas a los albergados, lo cual claramente es positivo ya que las familias van a vivir en mejores condiciones, sin embargo no es suficiente. Es sumamente preocupante la falta de una respuesta clara de largo plazo por parte de las autoridades correspondientes para reducir la vulnerabilidad de las familias que todos los años son afectadas por las lluvias

Comenzamos el 2011 con más de lo mismo. En Nicaragua urgen transformaciones estructurales, políticas públicas pertinentes, focalizadas y direccionadas en reivindicar los Derechos Humanos de las millones de personas que sobre viven en condiciones indignantes en nuestro país.

Contrario a lo que dice el discurso oficialista, comenzamos el 2011 sin variaciones transcendentales en las asignaciones del gasto público. Una gran parte del mismo se va en transferencias establecidas en la Constitución, en pago de la deuda pública interna. Y por otra parte, debido a las exoneraciones estamos dejando de percibir aproximadamente US$315 millones, que deberían estar siendo destinados a educación, salud y viviendas.

Comenzamos el 2011 con el preocupante anuncio de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua que solamente el 2.33% del total de jóvenes que presentaron el examen de Matemáticas lo aprobó. En Nicaragua gastamos apenas el 4.9% del PIB en educación, claramente la educación no es ni ha sido una prioridad.

Comenzamos el 2011 con una realidad inadmisible. No es posible que los/la nicaragüenses nos sigamos sometiendo o creyendo que nuestro bienestar está sujeto a la buena voluntad del gobernante de turno y que los beneficios que se van generando son favores políticos que luego tenemos que pagar. Necesitamos urgentemente exigir y luchar por una reestructuración del gasto público y un redireccionamiento del mismo hacia lo social, necesitamos que la salud, educación, vivienda sean prioridad en Nicaragua. Necesitamos transcender el asistencialismo, que el gasto público vaya a programas vinculados a estrategias claras, multisectoriales, a acciones planificadas, combinadas con reformas tributarias progresivas para que se puedan hacer avances en disminución de la pobreza.

Nuestro contexto nos llama a que desde el sector de la sociedad donde nos encontremos, campesinos, asalariados, dirigentes comunitarios, organizaciones barriales, universitarios, empresarios, organizaciones de la sociedad civil, partidos políticos, tomemos acción. Nuestra realidad nos insta a que hagamos ejercicio de nuestra ciudadanía, movidos y movidas por la convicción que una Nicaragua distinta es necesaria y sobre todo posible. La situación en Nicaragua nos hace constantes cuestionamientos, nos llama a busca y generar oportunidades. Hoy más que nunca debemos trabajar juntos por la justicia.

A los jóvenes la injusticia en Nicaragua nos llama a formarnos con excelencia e integralmente, pero sobre todo a ser profesionales útiles para nuestro país. Para ser útiles necesitamos no solamente ser jóvenes con conocimientos técnicos, sino que también ser jóvenes contextualizados y comprometidos, con plena convicción de que es necesario poner nuestras capacidades y oportunidades al servicio de quienes como sociedad hemos excluido de una u otra manera.

Hoy la realidad de los asentamientos nos exige que trabajemos en conjunto para que se hagan transformaciones de fondo, ya que solamente así vamos a poder decir que estamos reconociendo la dignidad de todas aquellas familias que actualmente están viviendo en condiciones indignas. No podemos descansar hasta que la realidad que se nos plantee sea más digna y más justa.

* Directora Social de Un Techo para mi País - Nicaragua


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