El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

jueves, 13 de enero de 2011

Brasil: el reto de Rousseff

Ricardo A. De León Borge * | 12/1/2011

La asunción de Dilma Rousseff a la Presidencia de la República Federativa del Brasil, convirtiéndose así en la primera mujer en ese alto puesto, ha sido el acontecimiento más importante en el inicio del año 2011. La ex guerrillera y ex ministra de Lula da Silva recibe a un país que se ha convertido en una referencia mundial por su disciplina económica, avances sustanciales en el campo social, proyección internacional de potencia regional y manejo pragmático de su política exterior.

Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), ganó en segunda vuelta con el 56% de votos sobre el opositor José Serra, quien obtuvo 44%. La coalición encabezada por el PT y el PMD, obtuvo el 76% del senado, el 60% de la cámara de diputados, además de dieciséis gubernaturas de un total de veintisiete en disputa.

La imagen de Lula fue clave para obtener una gran mayoría de los votos, por ser éste el gran aval y apoyo de Rousseff, además de acompañarla en giras proselitistas y presentar los programas sociales y el crecimiento económico que con Rousseff se mantendría la misma senda e incluso con mejoras sustanciales.

Con esa ayuda directa, la hoy presidente tenía asegurado los votos de los partidos aliados al Partido de los Trabajadores, alrededor de 10 organizaciones políticas, incluyendo el Partido del Movimiento Democrático (PMD), siendo ambos los que mantienen el mayor número de afiliados.

Dilma Rousseff, al asumir la Presidencia, se encontró con muchos retos que tendrá que hacer frente y tratar de dar solución, tales como la extrema pobreza, que aún afecta alrededor de un 9% de la población brasileña, sustanciales mejoras en la calidad de la educación y la salud, inversiones en infraestructura vial, telecomunicaciones, de recursos humanos y de seguridad para los juegos olímpicos y la copa mundial, dos eventos mundiales ante los cuales Brasil deberá demostrar su mejor cara.

Otro reto primordial será el imprimirle un carácter diferente a su Gobierno que el de su predecesor, algo que de inicio parece difícil. Un dato que hace pensar así, es que casi la mitad del gabinete ministerial de Lula Da Silva, seguirá con Rousseff.

Rousseff, en su discurso de posesión, se mostró abierta hacia los aliados y los opositores, dio a entender que Brasil requiere de un ajuste fiscal urgente y que mantendrá la vía del crecimiento y desarrollo económico fuerte y seguro que ha mantenido Brasil en los últimos años, a través de una posible reforma al Estado para hacerlo más “eficiente”.

En cuanto a la política exterior dijo que seguirá la senda del multilateralismo por el cual apostó Lula. Siempre abierto a las relaciones de mutuo respeto y apoyo con Estados Unidos, Unión Europea, China, India, Rusia –con estas tres últimas naciones, conforma el llamado BRIC, que son potencias medias y en búsqueda de obtener mayor poder e incrustarse en el sistema internacional multipolar- y demás naciones con las que Brasil ha obtenido unas relaciones más robustas, que le han permitido saltar a la arena internacional como un actual Estado que figura entre las potencias medias y como un futuro actor e interlocutor del hemisferio americano.

La idea de Brasil, de seguir avanzando en su condición de potencia regional, seguirá a través del propósito de reforzar los mecanismos de integración regional, como el MERCOSUR y la UNASUR, con los cuales mantiene los más cercanos vínculos políticos y económicos, donde además es visto como el país llamado a ser el líder.

Como vemos en este rápido análisis, la Presidenta Dilma Rousseff tiene un largo, arduo y tedioso camino por recorrer para en primer lugar mantener la posición y el éxito de Brasil, tanto en sus políticas a nivel interno como a nivel regional y mundial.

La experiencia que tiene después de ser Ministra y muy cercana a Lula da Silva, le da una gran ventaja para poder mantener esos postulados e incluso innovar para mejorarlos y demostrar que Brasil seguirá en la senda del crecimiento de manera pacífica y sin grandes traumas negativos para la sociedad brasileña, ni para la sociedad internacional.

* MSc. en Relaciones Internacionales y profesor universitario.

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