El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Igualitos a Somoza

Por: Fabio Gadea Mantilla


Querida Nicaragua: Yo tenía dieciséis años cuando cursaba el segundo año en el Instituto Pedagógico de Managua en 1947. Somoza García era el caudillo, el dictador y se había hecho nombrar general de división sin haber disparado un tiro.
 
En ese año surgió una esperanza en la oposición cuando el Partido Conservador y el Partido Liberal Independiente unieron sus fuerzas alrededor de la candidatura de un hombre prestigioso, honorable y popular que era el doctor Enoc Aguado.
 
Somoza García llevaba prácticamente trece años en el poder y escogió como candidato oficial al doctor Leonardo Argüello, incondicional suyo, quien competiría con el doctor Aguado, candidato favorito del pueblo.
 
Llegó el día de las elecciones. El gobierno ordenó que los votantes hicieran dos filas: en una de ellas los que votarían por Aguado y en la otra los que votarían por Argüello. Primera gran sinvergüenzada pues el voto se haría público y no secreto. Pero a pesar de eso el pueblo opositor hizo la fila enorme a favor de Aguado, y la de Argüello era una fila cuatro veces más pequeña.
 
Por la noche, el ministro de apellido Salmerón, el Roberto Rivas de aquel tiempo, se llevó las urnas a su oficina para contar los votos. Fue así como los votos de Aguado fueron para Argüello y los de Argüello para Aguado. Resultado: Argüello ganó por abrumadora mayoría.
 
Cualquier parecido de aquellas elecciones de 1947 con estas de 2011, no es mera coincidencia, sino que es la repetición de un estilo delincuencial para robarse las elecciones.
 
A los veintisiete días Argüello se reveló contra Somoza. Entonces este hizo que el Congreso lo declarara incapacitado. Argüello se asiló en la embajada de Méjico y el Congreso nombró a don Benjamín Lacayo, también candidato de Somoza.
 
Pero las muertes y daños del general de división no se detuvieron. Cada día se hacía más rico y utilizaba los recursos del Estado en beneficio propio, además convirtió al ejército ensu Guardia Pretoriana.
 
Naturalmente el pueblo vivía en estado de zozobra. Cualquier movimiento de la oposición era reprimido por las turbas nicolasianas, manejadas por la lideresa somocista Nicolasa Sevilla.
 
Cualquier parecido con las turbas divinas del orteguismo tampoco es coincidencia, es la repetición de un estilo delincuencial para atemorizar a la población opositora.
 
Cuando el Partido Conservador o el Liberal Independiente se reunían bajo techo para hacer sus convenciones, Somoza García se irritaba y comenzaba a urdir alguna trama para impedir cualquier tipo de organización contraria a su partido.
 
Fue así como un día apareció en su periódico Novedades la noticia de que en las playas de Masachapa había sido descubierto un desembarco de armas traídas por la oposición para derrocar al gobierno. Aparecía la foto del armamento, un recuadro con los detenidos por el tráfico de armas y sus declaraciones inculpando a algunos miembros de la oposición.
 
Cualquier parecido con hechos que están sucediendo en la actualidad y en los cuales se pretende inculpar a miembros de la Alianza PLI en conspiraciones inexistentes, tampoco es mera coincidencia, es la repetición de un estilo delincuencial somocista para amedrentar a la oposición. Por eso alguien me comentó: “son igualitos a Somoza”.

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