El sábado pasado ocurrió un hecho insólito: murió el máximo líder norcoreano Kim Jong-Il, también conocido como "Querido Líder" y hoy como "nacido del cielo", hijo del "Gran Líder" Kim Il Sung, y padre del ya General y sucesor, el "Adorado Líder" Kim Jung-Un, no mayor de treinta años, según se puede decir en medios occidentales. Se supone, según se puede decir en medios coreanos, que el "Querido Líder" murió, cosa terrenal impropia de dinastías como la Kim o la Ortega-Murillo, ambas espiritualmente ligadas de aquí a la eternidad. Además, dentro de esas estructuras politico-espirituales, no se muere, lo que ocurre es una ascensión a los orígenes, y los orígenes de las dinastías Kim y Ortega-Murillo se remontan al cielo. Si usted quiere saber un poco más sobre estas dinastías divinas, lean en "El Correo" la serie de tres artículos, ""Dinastías", publicados originalmente el año pasado en un medio escrito, y recogidos sin pecado original a finales de este año en mi libro "Me quema la palabra".
Luis Rocha
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