Me
refiero al señor tico que le pide perdón a María, la doméstica nica que servía
en su casa.
Le
pide perdón porque no comprendía la determinación de ella por venir a pasar sus
vacaciones a su país, Nicaragua, porque para él, Nicaragua era una tierra
hostil, peligrosa, inculta y al borde del salvajismo. Eso fue lo que le
enseñaron, dice el que ahora comprende el deseo de María de regresar a su
patria a pasar sus vacaciones de fin de año. Le pide perdón a María porque cuando
se decidió a venir a Nicaragua, se encontró con el país maravilloso de Alicia.
Su país es el atrasado, con instalaciones de migración y aduana desastrosas,
con un personal propio de un país salvaje de Africa del Norte. Nada que ver con
las instalaciones, el trato y la gente de Nicaragua. Después de eso se le sale
el poeta al tico y empieza a alabar los lagos, los volcanes, las playas, las
comidas y todos los detalles superfluos que abundan en nuestro país.
Con
esa apreciación nos está diciendo a nosotros los nicaragüenses, que somos un
país de tarjeta postal, de tarjeta de navidad, de calendario y que cocinamos
comidas sabrosas. También nos dice que somos amables con el turista, atentos y
risueños, pero nada más. Dice que de ahora en adelante va a ser como María, va
a venir a pasar sus vacaciones en Ometepe porque sus modernos resorts ya lo
tienen cansado y hay que venir a comer nuestra comida folklórica para darle
descanso al paladar. Se quiere comer los últimos camarones de rio y los últimos
guapotes, porque sus atrasados paisanos van a terminar con el rio San Juan
debido al desarrollo que la carretera va a provocar.
Se
guardó lo mejor del cuento, porque lo que nos quiere decir es que los
nicaragüenses somos una pandilla de inútiles que solo servimos para agradar al
extranjero con nuestro atraso y falta de progreso. Nos dice que solo servimos
para hacer revoluciones para nunca encontrar la democracia y que nos gobiernan
caudillos del siglo ante pasado y pasado. No nos cuenta que su país exporta más
de diez mil millones de dólares al año, porque la democracia en que viven sus
compatriotas se los permite. No nos habla del presupuesto nacional de su
gobierno, presupuesto que les permite tener un excelente sistema de salud y de
educación, con modernos e higiénicos hospitales y profusas escuelas a lo largo
y ancho del país. No nos habla de los sueldos de los maestros, de las
enfermeras y de los policías. No nos habla del nivel académico de la sociedad
en la que él vive y tan es así, que Bill Gate se quedó a pescar en Nicaragua,
pero abrió una filial de su famosa empresa, MICROSOFT, en Costa Rica. ¿Por qué
será? El señor que le pide perdón a su doméstica nica no lo dice, porque se le
termina el argumento para decirnos que somos alegres pero ignorantes.
La
pregunta final y que le quita la careta de admirador de Nicaragua, es que si él
se cambiaría por un nica; que si se quedaría con los guapotes, para que el nica
goce de las condiciones de desarrollo de su país; que si cambiaría su sistema
político por el nuestro; que si combatiría a Figueres para apoyar a Somoza; que
si cambiaría las guerras civiles de cada cuarto de siglo, por la paz de cien
años de su país. Le aseguro que si se lo plantea a uno de los miles de nicaragüenses
que tienen que vivir y trabajar en Costa Rica, porque en Nicaragua no lo pueden
hacer, le acepta encantado el cambio.
Los
ticos que se consideran ciudadanos de primer mundo, nos tratan como ciudadanos
en taparrabos admirando nuestras bellezas naturales y les gusta usarnos como
meseros.
Doña
María, esté en donde esté, no crea en ese perdón porque no es auténtico, es
solo una manera solapada de restregarnos nuestra tragedia de vivir en tierra de
dictadores corruptos que no nos han permitido educarnos y desarrollarnos. El
tico nos malquiere como pueblo, porque tenemos un país más extenso y más rico
que el de ellos. Nos dan trabajo, pero nos tratan como analfabetos.
Jorge
J Cuadra V
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