El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

miércoles, 2 de febrero de 2011

GADAFI Y SUS FANTASMAS

Luis Rocha

En Libia el Coronel Muammar Gadafi se tomó el poder en 1969. Hace cuarentidos años que está acostumbrado a sus fantasmas, es decir a ver rostros en la realidad y en las penumbras, parecidos al suyo. Rostros de dictadores de viejo cuño, que en todo momento se creyeron imprescindibles para sus pueblos. El que menos años en el poder, que no baje de veinte, piensa para sus adentros. Un dictador de menos de veinte años “gobernando” no alcanza la categoría indispensable. Será un dictadorzuelo, pero no un gran dirigente o estadista.

Las arenas azotan a los sumisos camellos echados en las afueras de las enormes tiendas blancas, esta vez un campamento portátil de seguridad en medio del desierto. Le parece que su amigo Daniel Ortega no ha dejado el poder desde 1979, hace treintidos años, salvo un breve período en que gobernó desde abajo. Por lo tanto reúne los requisitos para pertenecer al Club de los Estadistas Inmortales.

Mubarak el egipcio ingresó al Club en 1980, pero aún derrocado como Presidente en estos aciagos y endemoniadamente premonitorios días, si lo desea habitará la tienda que Gadafi y Alá deparan a los exiliados. Sopla el viento inclemente modelando dunas. Aúlla con estremecedores augurios.

Sin embargo las tormentas del desierto no se llevan los recuerdos de Gadafi. Vive un tiempo estático. Un tiempo en el que la lealtad entre dictadores es a prueba de temporalidad. Por eso es que cuando el viernes 14 de enero de este fatídico 2011 en Túnez cayó Zine El Abidine Ben Alí –con todo y su inefable Regenta-, al día siguiente sábado 15 de enero el líder libio se apresuraba a proclamar a los cuatro vientos que para él Ben Alí, el derrocado dictador, siempre sería el Presidente de Túnez.

Es probable que lo mismo diría el venezolano Hugo Chávez Frías sobre Daniel Ortega, en parecidas y supuestas circunstancias, aunque “siempre” es tan solo una palabra sin límites en el espacio ni en el tiempo. Pero la solidaridad entre los inmortales trasciende, como es lógico, los límites de lo humano.

luisrochaurtecho@yahoo.com

“Extremadura”, Masatepe, 2 de febrero de 2011. (“Me quema la palabra”).

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