“Construir una mezquita sobre las ruinas del World Trade Center, es claudicar de rodillas ante el salvaje terrorismo.”
No habiendo negado nunca mi admiración por esa bella mujer llamada Sarah Palin, tampoco he negado mis discrepancias con su manera de hacer política, con sus valores ideológicos y con su partido reaccionario y clasista. Sin embargo, hoy coincido plenamente con su rechazo tajante al proyecto que se ha dado en llamar, CORDOBA HOUSE, situado a dos cuadras de GROUND ZERO, que es el sitio en que se erguían majestuosas, como un testimonio al poder y al desarrollo arquitectónico de la ciudad de New York, las llamadas Torres Gemelas. Las mismas que cayeron como castillos de naipe la mañana del 11 de Septiembre de 2001, golpeadas por la violencia musulmana, causando cerca de tres mil muertos, la mayoría de ellos pertenecientes a la clase trabajadora, esa clase que con su dinamismo mueve la enorme maquinaria que es Estados Unidos de América.
El recuerdo de los hechos dantescos que se vieron alrededor del mundo a la misma hora en que estaban sucediendo en ese New York humillado y postrado por la violencia del terrorismo musulmán que esa mañana derramó sangre inocente, es ya de por si suficiente para no construir nada que recuerde a la raza que perpetró ese crimen imperdonable. Pero como la libertad tiene muchas interpretaciones, unos funcionarios de La Gran Manzana propusieron el proyecto musulmán, CORDOBA HOUSE, que entre otras cosas va a albergar una fastuosa mezquita para que lleguen a orar los mismos que causaron el desastre más sangriento de la historia de la ciudad. Los que lo apoyan dicen que lo hacen para promover las “Muslin-West relations,” a través de la cultura y las artes, gesto altruista y noble si no fuera porque las bases de ese proyecto van a nadar en la sangre de honestos trabajadores a quienes les llegó el fin del mundo cuando los “cultos” musulmanes estrellaron sendos aviones comerciales con cienes de pasajeros abordo en ambas torres.
Sarah Palin, con todo el derecho del mundo dijo NO.
Primero hay que ver que pasaría si un musulmán con poder propone la construcción de un templo cristiano en el corazón de Irak, o de Irán o de Afganistán. Veamos que les pasaría a los cristianos que se atrevan a ir a orar, si es que lo construyen, para pedir que las bombas que arrojan los reactores norteamericanos, den en el blanco y acaben con Bin Laden o con el presidente terrorista de Irán, Mahmud Ahmadineyad, porque eso es lo que pensarían los musulmanes del lugar. Basta recordar lo que le pasó al escritor anglo-hindú, Salman Rushdie, que fue condenado a muerte por el Ayatolá Jomeini porque según él le faltó al respeto al Profeta Mahoma en su obra, VERSOS SATÁNICOS, condena que veinte años después sigue vigente, convirtiendo a Salman Rushdie en el escritor más perseguido de la historia de la literatura.
La planeada mezquita ha dividido a los funcionarios de la ciudad de New York. Michael Bloomberg, su alcalde, apoya el proyecto. Rick Lazio, candidato republicano a gobernador del estado de New York, no lo aprueba y Andrew Cuomo, candidato demócrata para el mismo cargo, lo aprueba.
Hay que dejar que la voz de Dios, que es la voz del pueblo, se pronuncie al respecto, porque el pueblo puso los muertos y los muertos deben estar por encima de los millones de dólares que en concepto de comisión, dejaría la construcción del proyecto CORDOBA HOUSE en los bolsillos sin fondo de los políticos.
Que se comprometan los hijos de Alá a frenar el terrorismo salvaje que desangra las grandes ciudades occidentales y después se platica de promocionar las relaciones entre ambos pueblos. Que dejen de decapitar cristianos ante las cámaras de TV para horror de los pueblos civilizados y después se invocan las artes y la cultura como factor de entendimiento. El pueblo árabe tiene una milenaria cultura, pero está supeditada al fanatismo religioso en cuyo nombre asesinan sin piedad a lo largo y ancho del mundo occidental.
Por esta vez, Sarah Palin tiene razón y se la debe apoyar en su cruzada patriótica y represiva para que esa mezquita no sea construida en un suelo que para los habitantes de New York y del país entero debe ser considerado sagrado.
New York todavía sangra por las heridas aun no cicatrizadas y mucho menos vengadas, por lo que GROUND ZERO y sus alrededores debe ser respetado y una mezquita enclavada en tierra de mártires del terrorismo musulmán, sería el mayor insulto a esas personas, que en el colmo de su desesperación, se lanzaron al vacío desde el piso 48 a una muerte segura, para no enfrentar el fuego que consumía piso a piso las torres del WTC.
¿Saben ustedes en que se usó parte del acero de las ruinas de las torres gemelas? En la construcción de un buque de guerra de 208 metros de largo, que tiene por nombre, USS NEW YORK y debajo del nombre está escrita la leyenda, “DON`T FORGET.”
Sarah Palin, NO OLVIDA.
Jorge J Cuadra V
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