El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

domingo, 17 de octubre de 2010

Crónica de un asalto… y la saga continúa

Jilma Estrada | 14/10/2010
El día jueves 7 de octubre me convertí en una víctima más de la delincuencia en taxis de este país.

A las 6:00pm salí de Fundación Luciérnaga para tomar un taxi hacia la Embajada de Brasil. Después de un rato de estar esperando me dispuse a caminar hacia la esquina de galería Añil, ahí al fin pasó un taxi que se detuvo, el tipo, un joven como de 30 años, moreno y delgado me preguntó donde iba, le dije mi dirección y respondió que me llevaría en 50 córdobas. Yo accedí, me monté en la parte trasera del taxi y como de costumbre entablé conversación con el taxista, ya que de esta manera me siento un poco más segura.

Al llegar casi al Zumen me preguntó si tenía sencillo, yo le respondí que no, que llevaba un billete de 200 pero que lo podíamos cambiar en una gasolinera, él me lo pidió diciendo que llevaba cambio, un poco más adelante lo detuvo una señora que dijo dirigirse al hospital Bertha Calderón, el taxista se negó y me dijo que era porque se iba a ir por la suburbana pues los semáforos hasta el 7 sur toman mucho tiempo.

Una vez en San Judas nos encontramos a otro taxi blanco, al cual le gritó como si lo conociera, este no dio ninguna reacción. Casi llegando a los semáforos de San Judas a la suburbana me dijo que íbamos a tomar un atajo que salía directo a la suburbana. Yo conozco bien ese camino y sé lo oscuro que es, además de los asaltos que ahí han habido; en ese momento le dije que no se fuera por ahí, que era peligroso pero él insistía, ahí me puse un poco nerviosa y busqué cómo salir pero me di cuenta que el carro no se podía abrir desde adentro y que las ventanas tampoco podían bajarse, entonces le dije que me quedaba ahí, al verme en ese estado me dijo que estaba bien, que nos íbamos por los semáforos de San Judas, rumbo a la suburbana.

Noté que el tipo conducía lento y en el carril derecho, por lo que me di cuenta de que era un asalto, después de tantas historias de amigos y desconocidos que corrieron la misma suerte, ya en mi mente había vivido una y otra ese capítulo, me moví al asiento detrás del conductor y sin que él se diera cuenta busqué algo dentro de mi mochila que me sirviera de arma, lo único que encontré fue un lapicero. Estaba preparada.

"Este es un asalto"... forcejamos

Cuando nos acercamos al camino noté que había un taxi similar al que había saludado antes y esto me puso más nerviosa. En la entrada del camino el taxista dobló y me dijo: “no hagas nada que esto es un asalto”, yo preparada en ese momento no dejé que terminara la frase cuando ya le había ensartado el lapicero en el cuello, le daba y le daba, y él manejando, trataba de quitarme las manos y gritándome: “vas a ver cuando te agarre lo que te va a pasar”, impactamos contra algo y el lapicero salió por los aires.

Ahí traté de ahorcarlo, pero intentó morderme, en ese momento me impulsé hacia delante y logré apagar el carro y sacar la llave, la cual traté de introducirle varias veces en el abdomen, el carro se enllavó pero seguía corriendo por lo cual impactamos varias veces sin control, me pidió que se las devolviera, que se iba a bajar y me abriría y él se iba a ir, ya en este momento las llaves no estaban en mis manos, yo seguí defendiéndome con las manos hasta que llegamos al segundo ceibo de San Judas en donde se encontraban varios jóvenes que vieron venir el carro sin control alguno, el carro subió en una acera y perdió velocidad.

El delincuente aprovechó para abrir su puerta y salir huyendo, los jóvenes detuvieron el vehículo que estaba a punto de impactar en una casa,. En un momento salió todo el vecindario, unas señoras lograron sacar los documentos del taxi antes de que la gente se llevara lo que podía, enseguida llegó una patrulla de boinas rojas que habían sido avisados por el taxista que estaba en la entrada del camino de San Isidro, que se dio cuenta que se trataba de un asalto y posible violación.

Me retuvieron ahí unas 2 horas y el perito nunca llegó, mis familiares me llevaron a poner la denuncia a la subdelegación de San Judas en donde esperé hasta las 9:00 pm para ser atendida, ya que el oficial de turno para las denuncias no se encontraba.

Cuando al fin llegó el inspector Oscar Sevilla, tomó mi declaración y guardó el permiso del taxi diciendo que me llamaría cuando apareciera el dueño, ya que no sabíamos hasta el momento si el taxi era robado o si el asaltante era cadete. Regresé a mi casa esa noche con un nuevo y extraño sentimiento.

¿Dónde está la Policía?

Esperé hasta el martes 12 de octubre a que me llamaran de la Policía, mas nunca recibí noticias. Tenía temor de que el sujeto anduviera suelto, ya que conocía mi cara y donde estudiaba, así que esa misma tarde llamé al inspector Sevilla. La respuesta que obtuve de él es que ya había aparecido el dueño del taxi y que el comisionado Danilo Obregón le había dado autorización para llevarse el vehículo, pues al final no tenia nada que ver, le pregunté que si había dado información sobre el asaltante y me dijo que sí, que era su cadete, que había proporcionado la dirección y el nombre de él, pero que todavía no habían ido a detenerlo pues no tenían tiempo...

Aquí me pregunto: ¿cómo van a dar un permiso de retirar el vehículo si no saben si la información que se está dando es verídica?, ¿Qué están esperando para ir a detenerlo si la denuncia ya está puesta? Le dije que llegaría directamente a la subdelegación a hablar con el comisionado pero resulta que está de subsidio, y que él igual se iba a las 5:00 pm, aun con escasas oportunidades de encontrarlo me fui, esperé hasta las 5:30 PM y llegé, se sorprendió al verme.

Me brindaron toda esta información, la cual no ha sido verificada por los agentes de la Policía. Le pregunté al oficial que si tenían todos esos datos porque no habían ido a buscarlo y me respondió, muy prepotentemente, que ellos no sólo tenían ese caso, que cuando tuvieran tiempo irían a buscarlo pues no pensaban pasar todo el día parqueados afuera de su casa esperando que llegara. Le dije sobre la inseguridad que sentía y me dijo que lo único que me podía decir es que el sujeto ya andaba taxeando en un Hyundai color verde de placa impar. Me fui sin decir más.

Amigos, de esta experiencia me quedan múltiples lecciones:

* La suerte que tuve al haber reaccionado así y no darle tiempo al asaltante que sacara un arma, me salvó.

* Estos delincuentes deben de estar conscientes que estamos alerta, que no soy la única. Si ahora yo tenía un lapicero, mañana otra tiene un cuchillo.

* La Policía es una institución corrupta, incompetente e incapaz de asegurar la protección que un ciudadano necesita.

* Si la Policía no ejerce bien su función, que la justicia y la acción la tome el pueblo con sus propias manos.

Consejo:

Mujeres, hombres, gente: cuando tomen un taxi manténganse alerta, hay muchos indicios que podemos ver para darnos cuentas que es un asalto. Lo más mínimo, una pinza, tacones, llaves, lapiceros… todo esto se puede convertir en un arma.

No debería de ser así, no tiene que haber heridos, violaciones o muertos para que la gente le de la importancia debida a estos casos. El trauma que queda no se va, el sentimiento de inseguridad, de ultraje no se va.

Este es la segunda vez que me asaltan en un mes. Aquí me pregunto yo: ¿dónde esta la Policía?
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