Desde la perspectiva de las garrapatas y las pulgas cualquier espacio que les permita succionar una gotita de sangre estará bien así que, acomodando razones y argumentos, es casi seguro que todos los vividores que pululan en las agrupaciones pseudopolíticas encontraran suficientes excusas para ver si magnánimamente el "Presidente Sol" de los Pobres les concede algún escaño parlamentario dentro de los treinta que (poco más o menos) distribuirá entre los parásitos que le puedan ser menos perjudiciales en la Asamblea Nacional.
El argumento más "sólido" que he escuchado y leído a la fecha es el de que NO SE DEBEN CEDER TODOS LOS ESPACIOS DE PODER AL ORTEGUISMO PARA QUE NO PUEDA CONSOLIDAR SU DICTADURA. Pero este argumento se cae por su propio peso cuando vemos que en la actualidad, y como producto de las elecciones del 2006, el Orteguismo solamente tiene en términos reales 38 Diputados en la Asamblea Nacional, en tanto el remedo opositor cuenta con 54. Se supone que por el reparto 50-50 (jáfana-jáfana) realizado entre el PLC y el Orteguismo en la CSJ y el CSE, a lo sumo esas instituciones deberían de estar paralizadas y no operando en la función descarada y descarnada de someter y secuestrar al Estado de Nicaragua, juntamente con la población en general, para cumplir con los designios de la nueva oligarquía Danielista y los cuatro idiotas que les hacen barra.
Algunos analistas han puesto el ejemplo de Hugo Chávez y Venezuela para justificar una decisión de correr en las ilegales elecciones fraudulentas que se avecinan en Nicaragua, argumentando como un error el que la oposición de allá no haya corrido en los comicios anteriores, sin embargo, es obvio que la oposición venezolana salió fortalecida luego de esa decisión de no correr; al extremo de que en las recién pasadas elecciones alcanzaron el 52% de los votos (con todo y que obtuvieron menos escaños que el chavismo a causa de los "trucos" de distribución de curules que Chávez previamente tenía preparados), debido a este último resultado es que la oposición de Venezuela arranca una nueva etapa que, si se sabe aprovechar, le será sumamente ventajosa en las próximas elecciones presidenciales de ese hermano país sudamericano.
La oportunidad de la Tercera Vía cada día se aleja más de ser real, toda vez que la Sociedad Civil se ha "amarrado" solita con el cuento del Candidato de Consenso que sacaron del Baúl de los Recuerdos y ya no está quedando suficiente tiempo para convencer a los que no van "donde va Vicente", que son los que podrían generar opinión e inclinar la balanza a favor de una nueva opción refrescante. El número mágico para vencer definitivamente cualquier intento dictatorial de Ortega es el que equivalga al 70% de la población en edad de votar y no veo cómo lo alcance Fabio Gadea, ni pintándome el mejor de los escenarios que pasa (necesaria e indispensablemente) por un cambio de su imagen de cara a determinados sectores de la población, incluyendo a una parte de quienes simpatizan con el Sandinismo.
Si los Partidos Políticos se pliegan a la Convocatoria Ilegal, la legitiman... Roberto Rivas & Cía. van a validar la candidatura de Ortega con el cuento de la Sentencia de la Falsa CSJ, después van a poner a Hallesleven en lugar de Roberto Rivas para hacer suponer a la gente que los votos se van a contar bien (ya el noneco de Montealegre y otros han manifestado su conformidad con esa candidatura) y Daniel Ortega va a ganar las elecciones con la cantidad de votos precisa para que le queden entre 58 y 62 Diputados, y de tal forma que pueda "legalmente" poner y quitar a quien se le ocurra en los otros Poderes del Estado y hasta cambiar la Constitución definitvamente para evitarle futuros inconvenientes a sus herederos, todo dentro de un sistema totalmente "democrático" y debidamente legalizado por los payasos que le sigan ahora el juego.
Al final pues, que corran o no corran los pseudopolíticos opositores viene dando igual para los efectos de contener a Ortega y, para nosotros, la pregunta pasaría a ser: ¿Votar o no votar? Por mi parte definitivamente hace ya rato decidí que no voy a votar por el Fabio Gadea antisandinista recalcitrante, homofóbico y ultraconservador que se me ha presentado como Candidato de Consenso; tendría que hacer algunas concesiones públicas que sean tan veraces que puedan convencerme... mucho menos voy a votar por una plancha donde vaya cualquiera (uno solo) de los Diputados que ha estado haciendo el ridículo en la Asamblea Nacional en los últimos casi cuatro años... y como Daniel es un candidato inconstitucional, neoliberal, oligárquico que con sus treinta y pico de años contando el mismo cuento bipolar ya me aburre... ¡Ahí los veo en la tele, Güicho!
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