PROMISCUIDAD ESPIRITUAL

A eso huele la carta del sacerdote jesuita, Alfonso Llanos Escobar. Es el lamento tradicional del sacerdote que quiere pertenecer a los consagrados al servicio de Dios, pero con las libertades de los de afuera.O quieres ser sacerdote, o quieres ser padre de familia. Ambas cosas no se puede ser y si escogen, como el padre Llanos, ser sacerdote, entonces se tiene que asumir la regla del celibato, que fue instituida, creo yo, más como una medida para tener independencia e individualidad, lejos de la influencia de una mujer. El celibato no fue concebido para que los sacerdotes no tuvieran relaciones sexuales. Estas las pueden tener sin repercusiones serias y como un pecado más de lujuria, que la comodidad de la doctrina católica perdona setenta veces siete.Llanos Escobar quiere ser un hippie con la potestad de convertir el pan en el cuerpo de Cristo. De 7 a 8 de la mañana viste los hábitos de la liturgia católica y a las 9 está llevando una vida de hombre de mundo, al natural, con humildad, con sencillez, con vino y con mujeres. Eso es ser humano para el padre Llanos y eso le pide encarecidamente a Dios. “Que derriben los muros del Vaticano” y lo conviertan en bazar y lugar de encuentros “espirituales” para buscar pareja y así conformar esos matrimonios con que sueña el jesuita Llanos, lleno de mística religiosa de la puerta para afuera y de rutina corriente en la cual tiene su lugar las relaciones sexuales, puerta para adentro.Niega toda la sabiduría de la Iglesia católica y la de los padres que erigieron las bases del pensamiento teológico y la pone   como una fuente de errores constantes,   productora de descontentos. Según Llanos, son los que no se han rebelado en contra de los preceptos de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, los que no aciertan ni una y al excomulgar a Miguel Cerulario en el siglo XII, la respuesta fue la iglesia ortodoxa, mejor, según Llanos, que la católica. Y cuando excomulgaron a Martín Lutero, la respuesta fue la iglesia Protestante, otra mejor que el tronco de donde se desprendió. Llanos Escobar, sigue narrando las excomuniones a la ciencia, al liberalismo, a los masones y siempre la respuesta a esas excomuniones es una doctrina mejor que la católica.Me pregunto, ¿en dónde está el padre Llanos actualmente? ¿Sigue siendo sacerdote católico, o es ortodoxo, protestante, anticlerical, liberal radical? ¿Pertenece todavía a los que se rigen por El vaticano y creen en la infabilidad del Papa? De ser así, ¿qué sigue haciendo dentro de la Iglesia católica? Porque en su carta sé descubre a un gran reformista anticlerical que se encarga de promocionar doctrinas superiores a en la que él  se consagró sacerdote para siempre.No se puede servir a dos señores. O se vive en el mundo, o se renuncia al mundo y a la carne, es decir a la compañía oficial de las féminas, dejando como fruto de la tentación los encuentros casuales con ellas, como una muestra del humanismo de los sacerdotes.Injusto el padre Llanos cuando acusa a la Iglesia Católica de obstruir los avances de la ciencia. Si así fuera, no existieran esas magníficas universidades católicas dotadas con laboratorios equipados con lo último de la tecnología, precisamente para experimentar sobre el avance de las ciencias: medicina, ingeniería, la fuerza nuclear.Dios no responde al lenguaje lleno de lamentos del padre Llanos, porque dejó reglas establecidas que van cambiando muy lentamente con el paso del tiempo.El ídolo del padre Llanos ha de ser el famoso padre Alberto, aquel que cuando fue descubierto en la playa llevando una vida de playboy al lado de su amante, lo que hizo para conciliar su conciencia, fue cambiarse de sotana para usar la de la religión que le permite ser promiscuo. ¿Lo hizo ya el padre Llanos Escobar? Jorge J Cuadra V