Esta
vez no es la honda contra la espada de los contendores las que chocan, sino lo
corriente contra la fama; un diploma de bachiller tardío contra los títulos
universitarios y doctorados; muchas experiencias mundanas contra una vida de
académico reconocido. El encuentro, que bien se puede llamar osadía, es entre
un hombre común que se dejó llevar por las veleidades de una vida de privilegio
y un político escrupuloso al que le ha costado mucho encontrar su identidad ideológica.
Contestar
el artículo del Dr. Humberto Belli Pereira, antiguo marxista encotonado y
encaitado y actual doctor en ciencias sociales, ex Ministro de Educación y con
un rectorado en una universidad bilingüe y elitista, es una temeridad, pero los
tiempos no están para ser temerosos, sino audaces sobre todo cuando está en
juego el conocimiento del pueblo.
Desde
el título del artículo es provocativo porque implica que Ortega ha gobernado
bien alguna vez, cuando Nicaragua entera siente todo lo contrario.
Pero
supongamos que el de los ochentas fue un gobierno bueno pero imprudente,
producto de la inexperiencia de los guerrilleros recién salidos de la montaña y
de la lucha. Por eso decían que podían meter la pata, pero nunca la mano, cosa
que al fin hicieron y se les vino encima la avalancha de la democracia con la
Dama de blanco a la cabeza, prometiendo encausarnos en el camino de la paz y del progreso.
Si
no lo logró fue porque el gobernante imprudente de ayer se lo impidió con sus
asonadas de cada mes y sus paros injustos y sus huelgas desgastadoras.
En
los ochentas Ortega decía que los yankes eran los enemigos de la humanidad y
según el Dr. Belli Pereira ahora no lo dice, aunque sea el aliado incondicional
de los enemigos mortales de los yankes, a través de Hugo Chávez y Fidel Castro.
Si
en los ochentas Ortega maldecía las políticas del FMI y la macroeconomía, era
por pura envidia, ahora bendice al despiadado organismo, porque es un capitán
más de la macroeconomía. Pero ni en eso es sincero, porque desde las tarimas
enfloradas les envía al pueblo pobre el mismo mensaje de los ochentas y en la
realidad tiene un gobierno neoliberal, apegado al esquema del FMI, pasando
leyes que calman al organismo financiero mundial, pero estrechan más las
condiciones ya de por si paupérrimas del pueblo nicaragüense.
En
el modo de gobernar del siglo XXI del Presidente Ortega no hay golpe de timón en
beneficio de las grandes mayorías de este país, sino política maquiavélica en
función de sus grandes intereses económicos, que son los mismos de los de la
tradicional clase empresarial, con una gran diferencia: los de Ortega son para
gobernar despóticamente el país y el de los empresarios tradicionales son los
que indican la naturaleza de una economía de mercado.
Si
los años le han dado a Ortega y asociados experiencia, no es para corregir la
economía de miseria que impera en este país, sino para engrandecer los
intereses de sus enormes fortunas, producto del botín de guerra y de la rapiña,
no del esfuerzo prolongado de los empresarios auténticos.
Doctor
Belli, Ortega nunca ha gobernado, ha usurpado.
Jorge
J Cuadra V
Bachiller
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