El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

martes, 22 de enero de 2013

Mujica voló a Venezuela en clase turista


CARACAS.- En otra muestra de la sencillez que lo caracteriza, el presidente de Uruguay, José “Pepe” Mujica realizó el vuelo a Venezuela donde fue a dar su respaldo a la continuidad institucional de ese país en clase turista, como un pasajero más, al punto que quienes compartieron con el el vuelo sólo se enteraron de quién era al llegar a Caracas. La anécdota la relata la periodista Marta De la Vega V. quien publicó en la revista Tal Cual el asombro que le causó la presencia del uruguayo, al que pese a todo recriminó su viaje que entendió como una muestra de apoyo al gobierno chavista.
“En el vuelo de TACA del 9 de enero de 2013, tramo de Lima a Caracas, tuve la sorpresa de toparme con el Presidente de Uruguay, sentado en la primera fila de clase económica, asiento 7F, al buscar mi puesto, detrás suyo. No pude contenerme: “Buenos días, presidente Mujica. Es un honor saludarlo. Pero lamento mucho que vaya a Venezuela para avalar un acto que es irregular, ilegal e inconstitucional”, relató la mujer venezolana.
“Amablemente me respondió: ‘Señora, yo entiendo lo que siente. Voy a un acto diplomático. Pero es un asunto que tienen que resolver los venezolanos’. Le respondí: ‘Sí, Presidente. Pero los gobiernos demócratas no pueden respaldar esta flagrante ruptura del hilo constitucional con toma de posesión virtual’. Me saludó con un gesto amable y dijo: ‘No se preocupe que verá que todo se va a arreglar’, dándome su mano con gesto amigable. Le deseé una feliz estadía en Caracas. Durante el vuelo leyó y de vez en cuando se levantaba de su asiento para estirar piernas y casi ningún pasajero advirtió de quién se trataba, y sólo cuando lo reconocieron tuvieron el único gesto distinto a cualquier otro viajero al dejarlo bajar primero del avión”, concluye el relato.

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