El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

miércoles, 30 de enero de 2013

EL ESTRECHO DUDOSO


FRANCISCA AGUIRRE
Pedro García Domínguez 

No me es fácil escribir con serena imparcialidad sobre la poeta Francisca, Aguirre. Juntos, con Luis Rosales, los tres, desempeñamos durante 30 años una hermosa tarea responsable en la Dirección de Actividades Culturales y Artísticas del Instituto de Cooperación Iberoamericana (ICI).  Jamás tuvimos el más mínimo desencuentro ni roce, por pequeña que fuere y tampoco acepté otro trabajo o destino, si ello significaba alejarme de Paca Aguirre y de Luis Rosales. Aseguro que en el MAE, trabajar en nuestro despacho era codiciado.  Aunque tuviéramos distintos niveles administrativos, a cualquiera le hubiera sido difícil averiguar quién era el jefe, pues allí nadie ‘mandaba’.
Las puertas de nuestros despachos, siempre estaban abiertas, nunca se cerraron, y siempre fueron refugio y esperanza de cuantos necesitaron nuestra ayuda, para recuperar su dignidad. En tiempos de represión, eran el punto de referencia y encuentro de argentinos, nicaragüenses, uruguayos, chilenos, paraguayos, peruanos, filipinos y un largo etc. Los reclamábamos, si estaban ‘desaparecidos’, a muchos los repatriamos, vía Canadá; les concedíamos una ‘beca’, hasta que encontraron un trabajo digno. Hubo quien no tuvo más remedio que instalarse en nuestro despacho Otros, encontraron acomodo en  el fraterno y contiguo ‘Cuadernos Hispanoamericanos’, con el inmenso y  cercano Félix Grande y otros en Prensa o en Exposiciones. Cuestión de memoria. En Ediciones Cultura Hispánica, Madrid, 1966, publicó el becario de Colegio Mayor Hispanoamericano Nuestra Señora de Guadalupe la primera edición de su descomunal poema épico El estrecho dudoso. Edición codiciada por bibliófilos.

          Para Paca (Francisca Aguirre): «la poesía es una herramienta del conocimiento, que sirve para sacar lo que llevamos dentro.» Sí, y para narrar con sangre, retazos señeros de una vida. Y es que del ‘corazón’ de Paca participan Félix Grande [el apellido es responsable, como su pulcra figura] y Guadalupe, poetas descomunales y distintos. De este modo, ya podremos comprender a Paca, su poesía y su historia. Al menos, aquí, de esa parte entrañable de su vida que no figura en sus biografías. Pues, como a todos los humanos, la vida nos ha forjado entre el amor y la soledad —más allá de lo cotidiano—, ya que la armonía nace de los contrarios, y que, «ni el bien ni el mal son durables», todo cabe en la vida de Paca y con sutil cobertura nos lo cuenta.
          Sentenciaba Luis Rosales que «la alegría no tiene historia». Un día llegó Pace compungida. Estaba claro de que, ese día, Paca tenía ‘historia’.  Luis, le preguntó: « ¿Tú podrías vivir el resto de tus días sin Félix?». Pero Paca no sabía, ni podía vivir sin Félix. De modo que le aconsejó: «a quienes ‘queremos’ hemos de ‘amarlos’, no como son, sino como están siendo»: ‘paciencia’, le aconsejó —que se dice pronto—. ‘Paciencia’. El aforismo de Luis, como todos los suyos, es contundente, porque ‘amar’ es la antinomia de ‘querer’, lo primero es ‘dar’ y lo segundo ‘recibir’,  ‘poseer’. Vivimos tiempos de ‘querer’, son estos tiempos de ‘posesión’ no tiempos de ‘dar’. Una acción es activa y la otra, pasiva; generosidad o egoísmo. No nos ha tocado vivir tiempos de ‘amor’, voz que ha caído en desuso; son éstos, tiempos de ‘querer’, tiempos de posesiones «y no hace falta aprenderlo».
Lo que pasó, lo escribió Paca en un libro, que se puede leer mil veces y cada vez aprendes algo más: Ítaca es su nombre. Después de suficiente ‘paciencia’, todo ha pasado, y están «más juntos que una lágrima».
          Pero Paca, al nacer —en 1930—, cometió un error imperdonable. Seis años después, estallo la infame Guerra Civil española. Llegó con el conocimiento necesario para comprender lo que era el horror y el terror. Para llegar a su Frontera:
« […] y no ingresar en ese tiempo loco
que cobra su alquiler en monedas de espanto. […]»
Algunos escribimos con sangre. Otros con el corazón. 

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