El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

sábado, 12 de enero de 2013

A XXXV AÑOS DE SU ASESINATO ¡PEDRO JOAQUÍN VIVE!


La figura de Pedro Joaquín Chamorro con el paso de los años lejos de perderse en el olvido se engrandece, porque los ideales que inspiraron su lucha son permanentes, mantienen plena vigencia y más aún, adquieren un sentido de necesidad y urgencia en una realidad que día a día se asemeja más a aquella que debió enfrentar con inteligencia y coraje y por lo que dio su vida el Héroe cívico y Mártir de las Libertades.

Y los ideales porque luchó Pedro Joaquín se condensan en una palabra: República. Aquella República que Nicaragua, a lo largo de su historia, ha gozado tan solo de forma fugaz y esporádica y que cifra hoy, como en el pasado, las esperanzas de una vida digna, con libertad y progreso material y espiritual para todos los nicaragüenses, sin ningún tipo de distingos. República, como la pensaba Pedro, que frente a utopías ajenas hoy fracasadas o frente a experimentos demagógicos populistas, representa el verdadero proyecto histórico, el hilo conductor de la lucha por la que han dado su vida miles de nicaragüenses desde el día en que nos independizamos.

Y porque ninguna República se sustenta sin ciudadanos que la amen y estén dispuestos a sacrificarse, Pedro fue, entre tantas cosas y de manera principal y primaria, un ciudadano ejemplar, comprometido con la transformación ética de la sociedad, elemento indisociable de la lucha propiamente política. Por eso la figura de Pedro Joaquín tiene para la sociedad civil nicaragüense, una significación especial.

Si no se respetan las leyes ni se respeta al ciudadano; si contrario a la división, el control y balance de poderes, lo que existe es una acumulación desenfrenada de poder; si no se cumple el requisito mínimo, fundamental, de una democracia que es la existencia de elecciones libres y justas; si la protesta ciudadana es ahogada con palos, abusos sexuales, vejámenes y cárcel, entonces lo que tenemos no es una República sino lo contrario, una monarquía absoluta o una tiranía. Y si la construcción de ciudadanía consiste en ampliar la conciencia y traducirla en acción, lo políticamente correcto frente a esta dictadura no es escamotear la realidad con eufemismos sino enfrentarla, ejerciendo el derecho humano a la resistencia pacífica activa frente la opresión.

“Unidad para luchar por la justicia -decía Pedro Joaquín-. Unidad para luchar por la libertad. Unidad para iniciar un proceso de democratización que abra camino a transformaciones estructurales en base a las cuales establecer un régimen de democracia política, de justicia económica y social, y de efectiva independencia externa de nuestra Patria. Y la unidad, la unidad de todo el pueblo, de todos sus sectores políticos, económicos y sociales, para luchar por la democratización de Nicaragua es el mandato de nuestra historia y la exigencia apremiante de las circunstancias que vive el país”. Unidad –debemos añadir- que no es uniformidad; cuyo punto de partida es el reconocimiento de las diferencias, sin hegemonías ni caudillismos, de forma inclusiva, sobre valores, principios y objetivos. Unidad –debemos aclarar- que no se consuma en la firma de un acta por un reducido número de actores sino resultado del diálogo democrático permanente en los territorios entre los ciudadanos, y entre éstos y sus dirigentes políticos, para la realización de acciones conjuntas y la formulación de una estrategia efectiva de lucha. Unidad –por último- que no puede limitarse a fines electorales sino darse alrededor de una agenda para la restauración democrática y una agenda económica y social, cuyo pilar fundamental sea el compromiso serio, de todos, con la erradicación permanente de la pobreza y la ignorancia.

La primera gran prueba de unidad será la de enfrentar juntos la lucha por un sistema electoral democrático. Esta será la batalla inmediata, en la que no debemos contentarnos con un simple cambio de personas sino exigir un cambio radical e integral. La unidad mayor, programática, estará en dependencia de la unidad que seamos capaces de generar frente a este reto prioritario, que es la organización de un nuevo sistema electoral, como pilar fundamental y condición sine qua non de la democracia. La ruta crítica para alcanzar este objetivo no es la de sentarse a la mesa a recoger migajas, no es la de aceptar treguas o firmar pactos, sino la organización hasta en el más lejano rincón de la patria de la resistencia ciudadana, el sendero abrupto y difícil, sembrado de sacrificios, de la lucha sin cuartel por la libertad, de la lucha sin descanso hasta que Nicaragua - como soñaba Pedro Joaquín-, vuelva a ser República.

Managua, 10 de enero de 2013

Grupo de Reflexión y Participación Ciudadana
Grupo Patriótico de Militares Retirados
Movimiento Autónomo de Mujeres
Movimiento por Nicaragua
Unión Ciudadana por la Democracia

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