Alan
Johnston
BBC
En las horas
finales de la Segunda Guerra Mundial en el norte de Italia, un grupo de
soldados estadounidenses se dispuso a cruzar el Lago de Garda con la esperanza
de rebasar a los soldados alemanes.
Pero los
estadounidenses nunca llegaron a la orilla. Su camión anfibio se hundió en una
tormenta y se ahogaron los más de 20 efectivos a bordo.
Ahora, casi
70 años después, hay una repentina esperanza de que sus cuerpos puedan ser
hallados.
El vehículo
hundido fue localizado en las profundidades del lago hace unas semanas.
Cierre
"Tenemos
la política de que ningún hombre se abandona", dice Val Rios, portavoz de
una asociación que representa a los descendientes de militares que combatieron
en la Décima División de Montaña del ejército estadounidense.
Los restos
del vehículo fueron hallados en las profundidades del lago hace unas semanas.
"Hemos
tenido a 24 soldados en el fondo del Lago Garda todos estos años, así que es
importante para nosotros poder darle un cierre a este trágico accidente".
Rios cree
que puede ser posible identificar los restos de algunos de los soldados, ya sea
en el casco del barco o desperdigados a su alrededor.
Y también
espera que eventualmente pueda haber entierros en los hogares de estos muertos
en Estados Unidos.
"Los
accidentes también son parte de la guerra", dice.
"Pero
fue trágico que ocurriera tan cerca del final de la guerra y se perdieran
tantas vidas".
"Patos" submarinos
Los soldados
se ahogaron en la noche del 30 de abril de 1945.
Para
entonces, el líder fascista de Italia, Benito Mussolini, ya había sido
capturado y ejecutado.
Su cuerpo
fue colgado en una calle en Milán pocos días antes del accidente en el Lago de
Garda. Y apenas 24 horas después se rindieron las fuerzas alemanas en Italia.
Pero
pelearon hasta el último momento.
Algunos
soldados de EE.UU. sí lograron cruzar el Lago de Garda.
Soldados de
élite de la SS opusieron fuerte resistencia en los hermosos montes y pueblos en
las laderas del norte del lago.
Trataron de
bloquear el avance de los aliados haciendo explotar puentes y túneles.
Así que los
estadounidenses se decidieron a avanzar por el agua, desplegando sus enormes
vehículos anfibios.
Estos eran
camiones de seis ruedas llamados DUKW, aunque los soldados sólo se referían a
ellos como "Ducks" o patos.
Las máquinas
pasaban a funcionar con hélices apenas entraban a ríos o lagos.
El 30 de
abril, a los miembros del batallón de artillería de campo 605 se les indicó que
debían trasladar una de sus grandes armas hasta un punto en la costa donde
pudiera ser utilizada para vulnerar las posiciones alemanas.
"Se
estaba formando una tormenta, pero más temprano esa tarde otro DUKW había
cruzado con éxito", dice Rios.
Parece que
el pesado vehículo no pudo soportar las altas olas.
"Cuando
se acercaba al puerto en Riva, el barco comenzó a llenarse de agua y los
hombres empezaron a deshacerse de equipos pesados, pero sin resultado. El barco
se volcó".
El único
sobreviviente fue el cabo Thomas Hough, de Dayton, Ohio, quien había sido un
salvavidas antes de vincularse al ejército.
"Gritos de júbilo"
Cerca de la
orilla, mientras se desarrollaba el desastre, estaba Carlo Bombardelli, quien
tenía 9 años.
La casa de
su familia estaba a unos pocos metros del agua.
"Había
vientos fuertes esa noche, y mi padre y yo escuchamos gritos en el lago",
cuenta.
Él se
acuerda de dos soldados estadounidenses que intentaban buscar sobrevivientes en
las aguas turbias y en la oscuridad.
"El día
después encontramos ocho mochilas estadounidenses en la playa".
El vehículo
fue hallado por un grupo de voluntarios. Ahora hay esperanza de que puedan
encontrarse las víctimas.
Hace varios
años, un equipo de la Universidad de Texas organizó una búsqueda del barco, que
resultó infructuosa.
Pero en 2011
una organización local que responde a emergencias en el lado, el Grupo de
Voluntarios de Garda, se dio a la búsqueda.
El vocero
del grupo, Luca Turrini, dice: "Otras búsquedas estuvieron basadas en el
testimonio confuso del único sobreviviente, que dijo que se hundieron cerca de
la orilla".
"Pero
nosotros fuimos mucho más lejos lago adentro y tuvimos más tiempo para
buscar".
El grupo usó
un sónar para escanear las profundidades.
Y después de
una revisión particular sobre el barro del lecho, hubo un momento repentino y
eufórico de descubrimiento.
"Vimos
la cámara rondando sobre un vehículo", dice Turrini.
"Y
podíamos ver la insignia del ejército de Estados Unidos. Hubo gritos de
júbilo".
Dijo que él
y los otros voluntarios continuarán la exploración del lugar.
Examinarán
objetos pequeños alrededor de los restos del vehículo, y verán si pueden
identificar restos humanos.
"Es
difícil porque el barro lo ha cubierto todo", dijo.
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