El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

domingo, 20 de enero de 2013

Ganar todos


Las páginas deportivas acercan estos días  contenidos de calado. Lance Armstrong nos ha invitado a explorar este capítulo informativo en el que aparece su entrevista sin desperdicio. No en vano nos ha regalado como nadie sólidos argumentos a favor del “otro mundo posible”. De boca del siete veces campeón del “Tour” se confiesa en realidad una civilización moribunda, un mundo caduco, una cultura altamente desfasada. Le podrán quitar todos los “maillots” amarillos, pero nadie le privará de la valentía de haberse sincerado hasta tal extremo.
El “ganar a cualquier precio” no sólo ha hundido al cliclista norteamericano. De no ser superada esa misma y omnipresente filosofía, puede acabar por hundir al “pelotón” de la entera humanidad. Con la sola mirada en el triunfo, en el beneficio personal, todo, por supuesto el planeta, tiene los días contados. El deporte excesivamente competitivo no es sino el reflejo de una sociedad caracterizada por la pugna a tantos niveles y esferas.
No, no es Armstrong sólo el que se confiesa. Un sistema fallido y agotado, inspirado en el ganar a costa de todo, de triunfar por encima de los demás, pareciera entonar, a través del caído icono de la bicicleta, su “mea culpa”. Esa misma “arrogancia e instinto insaciable” no sólo asaltan al humano sobre el sillín de la bicicleta. Da lo mismo que la dura competencia se establezca en el ámbito del deporte, la economía, la política, el arte... Lance Amstrong entonaba en realidad el canto de cisne de la cultura individualista, enterraba ante millones de telespectadores, la conciencia ignorante y cortoplacista del triunfo individual. Faltan más catarsis como la del laureado deportista. Sus frases lapidarias habrían de ser extrapolables: "Esta historia fue perfecta durante demasiado tiempo.” ¿Durante cuánto tiempo se nos ha animado por tantos medios al progreso personal, al margen del desarrollo y el beneficio de la mayoría?
Lo verdaderamente sostenible a largo plazo es la obra, el beneficio, el horizonte colectivos… Hemos de reprogramar el “chip” tan arraigado de la prevalencia del triunfo personal, si queremos hacer torcer el rumbo que nos llevaría al abismo. Ya no más victorias a costa del prójimo, ya no más estirar un pasado en el que siempre salía alguien perdiendo. Si en algo se ha de caracterizar el nuevo tiempo es por el “win win”, por el triunfo grupal… Compartir y no contender es la señal de identidad de todo afán, gesto, iniciativa… de progreso.
Armstrong ha tenido gran valor al mostrar ante los ojos de todo el mundo, lo efímero de una fama regalada por el EPO, el hastío de los laureles que facilita la droga, el artificio de una gloria trampeada. Gana el “superman” al desinflarse y confesarnos lo pronto que se agota uno de todo ello. Un poco de sensibilidad interior acaba pinchando el ego sobrecrecido. Todos/as nos la jugamos en el “Tour” de los días, en la atención a los más rezagados, en el “Tourmalet” de un amor y entrega que nos invitan siempre a escalar más alto. Siempre hay más auténtica cumbre, siempre hay más amor de lo que conocemos por amor.
“Doparse era como poner aire en nuestras ruedas”, pero nuestras bicicletas aún no necesitan volar y a nuestras venas les basta una sangre pura. Ahora ya sabemos que la química acelera las piernas, pero entumece el alma; que el que sólo piensa en sí mismo y en su “maillot” está llamado a estrellarse en una curva o a “desnudarse”, tarde o temprano, ante una famosa e implacable entrevistadora. Toca reescribir las pautas del más importante deporte. Todos nos la jugamos en esta carrera de fondo en la que ha de primar el colaborar sobre el competir. Ahora ya sabemos que lo importante es llegar juntos a “Meta”, que el pelotón atraviese unido los Pirineos y también los valles, los días soleados y los aciagos. Ahora ya sabemos que nuestra contribución a ese progreso y beneficio colectivo es la más alta gloria que podemos cosechar al final de este largo “sprint” por nombre vida.
Koldo Aldai, 18 enero 2013

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