En
Septiembre de 1939 el ejército alemán invadió Polonia y los polacos patriotas
empezaron la resistencia al día siguiente que las divisiones de los Panzer
aplanaron el suelo polaco. Poco tiempo después, en 1940, los alemanes hicieron
trizas la Línea Maginot y se posesionaron de la ciudad luz, Paris. Al poco
tiempo la resistencia francesa del General Charles de Gaulle empezó a hacerles
la guerra con los partisanos.
Cada
vez que un pueblo independiente es invadido por tropas de otro país, las
fuerzas armadas y el pueblo unido inician los movimientos obligatorios para
sacarlos del suelo patrio.
El
19 de Noviembre del corriente año la CIJ falló a favor de Nicaragua el
diferendo marítimo que tenía con Colombia. Casi cien mil kilómetros cuadrados
de mar Caribe pasaron a ser parte de la extensión territorial de nuestro país,
pero las naves de guerra colombianas siguen patrullando aguas que no le
pertenecen y sus aviones siguen irrespetando el cielo nicaragüense en actitudes
amenazantes para nuestros pescadores y para nuestro gobierno. Eso solo tiene un
nombre, INVASIÓN territorial, pero ni el gobierno del Presidente Ortega, ni
nuestras fuerzas armadas, ni nuestros eminentes juristas internacionales, ni el
pueblo en general parecen darse cuenta de ese hecho que para otro país y otro
gobierno constituiría un acto de guerra.
Yo
no entiendo la actitud recia pero prudente que los entendidos en diplomacia y
relaciones internacionales le recomiendan al señor Presidente. En ese acto de
desacato por parte de Colombia solo cabe una actitud recia que proyecte
soberanía y no es permitiendo la presencia amenazante de la flota colombiana y
de sus helicópteros y aviones violando el espacio aéreo que se proyecta
soberanía.
La
toma de posesión del señor Peña Nieto como Presidente de los Estados Unidos
Mexicanos, hizo que se encontraran Daniel Ortega y Juan Manuel Santos,
presidentes respectivamente de Nicaragua y Colombia. Alguien les arregló un
aparte y se sentaron, sin testigos, a platicar brevemente. ¿Qué se puede decir
en 20 minutos de conversación acerca de algo tan importante como el desacato
colombiano y la consecuente invasión del territorio nicaragüense? Para mí que
fue una reunión protocolaria en la que de lo que menos se habló fue del meridiano
82 y de los pretendidos derechos colombianos en nuestro mar Caribe. Para mí que
hablaron de futbol, quizás del narcotráfico, de las pláticas de la Habana, pero
de la invasión de hecho, no se dijo nada.
Y
es que no hay nada que decir y si mucho que hacer. Prudencia le piden al
Presidente Ortega, cuando el prudente tiene que ser el Presidente Santos porque
está contra el derecho y por la fuerza de sus buques de guerra.
Prudentes
tienen que ser los colombianos, porque si se derrama sangre nicaragüense, no
hay tribunal del mundo que los absuelva y Colombia caería en el ostracismo
diplomático, económico y cultural.
Ejerzamos
nuestra soberanía y lancemos las redes de pescar entre las fragatas
colombianas, para ver si caen en la provocación que Nicaragua nunca puede caer
porque tenemos la razón y nos asiste el derecho. A veces la sangre inocente es
necesaria para hacer prevalecer el derecho que nos asiste y hacer brillar la
justicia que ganamos en Holanda.
Jorge
J Cuadra V
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