El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

EL ESTRECHO DUDOSO



EL INSTÍNTO BÁSICO

Pedro García Domínguez

En resumidas cuentas, vivimos en la sociedad mejor comunicada de la historia de la humanidad, pero desconocemos los aspectos esenciales de los recursos de la comunicación y de la información y menos aún de los mecanismos de los lenguajes naturales.
Todos los organismos vivos se comunican entre sí por medio de un lenguaje, desde una célula a un elefante. Las abejas, las gaviotas, los delfines y también los humanos, que a su vez nos servimos de innumerables lenguajes artificiales, como los cibernéticos, matemático, físico, telegráficos e incluso el lenguaje del abanico y el de las flores, extintos hoy en día.
         Un LENGUAJE  es cualquier sistema de comunicación, pero al sistema de comunicación oral y articulado, utilizado por los humanos, lo llamamos LENGUA.  Sabemos la poca eficacia que, en la comunicación interactiva, tiene la lengua. De modo que vayamos al grano, es decir, a lo que en la comunicación interactiva es verdaderamente infalible  que son las feromonas, percibidas por el olfato inconsciente o subconscientemente, que en modo alguno podemos controlar. El olfato, aunque atrofiado, afortunadamente —de otro modo percibiríamos contantemente mensajes olfativos de las feromonas de todo aquel que se cruzase con nosotros, mensajes afectivos o de hostilidad, lo que destrozaría nuestro precario y vulnerable equilibrio psíquico—. Los individuos somos emisores y receptores de ciertas feromonas comunicativos, que nos predisponen favorable mente para entablar una relación afectiva, selectiva, pues solo somos receptivos de una entre cientos o incluso miles. A este proceso comunicativo lo llamamos vulgarmente AMOR y tiene que ver con la percepción olfativa de las feniletilaminas —la hormona del amor— y de otros neurotransmisores. Pero lo importante es decir que esta percepción olfativa es instintiva y que la tenemos todos los organismos animales, vertebrados e invertebrados. Pero, como no todo consiste en «aquí  te pillo y aquí te mato», en  la elección de la persona amada, entran en consideración otros mecanismos, como nuestro criterio, es decir, los valores, juicios y educación adquiridos. Los perros, cuando perciben que un ser humano tiene miedo, se ponen a la defensiva. El mecanismo es sencillo: una persona, al sentir miedo, libera adrenalina, que acelera el ritmo cardiaco con el fin de acelerar los procesos mentales de defensa, ataque o huida, que es otro mecanismo instintivo, como el de la reproducción o nutrición. Estas feromonas del amor se transmiten por el sudor —aunque no solo—, a pesar de la limpieza corporal y de los perfumes. 
         Otro mecanismo de comunicación es la mirada, el contacto visual, que si es persistente y mantenido, en los Estados Unidos, sería molesto, pero no en Europa o en la América hispanohablante, donde un contacto fugaz o intermitente significa que el interlocutor miente u oculta algo o que es una persona inestable emocionalmente. Pero estos mecanismos, como nuestras lenguas, también cambian y sus significados se modifican. Hasta hace muy poco, en los Estados Unidos, sostener la mirada fijamente era un mensaje sexual. Flora Davis, en su Inside intuition: what we know about non-verbal communication (1973), estudia de manera amena y pedagógica, todos los aspectos de la comunicación no verval, que son los verdadero motores de la comunicación, simple y llanamente.
La cosa es más seria de lo que a primera vista parece. La felicidad, salvo en fugaces instantes, es una quimera o un anhelo inalcanzable; pero las fugaces ráfagas de felicidad nos las procura el amor y solo el amor, no lo dudes. Es decir, las feromonas. Así son las cosas importantes de una vida y así las estamos contando.

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