El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

sábado, 1 de diciembre de 2012

“MI REINO NO ES DE ESTE MUNDO”


Y cuánta razón tenía el Divino Maestro. Esa inmortal como profunda frase, que en boca de católicos ha llegado a ser una frase trillada que se dice de corrido cuando le toman la lección de catecismo a los niños que se están preparando para recibir la primera Comunión, es la sentencia final de Jesucristo al abandonar este mundo en el que fue tan incomprendido, para los hombres de la tierra que buscan el reino en donde no se encuentra.
La codicia junto a la ambición hacen que los hombres  asocien el reino con tesoros materiales. Por eso este mundo es la cuna de la envidia, de la traición, de la codicia, de la lujuria, vicios que son la razón de vivir para millones de seres humanos. Envidiamos la riqueza del prójimo; traicionamos para quedarnos con la riqueza del prójimo; codiciamos la riqueza del prójimo y asesinamos para quedarnos con la mujer del prójimo.
Invocamos a Satanás cada vez que codiciamos lo que no es nuestro, cada vez que engañamos para apropiarnos del tesoro ajeno, cada vez que deseamos a la mujer de nuestro vecino y al mismo tiempo  visitamos el templo a darnos golpes de pecho mientras urdimos como salir del que nos estorba, como lo hizo el rey David cuando envió a la muerte al general Urías, para quedarse con Betsabé su esposa, en una relación adúltera.
¿Cuántos David existen en este mundo que hacen lo mismo, quizás no para quedarse con la mujer ajena, pero si para quedarse con el negocio ajeno? Millones, porque el mundo es el reino de Satanás y este no hace más que maldades con la ayuda de nosotros porque somos súbditos del reino de este mundo.
¿En dónde están la humildad, la caridad y la justicia? Se encuentran anidadas en el corazón de los fieles a la palabra de Cristo; se encuentran en los marginados por las frivolidades del mundo por ser humildes de corazón y pobres de riquezas materiales. Se encuentran en los escogidos, porque de ellos será el reino del otro mundo, el reino invisible que prometió Dios al abandonar esta tierra.
¿En dónde está la fe? Perdida en el laberinto de la alta tecnología, recurso del hombre para jugar a ser Dios. El hombre solo cree en lo que ve y lo que ve son portentos antes llamados milagros, como el don de la ubicuidad, o el don de lenguas, o la sabiduría casi infinita que nos brinda la computadora.
¿En dónde está la caridad? Disfrazada con el ropaje de fundaciones, que además de ser útiles para las acciones fiscales de los grandes consorcios, sirven también para aliviar el abandono en que viven los pobres del mundo por culpa de gobiernos egoístas que se apropian del dinero que le pertenece al alivio de los menesterosos, detalle que a la hora del gran juicio servirá de atenuante a los juzgados por su ambición desmedida.
¿Y la esperanza? Ese es el sueño de los que comprendieron el verdadero significado de las palabras de Jesucristo: “MI REINO NO ES DE ESTE MUNDO.”
Jorge J Cuadra V

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