El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Las pírricas utilidades del COSEP


Hugo J. Vélez Astacio
Consultor independiente

Fue a mediados del año 2005, que don Enrique agobiado y turbado por la presión de las acciones desestabilizadoras de Ortega, firmó un pacto afines de gobernar en paz su último año. “Calma hoy, que desastres vendrán mañana”. Nos referimos al pacto en que don Enrique se quedó sin lapicero por maña vieja del otro pactista. Como resultado en enero del 2007, el presidente Bolaños en relación al aspecto macroeconómico bajo la frase “la mesa está servida” le entregó la banda presidencial.

A partir de entonces el horizonte político se nubló manchando el azul celeste.  

¡Y empezó el calvario! El eterno candidato del frente sandinista ha venido saciando su sed de poder ejerciendo un autoritarismo a niveles absolutistas, desconociendo el estado de derecho y copando la independencia e institucionalidad de los distintos poderes del Estado, facilitado por el predominio de funcionarios mediocres y sin dignidad, dócilmente sometidos actuando de facto porque “la calle esta dura”. Ortega maquiavélicamente ha venido acumulando poder, escalando peldaños hacia su entronización dictatorial, caracterizándose por violar la Constitución Política para entre otros reelegirse ilegalmente, por lo que actúa de hecho como un espurio presidente al margen de la ley.
En correspondencia con lo anterior, en el país vivimos una crisis de valores donde el régimen orteguista promueve un sistema de corrupción en el que la justicia está a la orden de la impunidad de los delitos al erario público con resultados de múltiples enriquecimientos  ilícitos de funcionarios ampliamente cuestionados. Como explicación de lo anterior, el pueblo afirma a voces públicas, que lo anterior es la contrapartida de pago por favores políticos al espurio presidente. La Contraloría está pintada sin que exista algún acusado de corrupción, muy a pesar que como país estamos catalogados como de los peores en América Latina. Pero si bien el régimen orteguista vive en ese fango, cabe destacar que su estrategia de sostenimiento político se fundamenta entre otros pilares, por: a) El abuso de la cooperación venezolana en beneficio del enriquecimiento económico de la familia, e implementación de la política populista a objeto de ganar clientelismo político. b) Por la existencia de una oposición dividida y timorata con resabios de una filosofía de participación y logros de espacios políticos a base de prebendas y curules. c) El mantenimiento de un sistema electoral de fácil manipulación e interpretación, a la orden y dominado por dizques “honorables magistrados” de facto, con especialidad en cometer fraudes en beneficio del orteguismo. Fraudes evidentes que últimamente han sido impuestos, con la colaboración sumisa, a favor del orteguismo, de instituciones represivas como la policía y a la acción coercitiva e intimidatoria del ejército ante las enérgicas protestas de la ciudadanía por el respeto y voluntad de su voto.
Y por último y no por ello menos condenable, la complaciente alianza y pacto que tiene con el orteguismo, la predominante cúpula de la empresa privada constituida en el COSEP a fin de darle continuidad a una política de explotación del gran capital neoliberal, sin importarles en absoluto el resquebrajamiento de la institucionalidad de la Nación; la politización de las instituciones; la violación de los más elementales derechos humanos que a diario se comenten; el atentado a la libertad de expresión, ante el dominio, monopolio e instrumentación de los medios de comunicación, así como el no importarle y valerle un comino, la NO existencia de una justicia con ecuanimidad ajustada a derecho.
No hay duda, los miembros del Cosep, están haciendo negocios como socios del régimen dictatorial orteguista. ¿Bien valen esas utilidades, el costo infringido a la democracia y futuro de la Nación y a sus conciudadanos nicaragüenses?  

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