El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

El primer árbol de Navidad en Managua

Por Eddy Kuhl

En estos tiempos vemos el árbol de Navidad por todas partes pero es bueno saber como fue el primer árbol de Navidad que llegó a  Managua.

En Alemania el árbol de pino para Navidad  era una costumbre antigua, especialmente en el sur donde abundan los pinos, es decir en Bavaria y Selva Negra
.
En Granada, Masaya, León y Managua  habían Alemanes viviendo desde los años 1850´s  como los Tefel, Jacoby, Salomon, Wolf, Tuckler, Seidel, Schmidt, Nordhalm, Adam, Bautz, etc., pero en esos lugares no tenían acceso a árboles de pino para usarlos en Navidad. 

Por otro lado, allá por el año 1888 vino a Matagalpa, atendiendo la invitación para desarrollar el cultivo del café en Matagalpa que había hecho en 1878 el gobierno del Presidente  Pedro Joaquín Chamorro, un joven alemán llamado Alberto Vogl Schedlbauer, era de una religión llamada Católica Vieja de Bavaria, muy similar a la Católica Romana, que se practicaba al Sur de Alemania, aquí en Matagalpa casó con la joven Rosenda Baldizón, hija de la pareja de Matías Baldizón quien había sido Prefecto del Departamento en varias ocasiones y de la “Bella- Meta” Molina Zeledón.

La Nicaragua del siglo XIX era muy conservadora, como se pueden imaginar, entonces se celebraba las navidades solamente con el Nacimiento. Estos inmigrantes y sus familias en Matagalpa, lo hacían además del nacimiento con un árbol de pino adornado con motivos atractivos a los niños.

Don Alberto y Rosenda así lo celebraban en su casa en Matagalpa o en su finca La Bavaria en el cerro de Yucul, cuando vino su amigo Otto Kühl en 1891 fabricó de madera el Nacimiento compuesto por el Niño, San José, La Virgen, y los adornos imitando angelitos, vaquitas, burritos, estrellas, Reyes Magos y camellos, como acostumbraban en Alemania.

El día 24, en víspera de la Natividad, el árbol estaba lleno de regalos para todos los hijos y nietos, la puerta de la sala se abría misteriosamente ante la curiosidad de los niños, que encontraban  el Nacimiento del Niño Jesús  y el árbol de Navidad, rodead con decenas de regalos, especialmente para los niños.

El Santa Claus era la versión original alemana, es decir un obispo que vestía de rojo con el gorro, o tiara de dos picos de los obispos, y un bastón largo curvado en parte superior. Esa era la réplica del famoso obispo de Anatolia en la edad media llamado San Nicolás, que en alemán era Nicklaus, después abreviado a Santa Claus, según la tradición solía hacer regalos a los niños con ocasión de Navidad.

Cuando la segunda hija de Alberto y Rosenda de nombre Elsa Vogl casó con el Dr. Alejandro Stadthagen, también de origen alemán,  se mudaron a vivir a Managua, pues Stadthagen  representaba a Matagalpa como Senador, además allí ejercía su profesión de Odontología que había estudiado en Filadelfia, al acercarse la Navidad, don Alberto pensó que su hija extrañaría las navidades de Matagalpa,  no hallaba como enviarle un árbol de pino del cerro de Yucul. Habiéndose enterado de ello Santos Obregón, indio de Yucul que trabajaba con don Alberto, se ofreció a llevarlo a pie hasta Managua, pues en carretas o a lomo de mula podría dañarse, así lo hizo. Santos recorrió cuatro días a pie desde la finca Bavaria  hasta Managua, y le hizo llegar el árbol a Elsa, gracias  ese gesto maratónico de Santos Obregón se dio el primer Arbol de Navidad de pino en Managua, ese fue el año  1923.

Para información de los que creen que el árbol es algo pagano, y que se ideó para suplantar el Nacimiento, sirva esta historia para que sepan que es un complemento muy bonito a las Navidades Cristianas, así lo es también el verdadero Santa Claus quien fue un obispo de la Iglesia  de principios de era cristiana.

Mientras tanto en Estados Unidos otro inmigrante alemán de nombre Thomas Nast (nació en 1840 Landau, trabajó para Harper´s Weekly, e Illustrated News, en Nueva York. Nast murió en 1902 en Ecuador siendo embajador de EEUU). Nast había transformado la figura del obispo Santa Nicklaus en una figura comercial representado por un señor gordo, bonachón vestido de rojo, que viajaba en un trineo halado por renos del Polo Norte. a repartir regalos a los niños, mientras que en Nicaragua se conservó la versión original del santo obispo Cristiano que en realidad existió.

Estas familias matagalpinas, ya su quinta y sexta generación,  continúan celebrado  las Navidades de la misma manera, tanto en Matagalpa, Jinotega, Managua,  o  donde se encuentren.

Cuando leyó este borrador Marlene Hayn, nieta también de Alberto Vogl, me contó otra anécdota complementaria, dice que su abuelo también enviaba árbol de pino a su mamá, Meta Vogl de Hayn, allá por 1923.

En este caso Santos tenía que pasar con el árbol por el pueblo de San Ramón, pero existía un problema, y era que allí los resguardos del cuartel exigían un Permiso Oficial de carga a los paisanos que  bajaban de la montaña. Don Alberto había enviado de Matagalpa una nota escrita a Santos en La Bavaria, pidiéndole que le llevara el árbol a Matagalpa, pero que tuviera cuidado de no parar por San Ramón,  pues allí la guardia le podía quitar el árbol, le pedía en el papel que mejor se viniera por el camino de Los Congos. Santos que no sabia leer pensó que la nota era el permiso que requerían en San Ramón.

Muy confiado venía Santos para Managua, al pasar por San Ramón un soldado le hizo el alto, le llevó al puesto que era una choza de paja, allí su jefe le dijo que si no sabia que necesitaba un permiso de la Alcaldía para llevar ese árbol, Santos le dijo que él llevaba el permiso,  sacó debajo de su cotona el papelito de don Alberto, porque allí los soldados eran unos necios, y que solo querían mordida. El guardia agarró el papel, y poniéndolo primero al derecho y después al revés como si estuviera leyendo para impresionar a Santos. Después de unos minutos, con voz muy autoritaria y magnánima, le dice: “Toma  pues mozo, tu permiso está correcto, continuá tu camino hom…”.

Así llevó Santos el árbol a Managua sin percatarse de las peripecias de que se salvó.    

FIN

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