El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

jueves, 9 de agosto de 2012

Sicariato y misoginia

"No le luce a la jefa de la Policía que sabe bastante latín, que se nos venga ahora a hacer la sueca. Es mejor que recuerde que aquí todas somos Liseth".

Sofía Montenegro


  • Liseth somos todas

La prédica del amor y la protección del manto de la Virgen María que invoca todos los días la primera ministra de facto de Daniel Ortega, no alcanzó para cubrir a Liseth Sequeira, la joven huelguista que por reclamar sus derechos políticos ante el infame Consejo Supremo Electoral fue secuestrada, golpeada y obligada a abortar por tres sicarios del orteguismo.  Ya había sido golpeada y herida en la cara el pasado 19 de julioen el asalto que una cuadrilla de hombres presuntamente de la Alcaldía de Managua realizó en contra de la acampada de los jóvenes en Metrocentro. Cobardía y misoginia se juntan en esta escalada agresiva para dar un “escarmiento” en el cuerpo de una mujer a todos los que denuncian y protestan, así como la complicidad oficial: la policía no aceptó recibir la denuncia de Liseth aduciendo que no correspondía en la jurisdicción de la estación policial a la que acudió y porque –faltaba más- ¡no portaba  su cédula! En un tris, desapareció la víctima, el delito y la acusación, pero también el cacareado compromiso policial con la seguridad ciudadana. El ensañamiento con las mujeres no es fortuito: el régimen ya ha condenado a cientos de mujeres a la muerte al prohibir el aborto terapéutico y para aquellas políticamente desafectas, el único que se permite es aquél provocado a patadas. Antes fue agredida Leonor Martínez por un conocido militante del orteguismo, mientras muchas otras vivimos bajo amenaza de agresión. ¿Y por qué la “exclusividad” de la violencia contra las mujeres? Aventuro la hipótesis de que un emblemático desafío femenino les resulta más amenazante sicológica y políticamente, que la casi inexistente protesta de los machazos de este país.

  • “Club de embarazadas”

Como riposta a este escándalo y como parte de su “política de género” el gobierno ha salido presuroso a anunciar el nuevo programa cristiano-socialista-solidario del “club de embarazadas” en algunos barrios, según ellos para reducir las muertes maternas e infantiles. Club en el que tampoco alcanza Liseth, puesto que de acuerdo a lo expresado por una fanática orteguista en las redes sociales: “yo metería presa a la madre por atentar contra la vida de su propio hijo… ¿en ese estado irse a una huelga de hambre? Esto si era cierto que estaba embarazada porque para mi sigue siendo parte de la farsa derechista”, mientras otro tronaba diciendo que “a lo mejor abortó y ahora quieren sacarse el clavo y (las mujeres del movimiento) quieren taparlo con lo del secuestro”.  Ni una palabra del gobierno, ni de la policía, ni de los sicarios virtuales sobre los derechos políticos, de manifestación y derechos reproductivos de Liseth. Mucho menos,  el reclamo de que se aplique a los sicarios materiales el artículo 144 del Código Penal, con el que amenazan a mujeres y médicos: “Quien intencionalmente provoque el aborto… si el aborto fuera practicado con violencia, intimidación o engaño, se sancionará con pena de seis a ocho años de prisión…”

  • Agresiones por encargo

A estas alturas, no es admisible que la Policía salga como suele hacer, minimizando los hechos o alegando que son casos aislados y que no hay sicariato. Sicarios son individuos que actúan por encargo o por dinero, agrediendo o asesinando a personas señaladas por aquellos a quienes sirven. Tanto los sicarios como el actor intelectual cometen delitos punibles bajo la ley y hay sicariato cuando hay individuos que se dedican a realizar este tipo de “trabajos” de manera continuada, no esporádica o accidentalmente.  Hay ya un largo historial de acciones del sicariato orteguista por razones políticas y todos hemos sido testigos de la pasividad, si no abierta complicidad, de la policía con estos delincuentes. Los secuestradores de Liseth la interrogaban a golpes sobre quién los mandaba a protestar al Consejo Supremo Electoral, mientras Gabriela García, otra joven que también estuvo en huelga ha denunciado estar bajo vigilancia y amenazas por ese motivo.  La palabra sicario significa “hombre-daga” y proviene del latín “sica”, un tipo de puñal pequeño que se escondía entre la ropa. Con uno como ese secuestraron a Liseth. No le luce a la jefa de la Policía que sabe bastante latín, que se nos venga ahora a hacer la sueca. Es mejor que recuerde que aquí todas somos Liseth.

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