"Ortega ha hecho realidad el programa político del Tea Party, así que una de dos: Ortega en realidad es un interventor de estos gringos en Nicaragua o los republicanos van camino a convertir a Estados Unidos en una “banana republic”!"
Sofia Montenegro.
- Descifrado
Si para los nicas era todo un misterio entender de dónde venía el menjunje ideológico del ilegítimo ocupante de la presidencia de Nicaragua, las declaraciones del congresista del Partido Republicano Todd Akin, han contribuido a descifrarlo. El candidato a senador quiso dejar más que claro que está en contra del aborto, incluso en casos de violación, porque según él “es muy infrecuente que una violación acabe en embarazo, porque si se trata de una violación legítima, el cuerpo de la mujer tiene maneras de cerrarse del todo”.
O sea, que si una mujer agredida sexualmente no sale embarazada, habría sido “legítimamente” violada, porque por algún insospechado mecanismo de alarma biológica, su aparato reproductivo se “cerraría” o emitiría automáticamente un espermaticida. El escándalo político, una mezcla de repudio y carcajada ante lo manifiestamente imbécil, muestra la gravedad de la situación en Nicaragua, puesto que aquí hay un régimen encabezado por un hombre denunciado por violación y encima, ha penalizado el aborto en toda circunstancia. Como quien dice, que Ortega ha hecho realidad el programa político del Tea Party, así que una de dos: Ortega en realidad es un interventor de estos gringos en Nicaragua o los republicanos van camino a convertir a Estados Unidos en una “banana republic”!
- Ultraconservadores
Aunque Akin se retractó y sus declaraciones fueron descalificadas por el candidato presidencial Mitt Romney, en realidad puso en evidencia lo que verdaderamente piensan en su partido: que las mujeres violadas no merecen protección, porque ellas “se lo buscaron”. Lo mismo decían y piensan hoy los militantes del FSLN de la violación de Ortega a su hijastra y es la misma lógica por la cual abolieron el aborto sin excepción, castigándolo con la cárcel. Ambos hechos representan una declaratoria de impunidad para los hombres y que la vida de las mujeres no vale nada. Seguramente esto representa un factor en el incremento de los asesinatos de mujeres y las pavorosas cifras de niñas forzadas a ser madres que sitúan a Nicaragua como el país de la región con mayor tasa de fecundidad adolescente. Estos embarazos aluden a su vez a las violaciones sexuales cometidas, habida cuenta que como establece el Código Penal toda relación sexual con una persona menor de 14 años, aún cuando ella alegue consentimiento, es considerado delito de violación y está penado con 12 a 15 años de prisión. Por otro lado, como señala el Movimiento contra el Abuso Sexual, el 40 por ciento de las mujeres víctimas de violación no tienen acceso a la justicia. En comparación, la misoginia, la ignorancia y el oscurantismo del Partido Republicano, se queda pequeño ante los ultraconservadores rosa-chicha. Mitt Romney y Paul Ryan se morirían de envidia.
- Violadores certificados
Como muestran los hechos señalados, esas ideas tienen consecuencias, pues se comienza “legitimando” las agresiones sexuales y se termina violando el cuerpo político. Si no, veamos de nuevo: Ortega comenzó con una violación sexual y terminó violando la Constitución de la República y tres procesos electorales después es hoy un “violador certificado”, incluso por la Corte Suprema de Justicia que emitió sentencia y todo para permitir su ilegal candidatura, con el concurso del espurio Consejo Supremo Electoral que ha organizado los reiterados fraudes. Para ser justa, hay que decir que hasta el momento ninguno de los archireaccionarios candidatos presidenciales republicanos de Estados Unidos ha sido denunciado por ninguna mujer o niña, de realizar las “violaciones legítimas” que endosan y es más bien probable –sí aún queda sensatez en el electorado norteamericano-que tales predicados les cuesten la presidencia. Pero de llegar al poder, es seguro que también se convertirán en violadores certificados en contra de los derechos de sus conciudadanos. Es que para los totalitarios de aquí o de allá, la libertad y el derecho de los demás, es siempre un estorbo
- Descifrado
Si para los nicas era todo un misterio entender de dónde venía el menjunje ideológico del ilegítimo ocupante de la presidencia de Nicaragua, las declaraciones del congresista del Partido Republicano Todd Akin, han contribuido a descifrarlo. El candidato a senador quiso dejar más que claro que está en contra del aborto, incluso en casos de violación, porque según él “es muy infrecuente que una violación acabe en embarazo, porque si se trata de una violación legítima, el cuerpo de la mujer tiene maneras de cerrarse del todo”.
O sea, que si una mujer agredida sexualmente no sale embarazada, habría sido “legítimamente” violada, porque por algún insospechado mecanismo de alarma biológica, su aparato reproductivo se “cerraría” o emitiría automáticamente un espermaticida. El escándalo político, una mezcla de repudio y carcajada ante lo manifiestamente imbécil, muestra la gravedad de la situación en Nicaragua, puesto que aquí hay un régimen encabezado por un hombre denunciado por violación y encima, ha penalizado el aborto en toda circunstancia. Como quien dice, que Ortega ha hecho realidad el programa político del Tea Party, así que una de dos: Ortega en realidad es un interventor de estos gringos en Nicaragua o los republicanos van camino a convertir a Estados Unidos en una “banana republic”!
- Ultraconservadores
Aunque Akin se retractó y sus declaraciones fueron descalificadas por el candidato presidencial Mitt Romney, en realidad puso en evidencia lo que verdaderamente piensan en su partido: que las mujeres violadas no merecen protección, porque ellas “se lo buscaron”. Lo mismo decían y piensan hoy los militantes del FSLN de la violación de Ortega a su hijastra y es la misma lógica por la cual abolieron el aborto sin excepción, castigándolo con la cárcel. Ambos hechos representan una declaratoria de impunidad para los hombres y que la vida de las mujeres no vale nada. Seguramente esto representa un factor en el incremento de los asesinatos de mujeres y las pavorosas cifras de niñas forzadas a ser madres que sitúan a Nicaragua como el país de la región con mayor tasa de fecundidad adolescente. Estos embarazos aluden a su vez a las violaciones sexuales cometidas, habida cuenta que como establece el Código Penal toda relación sexual con una persona menor de 14 años, aún cuando ella alegue consentimiento, es considerado delito de violación y está penado con 12 a 15 años de prisión. Por otro lado, como señala el Movimiento contra el Abuso Sexual, el 40 por ciento de las mujeres víctimas de violación no tienen acceso a la justicia. En comparación, la misoginia, la ignorancia y el oscurantismo del Partido Republicano, se queda pequeño ante los ultraconservadores rosa-chicha. Mitt Romney y Paul Ryan se morirían de envidia.
- Violadores certificados
Como muestran los hechos señalados, esas ideas tienen consecuencias, pues se comienza “legitimando” las agresiones sexuales y se termina violando el cuerpo político. Si no, veamos de nuevo: Ortega comenzó con una violación sexual y terminó violando la Constitución de la República y tres procesos electorales después es hoy un “violador certificado”, incluso por la Corte Suprema de Justicia que emitió sentencia y todo para permitir su ilegal candidatura, con el concurso del espurio Consejo Supremo Electoral que ha organizado los reiterados fraudes. Para ser justa, hay que decir que hasta el momento ninguno de los archireaccionarios candidatos presidenciales republicanos de Estados Unidos ha sido denunciado por ninguna mujer o niña, de realizar las “violaciones legítimas” que endosan y es más bien probable –sí aún queda sensatez en el electorado norteamericano-que tales predicados les cuesten la presidencia. Pero de llegar al poder, es seguro que también se convertirán en violadores certificados en contra de los derechos de sus conciudadanos. Es que para los totalitarios de aquí o de allá, la libertad y el derecho de los demás, es siempre un estorbo
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