El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

martes, 21 de agosto de 2012

Entregando la valija


Onofre Guevara López

Entregar la valija en lenguaje nicaragüense –y quien sabe si también más allá de nuestra aldea—, es la imagen de la rendición voluntaria cuando el sentimiento de la derrota se ha apoderado del individuo. Ni más ni menos, es la imagen que ofreció el desfile de políticos entregando las listas de ilusos –o ilusionados— candidatos para las elecciones municipales ante el mismo Consejo ilegal que les propinó la derrota anterior.  
El costo es mayor para la Alianza-PLI, porque en este desfile pasivo y dócil se ubica en la vía de la frustración de las posibilidades que tuvo en la campaña electoral 2011, cuando comenzó a forjar un nuevo tipo de política unitaria para impulsar acciones populares por las reivindicaciones democráticas y el Estado de derecho.  Hasta se le vio triunfar por sobre el candidato ilegal y los partidos de esquemas tradicionales. Y cuando le fue birlada la victoria, quedó en sus manos la posibilidad de encabezar y practicar una política más activa en contra del fraude.   
Ahora, con este paso hacia atrás, pretenden justificarlo con frases de poco sentido práctico y mucho eufemismo, como esa de que participan en la farsa para “empezar a construir ciudadanía”.  Construir es una acción mecánica, como hacer una silla o una mesa.  La ciudadanía no se construye; se educa, se estimula la conciencia cívica para que se oriente hacia el despliegue de sus iniciativas y actúe de manera consciente en la lucha por sus derechos.
Los partidarios de la “construcción de ciudadanía”, también manejan frases igualmente vacías e inútiles frente al problema electoral. Vamos a las elecciones –dicen— “para evitar el robo masivo de los votos”, sin decir cómo podrían evitarlo, ni cómo evitarían los robos particulares con los cuales, ya sumados, se hace el robo masivo. Parecen jugar con las palabras y no pensar en un acto político serio.
Fingen no saber que desde noviembre 2011 hacia acá, el orteguismo ha perfeccionado el funcionamiento de su aparato electoral para hacer un fraude menos obvio que los anteriores. Tampoco parecen reconocer que, al contrario del fortalecimiento de la maquinaria orteguista, su alianza no es la esperanzadora ni la pujante alianza de aquella fecha.  Menos interesados parecen en darse cuenta de que ahora la dispersión opositora es mayor por la multiplicación de partidos, hecho que tiene su mejor aliento desde la triple sede de El Carmen.
Es que ahora, dicen, en las listas opositoras van caras nuevas. ¿Y qué? Ni con las caras nuevas ni las nuevas promesas de que con la participación habrá posibilidad de hacer más evidente el fraude para luego “hacer una fuerte crítica al Consejo Electoral”, puede ocultar que se trata de una excusa, cundo no una quimera.   
¿Acaso antes y durante las elecciones de 2011 no se hizo ya igual promesa de ejercer la defensa del voto? Y si entonces, con una alianza más sólida no cumplieron y fueron a la Asamblea Nacional solo ha quejarse débilmente, ¿qué pueden hacer después de la próxima farsa, si no los mismos débiles patinajes de antes?
Las dudas existentes pudieran quedar merecidamente olvidadas, si en vez de frases eufemísticas dijeran con claridad que con la participación en las elecciones se busca satisfacer pequeñas ambiciones de algunos.  Aún más pequeñas, ante las grandes ambiciones y posibilidades del orteguismo.
Si se tratara solamente de malos cálculos políticos, tendrían que decir y hacer algo diferente a lo que, hasta ahora, parece destinado a darle un rostro artificial nuevo al viejo rostro de la política tradicional criolla. Y esta, lo sabe todo el mundo, se ha caracterizado por las decisiones de cúpulas al margen de las bases. ¿Por qué? Porque temen ir a las calles con ellas a una actividad dinámica, consciente, como garantía de que sus intereses no serán negociados a sus espaldas.
Lo menos estimulante para ir a unas elecciones con resultados pre fijados, es la ilegalidad de quienes manejan las elecciones como de su propiedad privada. Y aunque existiera intención de rectificar la decisión de entregar la valija, ya está bien adelantada la política retratada en lo que pareció un acto de contrición ante los magistrados ilegales, por haber dudado de su “honestidad”. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario