La dignidad humana es un valor fundamental refrendado por la Constitución y por las leyes. Se afirma y sostiene que la persona y el ser humano es el centro del desarrollo humano sostenible y sustentable. Pero esa persona es de carne y hueso y tiene derechos humanos, sociales, económicos y políticos. Por ello se denominan derechos de primera, segunda y tercera generación.
Pero pareciera que estamos perdiendo el norte o el norte lo tenemos perdido desde hace rato. La persona es el centro del desarrollo y elevar su calidad de vida ha sido la divisa por la cual se realizó la Revolución Popular Sandinista. Hoy, 33 años después del histórico 19 de julio, estamos viendo escenas y casos que nos deben llamar a la reflexión a todos y todas, los y las nicaragüenses.
No podemos dejar pasar la forma en que se está tratando desde el gobierno a los jóvenes opositores. No podemos. El hecho de que los jóvenes protesten por lo que ellos consideran que no está bien realizado por parte del gobierno, no amerita que se les esté golpeando y maltratando por parte de las fuerzas gubernamentales.
Si los que tenemos educación no hacemos esta protesta, no estamos ubicados en la línea del respeto a la dignidad humana.
Así se empieza en un camino inadecuado. Se ha estado dejando pasar cosas y poco a poco se ha ido perdiendo la divisa por la cual se luchó. No más atropellos a los jóvenes ni a las mujeres que protestan. El gobierno debe buscar los mecanismos de diálogo adecuado para procurar el consenso, pero no es el garrote ni la quiebra de brazos a jóvenes mujeres ni el encarcelamiento-horario la solución. El gobierno debe revisar su actuación. De sobra es conocido que el monopolio de la fuerza lo tiene el Estado.
El Congreso del FSLN debe revisar estos hechos y pronunciarse con claridad meridiana sobre estos atropellos que sólo dañan la imagen de la Nación y la imagen del FSLN. De igual forma debe revisar si conviene a la Nación y al propio FSLN continuar con la tozudez de seguir acentuando la imagen de ganar “elecciones “ que luego serán cuestionadas por la comunidad internacional o por los observadores de turno enviados por los organismos multilaterales o por instancias regionales o internacionales. Sé que es difícil afrontar un período en que se pretende detentar el poder, pero también debe conocerse que también hay que saber ejercer el poder.
Al Frente Sandinista no le conviene seguir un camino en que se afirme en el mundo que se está reteniendo el poder por la fuerza o por el autoritarismo, le conviene de sobra afirmar que el FSLN está respaldado por el pueblo. Son hombres y mujeres del pueblo los que forjaron el partido y el pueblo es quien lo sustenta, lo desarrolla y lo mantiene. Cualquier desviación de esta premisa es solamente abusar de esa representación popular. Ahora o nunca. Después seremos juzgados y la historia probablemente no nos absuelva
Guatemala de la Asunción, 6 de agosto de 2012.
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