Al comienzo solo se iba a dar una marcha, la marcha de la Sociedad Civil, autorizada en tiempo y forma por la Comisionada Mayor, Aminta Granera Sacasa, jefa de la Policía Nacional.
Pero al fin de cuentas no hubo una marcha, sino dos, la segunda ordenada por el Presidente de la República, sin llenar los trámites de ley, el mismo día, a la misma hora y con la misma ruta, en un alarde de autoritarismo cuya víctima principal fue la Policía Nacional y su jefa la Comisionada Granera.
Si vemos las cosas a la ligera, se puede decir que el sábado las fuerzas opositoras tuvieron una derrota, pero si profundizamos un poco y usamos el principio de la estrategia de la derrota, caemos en la cuenta que el mayor derrotado fue el Presidente Ortega, quien a pesar de su omnímodo poder, demuestra el pavor que le tiene a la opinión pública, el terror de saber hasta donde es rechazado por las grandes mayorías de Nicaragua y la angustia que sufre al recordar el destino inexorable que tienen todos los dictadores y tiranos del mundo. Sin embargo, los temores del señor Presidente de la República no paran allí. Hay otro miedo superior a los antes dichos, que se basa en el conocimiento que el Presidente Ortega tiene sobre el pueblo nicaragüense. El sabe que nuestro pueblo olvida rápido y que no anida en su corazón el odio ni la venganza, sabe también que sus nuevos enemigos no olvidan y tienen incrustado el deseo de venganza en lo más profundo de sus corazones. Me refiero a los rebeldes libios que están luchando por derrocar al tirano Kadafi. Si los rebeldes ganan, puede ser que no les vaya tan bien a los que apoyaron a Kadafi hasta el último momento y si pierden, pasará lo mismo porque los culparán por su derrota. Daniel Ortega Saavedra, presidente de Nicaragua, es el único jefe de Estado que apoya a Kadafi y que fue más allá al ordenarle al ex canciller D`Escoto Brockman, que defienda la causa del tirano libio ante la ONU.
Otra cosa que se sacó en claro es 2 de Abril, es el cambio de estrategia de la Secretaria General del FSLN, que además es la mente gris del departamento de divulgación y propaganda. Esta vez las turbas se vistieron de blanco, en un franco irrespeto al color de la paz; los lobos se disfrazaron de ovejas cambiando su pelo negro por la piel blanca de las ovejas. Además mandaron a vacaciones a sus fuerzas de choque, en vista de que no los necesitan porque terminó de levantarse el telón y la policía se convirtió en los centinelas de las fuerzas de la dictadura, en los responsables de la represión contra el pueblo. La Aminta, como se la llamaba para demostrar el grado de simpatía y confianza que tenía ante el pueblo, se quedó sin dignidad y sin respeto. Quiso hablarle al pueblo indignado porque no lo dejaban marchar por el rumbo autorizado y lo único que consiguió fue abucheos, palos y pedradas, sin llegar a lastimar su cuerpo, pero si a su imparcialidad rendida ante el poder dictatorial.
La oposición no perdió, ganó porque dejó al descubierto la realidad que nos espera a lo largo del proceso electoral. Si ante una marcha corriente la policía agrade al pueblo, que no hará a la hora que tratemos de depositar los votos que derrotarán al presidente que se quiere reelegir.
Dice Aminta que la policía no agredió al pueblo y preguntó que en donde estaba la sangre. Esa pregunta se la puede contestar sin ningún problema su prima hermana y jefa de la marcha reprimida, Violeta Granera. Es increíble como la vida se encargó de enfrentar una vez más a quienes ya se habían enfrentado en otra oportunidad teñida de sangre y muerte. El padre de Violeta fue vilmente asesinado por un psicópata disfrazado de guerrillero que era considerado héroe en las filas que militaba Aminta. Prima contra prima, enfrentadas en un drama que enlutó a Nicaragua entera y ahora vuelven a enfrentarse en bandos antagónicos en donde la civilista fue reprimida por la policía. Violeta le podría decir a Aminta que quién dice que solo con la culata, el garrote y el mortero se puede agredir al pueblo. Se agrede al pueblo cuando se le conculcan sus derechos, que es exactamente lo que hizo la Comisionada con sus fuerzas de choque al impedir que la marcha, autorizada por ella, siguiera el rumbo preestablecido. Se agrede al pueblo cuando se le frustran sus derechos políticos y lo obligan a encorralarse por la fuerza de las armas y del poder.
Fue una mañana de victorias, de esas victorias disfrazadas de derrotas que hieren en lo más profundo el espíritu de los dictadores que se quedan en el poder por la fuerza de las armas y de la codicia.
Se puede decir que la represión que está usando el gobierno contra el pueblo es limpia, sin sangre, sin muertes, sin presos, pero con chantajeados muertos en vida, porque el terror los aniquila, pero como siempre, el pueblo no se detiene y el sábado recién pasado dio una pequeña muestra de ello.
Jorge J Cuadra V
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