El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

lunes, 18 de abril de 2011

Ortega, perdiendo

No discuto los datos de la última encuesta de M y R Consultores, firma que, por lo demás, tiene acreditadas sus cartas credenciales de profesionalismo. Claro, dentro de los márgenes de incertidumbre que no dependen de la firma encuestadora, sino del mayor o menor temor que los encuestados puedan tener al momento de expresar su opinión.

Lo que sí discuto es que los datos de esa encuesta revelen que Ortega está ganando las próximas elecciones. Todo lo contrario, los datos de la misma revelan que Ortega las está perdiendo.

En efecto, en la encuesta aparece que un 55% de los votantes ya han decidido que votarán. De esos que están decididos -y como es de esperar, dada la disciplina de los militantes del FSLN, la gran mayoría pertenecen a esta organización- el 47.8% dicen que votarán por Ortega. Ese 47.8% del 55%, representa solamente el 26% del total de votantes. Es decir, Ortega está muy lejos de su techo histórico que en promedio ha estado en el 40%.

Pero dentro de ese 55% que ya está decidido a votar, hay un 32%, que representa el 17% del total de votantes que dijeron no saben por quién votarán. Según la encuesta, es voto oculto. La pregunta es: esos güegüenses, ¿de quién están ocultando el voto? ¿Será acaso que lo están ocultando de Fabio Gadea Mantilla? Definitivamente no, porque no tienen porqué temer a Fabio, pero sí a Ortega. Es decir, de esa poza de ciudadanos, decididos a votar, pero que no dicen por quién lo harán, es difícil que Ortega pesque muchos votos más.

Queda un 45% de ciudadanos que aún no han decidido si votarán o no. Si descontamos la abstención histórica promedio, hay entre 20 y 25% de nicaragüenses que se sumarán a los que ya decidieron votar, pero aún no dicen por quién. De esa poza, tampoco Ortega pescará mucho.

Si los nicaragüenses que ya decidieron votar pero no dicen por quién, y los que aún no deciden si votarán o no, salen a votar, y lo hacen por el candidato que puede derrotar a Ortega, que según la misma encuesta es Fabio Gadea Mantilla pues tiene una amplia frontera de crecimiento, que no la muestra ningún otro candidato, entonces Ortega irremediablemente perderá.

De la excepción a la norma

El despliegue de acciones políticas y policiales que han rodeado a la destitución del arrogante Director General de Ingresos (DGI), ha tenido la merecida cobertura publicitaria.

De las investigaciones periodísticas previas, que revelaban grandes anomalías en esa dependencia del Estado, se desprende que la destitución estaría justificada.

Cabe preguntarse, sin embargo, sí estamos frente a una excepción que se explicaría también por razones de vendeta política entre la clase gobernante. Porque numerosos otros casos de corrupción, de los cuales el periodismo no oficialista ha dado cuenta, permanecen en la mayor impunidad. Investigar todos los casos debería ser la norma, no la excepción.

Pero hay otra faceta. El mencionado funcionario debería haber sido destituido, desde hace tiempo, por otras razones. En una de las primeras ediciones de este programa denunciamos que él se había ufanado, ante la delegación de un organismo financiero internacional, de que solamente en el primer año del gobierno de Ortega había cambiado a las dos terceras partes de los funcionarios de la DGI. Es decir, 2 de cada 3 empleados despedidos por razones políticas.

Además fue un funcionario que se destacó por forzar a todos los empleados a ir a rotondear y hacerse presente en cuanta manifestación partidaria se antojaba.

Razones suficientes para haber sido despedido desde hace tiempo.

Una de las cuestiones que el nuevo gobierno deberá atender con la mayor diligencia es el respeto absoluto a la Ley del Servicio Civil. Sin estabilidad en el servicio público, y sin suficientes oportunidades para el desarrollo profesional de todos los funcionarios, sin preguntarles por su ideología y simpatía política, jamás tendremos la eficiencia en los servicios gubernamentales que se merecen los ciudadanos y las empresas. Este es un compromiso que he escuchado a Fabio Gadea Mantilla repetir en diversas ocasiones, y del cual participamos todos los que respaldamos su candidatura.

Un gobierno para todos los nicaragüenses

Necesitamos un gobierno para todos los nicaragüenses, y no solamente para los simpatizantes del partido en el poder.

En Esquipulas de Matagalpa escuché la queja que el Fondo de Inversión Social de Emergencia (FISE), no había hecho un pequeño puente que conduce a las Comarcas de Piedra Larga y el Potrero, entre otras, porque el Consejo del Poder Ciudadano (CPC) de la localidad, decía que eran comunidades predominantemente liberales. ¡Una barbaridad! En el extremo de esta partidarización de la acción gubernamental, ya solamente falta que por las “calles del pueblo”, como se han bautizado a algunas de las que se han hecho con fondos de la cooperación venezolana, solamente se permita transitar a los partidarios de Ortega.

El “nuevo” FISE, como se ha dado en llamar a ese necesario programa desde que empezó el actual gobierno, de nuevo solamente tiene eso, su partidarización. Su accionar forma parte de la misma lógica con la cual se establecieron los CPC que terminaron con la autonomía municipal y los Consejos de Desarrollo Municipal (CDM) y Consejos de Desarrollo Departamental (CDD), en los cuales se participaba amplia y pluralmente, y se decidían cosas en función de los todos los habitantes de un departamento o municipio.

No sorprende, por tanto, que la misma encuesta de M y R que citamos al principio, revela que casi el 60% de los nicaragüenses, cifra semejante a los que no votaron por Ortega, dicen que los programas gubernamentales en general solamente han beneficiado a los partidarios del gobierno. El famoso eslogan de la campaña del 2006 “con el FSLN vos ganás”, en la práctica se ha traducido en ganancias solamente para los partidarios del gobierno y, en menor medida, para quienes han tenido que humillarse fingiéndose partidarios del mismo para agarrar algún beneficio.

Hace entonces todo el sentido lo que desde la campaña de Fabio Gadea Mantilla hemos prometido: los programas que tienen el potencial de beneficiar al pueblo, como el Bono Productivo, los materiales para mejorar viviendas, y los créditos baratos, se mantendrán en el nuevo gobierno, pero con una gran diferencia: se van a mejorar. Se van a mejorar, ampliando su cobertura a más población, y se van a mejorar no humillando al nadie al obligársele a formar parte de los CPC, o decir cuál es su militancia política.

Ayuda venezolana se usará mejor

A propósito, el sábado pasado se reunieron en Cartagena de Indias, Colombia, el Presidente Chávez y el Presidente Porfirio Lobo, de Honduras, en la perspectiva de normalizar definitivamente las relaciones entre ambos países.

Mientras tanto, la participación de Honduras en Petrocaribe, el programa petrolero de ayuda venezolana, se ha mantenido.

Es pertinente lo anterior, y lo analizaremos con más detalle en un próximo programa, porque con el nuevo gobierno que tendremos a partir del próximo mes de enero, la ayuda petrolera venezolana se mantendrá. La única diferencia es que se usará mejor.

Este texto corresponde a la columna El Pulso de la Semana, que el autor escribe y transmite por Radio Corporación.

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