El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

sábado, 23 de abril de 2011

La venta de armas a Libia y la hipocresía internacional

Pablo Amaya* | Opinión

El estallido social desatado en Libia y la represión al pueblo haciendo uso de las armas por parte de Gadafi, ha puesto al desnudo el grave problema de venta de armas a países que como Libia son violadores de los derechos humanos. Lo paradójico de todo esto es que los principales países abastecedores de armas al régimen de Gadafi son los que están participando en primera fila en la coalición armada de acuerdo con resolución dada por las Naciones Unidas con la intensión de evitar que Gadafi siga masacrando a la población civil.

El otro aspecto que no deja de ser menos paradójico es que los principales países compradores de armas son los países con menos desarrollo humano, es decir, los países en vías de desarrollo o subdesarrollados, dentro de estos países, los correspondientes al norte de África aparecen como los principales compradores de armas, me refiero específicamente a Egipto, Túnez y Libia, precisamente los comprendidos en el círculo donde han ocurrido y están ocurriendo levantamientos populares, la situación es tan crítica cuando se sabe que el 75% del comercio mundial de armas que incluyen tanques, buques, aviones, se realiza con países pobres altamente endeudados y peor aún cuando el 80% de dichas transacciones son realizadas por los cinco países miembros del consejo permanente de las Naciones Unidas.

El fenómeno de la compra y venta de armas tiene repercusiones globales, tanto así que algunos países de América del Sur no se han quedado atrás, el caso más representativo es Venezuela. El dictador Hugo Chávez desde décadas atrás ha invertido miles y miles de dólares en compra de armamento para defenderse de sus enemigos fantasmas que al final, como el caso de todos los dictadores, ese enemigo termina siendo el mismo pueblo y todo gracias a los millones y millones de barriles vendidos del bendito o maldito petróleo, ese monstruo sobrehumano de ilimitado poder destructor, como lo llamaba Arturo Uslar Pietri. Es el mismo minotauro venezolano que está devorando también el alma de nuestra nación.

Cuando se da la resolución 1973 de las Naciones Unidas el pasado jueves 17 de marzo, 10 de los estados miembros de la ONU votaron a favor de la intervención militar en Libia y 5 estados miembros se limitaron a abstenerse, me refiero a China, Rusia, Alemania, Brasil e India, a pesar de que China y Rusia como miembros del consejo permanente pudieron haber vetado dicha resolución si hubieran votado en contra, no lo hicieron, es decir, de forma tácita terminaron aprobando la intervención militar, pero, ¿cuáles son las implicaciones que tiene toda esta alharaca internacional ? Que la mayoría de países inmiscuidos en la resolución, incluidos los países del consejo permanente, son los principales proveedores de armas a Libia, son los mismos países que sin ningún escrúpulo dicen ahora que hay que detener a Gadafi por ser asesino de su pueblo, y este asesina a su pueblo con las mismas armas que le han vendido los países que hoy no hayan cómo detenerlo, por eso no es raro observar en Libia que un avión francés que participa en la coalición armada, desde el aire destruya a otro avión francés en tierra en manos del ejército libio.

Según los últimos datos estimados, de 2005 a 2009 ha habido un incremento global en las ventas de armas, se calcula que dichas ventas han incrementado hasta en un 22%, a pesar del proceso de recesión económica sufrida a escala global recientemente y que había inducido a la quiebra de numerosas industrias, sin embargo, las industrias dedicadas a la fabricación de armamento nunca han dejado de percibir jugosas ganancias.

España, uno de los países que aprobó la intervención militar en Libia, es uno de los principales proveedores de armas a Libia, este países nor-africano le compró al país ibérico en el primer semestre de 2010, material de Guerra por el orden de más de 10 millones de dólares que incluían aviones de combate y simuladores, simultáneamente los defenestrados, en Egipto, Mubarak, y en Túnez, Ben Ali, invertían grandes sumas de dinero en la compra de ‟armas de defensa” que incluían bombas, cohetes y lanza misiles.Otro de los países que es considerado uno de los principales proveedores de armas a Libia es Italia, seguido de Alemania, Francia e Inglaterra. Italia fue uno de los primeros países en levantar la mano a favor de la intervención militar en Libia y uno de los abanderados actualmente en la consumación de dicha intervención militar. Se calcula que Italia vendió a Gadafi en los años 2008-2009, armamento militar por el orden de 205 millones de euros dentro de los cuales se incluían aviones y helicópteros, incluso el gobierno libio llego a tener hasta acciones en Finmeccanica, una empresa de armamento enclavada en el corazón de Italia.

La postura de los franceses no deja de ser menos cínica, los franceses obtuvieron ganancias por el orden de 30,5 millones de euros en concepto de venta de licencias para la exportación de armas al ejército libio en el año 2009. En situación no menos incómoda en el vergonzoso ranking de los principales países proveedores de armas a Libia se encuentran China, Rusia y directa o indirectamente también los Estados Unidos de Norteamérica cuyos principales clientes compradores de armas lo tienen en Asia y Oriente Próximo. Según un informe publicado recientemente acerca de la exportación de armas a Libia, los países de la Unión Europea en conjunto en los años 2008-2009, vendieron a Libia armamento por el orden de 595 millones de euros.

Podríamos decir y considerar que los países ricos han sembrado y están sembrando de armas a los países pobres y peor aún tiranizados por sus presidentes de turno (léase, Libia, Egipto, Túnez, Cuba, Venezuela y en su momento también Nicaragua) La situación es tan grave que los rusos llegaron hasta el extremo de la hipocresía internacional de canjear la deuda externa de los libios considerada en 4.500 millones de dólares con tal de que el dictador Gadafi comprara armamento ruso en contrapartidas de 2,100 y 2,400 millones de dólares, los rusos actualmente están dando gritos al cielo, por las graves pérdidas económicas que están sufriendo por la falta de contratos de venta de armas a Libia a raíz del embargo de la venta de armas al país africano ordenado por las Naciones Unidas, sin embargo, los rusos se sienten tranquilos, ellos saben que el negocio de la venta de armas es un negocio que no se detendrá y tarde o temprano el gobierno de turno terminará haciendo nuevos contratos para la venta de más y más armas, pero los países pobres también deben darse sus propias resoluciones: No pagar deudas contraídas por compra de armas a los países ricos por presidentes irresponsables.

Basta ya de hipocresía internacional, los países desarrollados no pueden seguir basando su desarrollo en el negocio de la venta de armas a los países pobres cuando saben que estos tienen muchas deficiencias en áreas de salud y educación que deberían de ser prioridades.

Los países ricos que le han proveído de armas al león beduino de Gadafi, llevan entre sus mordiscos un pedazo de la carne desgarrada al pueblo libio.

Esto no puede seguir sucediendo, porque llegará el momento en que las armas serán vistas en los museos como horripilantes y monstruosos objetos de acero que un día amenazaron con desaparecer a la humanidad. Ese momento será el día en que el uso de la fuerza se doblegue ante el uso de la razón.

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