El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

domingo, 24 de abril de 2011

“Nuestros cineastas están en deuda con la Literatura”

Cineasta salvadoreño André Guttfreund analiza el enorme vacío creativo que padece el cine en Centroamérica

Por Mauricio Miranda | Apr 19, 2011

Las historias para hacer cine se acaban donde termina la imaginación. Esa es la premisa del director de cine y productor salvadoreño, André Guttfreund, quien haciendo un análisis sobre la manera en que se viene desarrollando el séptimo arte en la región, les recomienda un par de cosas a los noveles directores centroamericanos: “Dejen de imitar a Quentin Tarantino, y pónganse a leer ficción”.

Porque un poco más de identidad, y menos de malinchismo, es lo que falta --según este miembro de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas y ganador del Óscar en 1976 por su trabajo en el film “En la región del hielo”--, para que las películas de por estos lados resulten más prometedoras y resuenen con mayor potencia ante las exigentes audiencias estadounidense y europea. Y demasiadas buenas anécdotas, fantasía, historia recorrida y drama ostentan los países centroamericanos, como para no aprovecharlo en la creación de un cine de mayor calidad.

En el cierre de la IV Muestra de Cine y Video Centroamericano y II Ventana Iberoamericana que finalizó hace unos días en Nicaragua, organizada por la Asociación Nicaragüense de Cinematografía (ANCI), Guttfreund compartió con Conexiones sus preocupaciones por el poco-privilegiado-casi-olvidado lugar que ocupa la literatura en los filmes de reciente manufactura en la región, y las consecuencias de esta situación para quienes tienen ganas de hacer, pero no saben cómo hacer, películas.

CONEXIONES: ¿Qué logra observar aquí en Centroamérica, para poder alcanzar un nivel superior, un nivel de desarrollo mayor?

André Guttfreund: Tenemos que parar con estas babosadas, como hacen en El Salvador, de gente que nunca ha leído libros, e insisten en que ellos van a ser los guionistas, si no saben escribir y no han leído. Hay que reconocer cuál es el talento de uno. Si mi talento es para dirigir ¿Por qué también tengo que ser el protagonista en todo? Eso de “yo, yo, yo”. Esa mentalidad de ser el astro, de ser el único protagonista, ese ego, es contrario de lo que se necesita para hacer un buen cine.

El buen cine es formar familia. Por ejemplo, Clint Eastwood, que se ha vuelto un excelente director, trabaja con la misma familia todo el tiempo. Porque él sabe, que es gente que comparte su visión y la aumenta con su talento. Entonces, tenemos que empezar a tener esa mentalidad de grupo, que no sólo resulta en mejor producto, sino que también es una experiencia mucho más rica.

André Guttfreund. Foto de Mauricio Miranda/Conexiones.
¿Los cineastas centroamericanos son muy individualistas, muy egoístas?

Sí. Pero no sólo los centroamericanos. En Estados Unidos, esos que crecieron con los videoclips, y con MTV, y que no han leído y no tienen filmografía, porque creen que ver Hitchcock es para viejos, y que el cine clásico únicamente los viejos lo aprecian… Para ellos, la historia del cine empieza con Quentin Tarantino hacia acá. Esos nunca van a llegar a ser buenos cineastas. Nunca.

¿Hay un problema de formación intelectual…?

Y de generación. Es generacional. Yo tengo un hijo fabuloso, inteligentísimo. Es muy buen estudiante. Pero nunca ha leído una novela por amor a leer. Sólo lee lo que le dicen en la escuela, porque está demasiado ocupado chateando, o en Facebook, o en Twitter, o haciendo esas babosadas, porque esta nueva generación de gente, que está completamente adentro de la tecnología y del ciberespacio, es gente que sólo puede prestar atención cuatro o cinco minutos. Eso, de poder relajarse y leer un libro en dos días, buscar el silencio, ya no ocurre. Mi hijo insiste en que puede hacer las dos cosas al mismo tiempo. Y él es excelente comerciante, es un empresario del rock and roll y el hip-hop, y al mismo tiempo excelente estudiante.

¿Qué es lo que está ocurriendo con el cine de ficción en Centroamérica?

Nosotros tenemos a grandes cuentistas. Entonces, lo que se tiene que hacer, es leer a los grandes cuentistas y escritores nicaragüenses y centroamericanos, para encontrar qué cuento les habla a ustedes. Yo estoy seguro de que usted empieza a leer los cuentos de buenos cuentistas, y va a hallar un cuento con el que sienta conexión, con el que diga: “Eso me habla a mí” o “eso soy yo”. Y consiga los derechos de ese cuento, y lo adapta. O mejor aún, le habla por teléfono a ese cuentista y le dice: “Mira, aparte de darme los derechos ¿Por qué no trabaja conmigo? ¿Por qué no me ayuda a adaptar su cuento?”

Puede ser que ellos también quieran hacer cine. Y lo necesitamos, que ellos también se enamoren del cine, los necesitamos como guionistas. Eso de crear un mundo que le pertenece a esos personajes, es una cosa bien linda. Y en un corto, todo lo que usted pueda rellenar para darle diferentes matices y niveles a los personajes, cuenta, porque eso asimilamos nosotros subconscientemente, en entender ese personaje, ese cuento, esas relaciones. Por eso es lindo el cine ficción.

¿Y este ejercicio no se ha hecho aquí?

Escena de la película La canción de Carla.

Se ha hecho, pero generalmente muy mal, porque se está trabajando con gente que nunca ha leído, y nunca ha viajado, y nunca ha vivido. Y si tienen cuentos interesantes en su vida, no saben cómo contarlos, porque no saben escribir. Por eso digo yo: se tienen que juntar con gente que sabe cómo hacer lo otro, para sacarle lo mejor a cada miembro del grupo, para que la visión suya de ese cuento, se vuelva aún mejor de lo que era, cuando usted estaba solo.

¿Pero hay potencial para desarrollar ficción?

Claro. Absolutamente. Porque tenemos cuentos fabulosos que nunca se han contado. En El Salvador, no hay día, casi, donde yo no oiga un cuento fabuloso. De la guerra no se ha contado nada. Y no estoy hablando de las batallas, sino de lo que la gente vivió, el lado humano. Por ejemplo, lo que era ser una niña “fresa” durante la guerra, saliendo con un muchacho, pero que el papá siempre mandaba al guardaespaldas con el fusil guindado. O lo que era vivir en un pueblo, donde a la gente se la llevó el ejército o la guerrilla, pero donde las personas son víctimas. Cómo vivía un pueblo con ese tipo se separación, cuando verdaderamente deberían haber estado unidos en el dolor, en vez de buscar culpas.

¿Entonces, nuestros cineastas están en deuda con el cine de Ficción?

Nuestros cineastas están en deuda con la Literatura. Están en deuda con lo lindo que es leer, y lo lindo que es descubrir un gran cuento con un gran escritor. Y de querer contar ese cuento, en lugar de ese narcisismo, de querer contar cómo aman a Quentin Tarantino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario