El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

domingo, 3 de octubre de 2010

IGLESIA VIVA

Los cristianos no podemos exiliarnos de la política.

Lo que es cierto es que los cristianos no podemos exiliarnos de la política ni abandonarla en manos de gente con ambiciones políticas de poder dominador: “Se equivocan los cristianos que, pretextando que no tenemos aquí ciudad permanente, pues buscamos la futura (Hbr 13, 14), consideran que pueden descuidar las tareas temporales, sin darse cuenta de que la propia fe es un motivo que les obliga a un más perfecto cumplimiento de todas ellas, según la vocación personal de cada uno” (Vat II, GS 43). No podemos abandonar la política en manos de gente “maquiavélica”, es decir, de gente que busca solo las técnicas para alcanzar el poder por el poder, conservarlo y profundizarlo, y no admite el sometimiento del poder a ningún de valores superiores y especialmente al bien común y a aquellos “hábitos del corazón” que permiten a las personas y a las sociedades convivir entre sí con mutuo respeto y en libertad y responsabilidad. Tampoco podemos los cristianos abandonar la política en manos de “utópicos puros”, es decir, de gente que quiere usar el poder como si estuviéramos ya en el mejor de los mundos o en un mundo históricamente mesiánico , o en un mundo de inocencia absoluta, sin maldad ni corrupción, de gente que, en lugar de usar la utopía como un horizonte que atrae y que hace caminar hacia él aunque se aleje cada vez que intentamos acercarnos a él, la quiere usar como herramienta idealista que conduce al fanatismo, a la intolerancia y a la opresión.

La visión de la vocación de los cristianos en la política es la visión de los que se comprometen movidos por la esperanza de una sociedad mejor y por la convicción de que tienen en sí mismos la competencia para forjar pacientemente ese mundo y los cambios que se necesitan para irse aproximando a un mejor mundo, un mundo menos lejano de aquel en que todos “poseían todo en común; vendían bienes y posesiones y las repartían según la necesidad de cada uno… [de manera que] no había indigentes entre ellos” (Hch 2, 44-45; 4, 34). Hay en la tradición cristiana una tendencia a la igualdad como meta delas comunidades eclesiales fraternas, que justifica que opinemos que el cristianismo y la izquierda moderna democrática tienen una afinidad que es difícil que tenga el cristianismo con la derecha neoliberal, sin falsearse a sí mismo. La mayoría de los exegetas piensa que esa tendencia ala igualdad en las comunidades cristianas primitivas fue real, aunque siempre estuvo amenazada y peligró volverse diferenciadamente elitista. Habrá que mantener siempre la perseverancia de quien sabe que esa tarea de caminar políticamente hacia la igualdad solo se da como vocación a personas audaces con mucha paciencia, valientes con mucha humildad, a gente lúcida con mucha honestidad, a gente convencida con mucha apertura para las convicciones de los demás y con capacidad de dialogar con ellas sin perder las propias; a gente, pues, que sea capaz de escuchar y que crea en la juventud y en la novedad a la que siempre es más sensible que otras edades en la vida.

Para vivir el compromiso político como fruto de la esperanza cristiana, es decir, como fruto de una esperanza en un Dios que quiere lo mejor humanamente posible para este mundo y que nos quiere a nosotros como testigos y cooperadores de sus deseos, y que, por lo tanto, quiere y toma en serio los proyectos humanos y terrenos, incluidos los proyectos políticos (Cor 3, 7-15), hay que vivir la vocación política anclados en la memoria de las injusticias y de los sufrimientos y de las catástrofes que han lastimado a la humanidad, y en especial a nuestros conciudadanos: en la memoria , por ejemplo, de los numerosos millones de víctimas del capitalismo y del socialismo real.

Juan Hernández Pico, S.J.

Iglesia Viva: Sección ecuménica de EL CORREO, con selección de textos de cristianos comprometidos con el Evangelio, y por ello con la esperanza, la justicia y la libertad. El texto de hoy es tomado del libro “No sea así entre ustedes: ensayo sobre política y esperanza”, de Juan Hernández Pico, S.J. UCA Editores, San Salvador, 2010.

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