El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Paraíso de la mediocridad


Onofre Guevara López

Los ancianos y los adultos mayores tenemos suficientes razones para lamentarnos de que no podremos disfrutar por mucho tiempo “el Paraíso en la tierra”, es decir, el socialismo orteguista.  Aunque, humana y moralmente, debemos sentirnos felices por la suerte de nuestros descendientes, porque ellos ya lo viven y lo vivirán a plenitud. Si no se han dado cuenta, es otra cosa.
Este milagroso descubrimiento lo hizo el varón del bendecido matrimonio, mezclando sus “ritos y creencias (que) conocemos como la Fiesta de Nuestra Señora del Rosario o Señora de las Victorias”, según lo expresó en sus mensajes de felicitaciones a don Vladimir Putin y a don Hugo Chávez, quienes, al parecer de don Daniel, ellos ignoraban a cuál divinidad le deben sus reelecciones.
Modesto, como son todos los bendecidos por Dios y la Virgen, no creyó necesario aclarar a sus ilustres felicitados que hasta hoy no ha logrado el éxito total con su fórmula –y así poder consagrarse como constructor de paraísos en la tierra—, porque solo ha logrado fusionar “cristianismo y socialismo” en el discurso. El elemento “solidario” no lo ha podido fusionar con los otros dos, porque eso exige demostrar en los hechos su solidaridad con la Constitución. Y respetar la, significaría –por arcanos del alma de las leyes— poner en peligro la fe en “el Paraíso en la tierra”.
El jefe del bendecido matrimonio creía haber sido todo lo solidario en todo, “con todos y todas” sus parciales, repartiendo láminas de zinc tapagoteras, bonos solidarios y otras cosas que tapan la realidad con propaganda que caen como goteras sobre la pobre gente. Pero nada parece eliminar las dudas.  
Lo bueno es que él sigue trabajando en esa área del humanismo “cristiano-socialista”, pues, al fin y al cabo, para eso recibe más de 500 millones de dólares anuales de su comandante-amigo-hermano-padrino-compañero-presidente Hugo Chávez Frías. Y en cuanto pueda hacer un ahorrito, hará más propaganda hasta lograr negarle importancia a lo solidario constitucional, de forma tal, que le permita hallar la fórmula del completo engaño, y que el Paraíso se quede perdido entre “homilías” de ecléctica factura.
Su inconveniente es no haber sabido explicar a cuál Virgen y a cuál  Señora logró sacar de entre las once mil vírgenes... o si solo hizo llegar al “casting” una Virgen, una Señora o una Señorita. Lo que no logra confundir jamás, es la voz de su Señora Rosario, co-artífice de sus victorias. 
Aún se ignora cuánto cobra por la entrada al Paraíso, pero se sabe que tiene socios y socias listas para, juntos, seguir dándole cristiana sepultura al sistema electoral democrático. Y cuando logre convencer que ser “solidario” con la legalidad del país es un lujo innecesario, todo el mundo creerá en la existencia de su Paraíso.
Quien sabe cuándo aceptará que no existe misterio alguno, ni es cuestión de creer o no creer: simplemente se trata de que su régimen nunca será solidario con la institucionalidad, porque –para proteger sus intereses materiales— está empeñado en desconocer, violar, ignorar y marginar la Constitución que representa el orden jurídico nacional, y lo hace en forma parcial, conjunta, inclemente y sucesiva.
Él tiene otros inconvenientes menores para cimentar la fe en su Paraíso: aun cuando sus programas sociales tuvieran todo el alcance territorial; cubrieran a la totalidad de la población trabajadora; ofrecieran pleno empleo; es decir, que llegaran a satisfacer las necesidades humanas con justicia social, educación y salud plenas –algunas de las aspiraciones de los pueblos del mundo—, solamente sería una democracia social, pero no el Paraíso. Y si no hay democracia paradisíaca ni con justicia social, tampoco habrá socialismo paradisíaco sin libertades ciudadanas; respeto a los derechos democráticos de todos; elecciones libres (no reelecciones forzadas); administración pública transparente, etcétera.
Y como la sociedad orteguista no llega a democracia social ni a democracia política, menos a socialismo paradisíaco con un ecléctico discurso por ideología, no pasa de la mediocridad. Con su religiosidad prestada; su autoritarismo rezagado; su legitimidad ausente; y su honestidad en duda, solo seguirá produciendo zalamerías para gobernantes generosos con su ambición. Pero los cepillazos, aunque se vistan de “verde”, con buses y petróleo… ¡cepillazos se quedan!

No hay comentarios:

Publicar un comentario