Si
la batalla por la igualdad de oportunidades para ambos sexos dentro de los
puestos de gobierno fuera por competencia personal, sin tomar en cuenta el
género al que pertenecen los que optan a determinada posición gubernamental, a
lo mejor el 50% impuesto por leyes equivocadas fuera inclusive mayor que la
simple mitad y mitad con que este gobierno populista y electorero arregla las
cosas.
Que
me perdonen las damas, pero ellas no se deben sentir satisfechas y realizadas
porque lo que les pertenece por derecho se lo ganen por imposición. Al
contrario, se deben sentir manipuladas y utilizadas al negarles la capacidad y
la eficiencia que todos, sin excepción, deben tener para escalar posiciones de
mando dentro y fuera del gobierno.
¿Quién
dice que al cumplir con lo que manda la ley se está poniendo al mejor? Una vice
alcaldesa que es nombrada por efectos de una ley tonta y perjudicial, no tiene
que ser ni eficiente, ni capaz. A lo mejor una alcaldesa y una vice alcaldesa,
funcionan mejor que la mancuerna Murillo. Por querer quedar bien con la parte
del pueblo que se deja llevar por actos populistas, se le está negando a una
mujer el cargo que se merece, solo porque la ley Murillo dice que tiene que ser
en pareja.
Nicaragua
bajo este régimen ignorante, autoritario y caprichoso, está dando muestras de
lo mal que nos conducimos y de la absoluta falta de seriedad que existe en una
república que la están convirtiendo en un gran feudo.
La
lucha por los derechos de la mujer es válida y necesaria, pero el pie de amigo
que le pusieron desvirtúa la pureza de esa lucha y la convierte en foco de
oportunistas que al saber de sus incapacidades, se apoyan en leyes fallidas que
son producto de la mente enfermiza de quienes se quieren aferrar al poder por el
tiempo que queda en el siglo XXI. Si la dictadura de los Somoza está registrada
en el libro de los records Guiness, esta dictadura está empeñada en romper ese
record, porque Ortega está empeñado en ser más dictador que Somoza, más
millonario que Somoza y más longevo que los tres Somoza.
Más
millonario ya lo es, puesto que lo que logró amasar la dictadura somocista en
40 años de dictadura, Ortega lo sobre
pasó en 5 años y la bola pica y se extiende. Si no fuera así, no aparecería
entre las fortunas misteriosas más grandes de América Latina, compitiendo con
Fidel Castro y Hugo Chávez.
Los
dictadores del siglo XXI, junto al dictador que pasó el siglo XX y sigue,
aunque sea muerto, destruyendo la perla de las Antillas, no solo se quieren
quedar en el poder “for ever” sino que
se quieren quedar en la tierra por los siglos de los siglos. Para ellos el
cáncer no los destrona, aunque tengan que hacer sus necesidades mayores por el
costado y no por detrás como todo ser humano. Ellos vencen el flagelo de la
humanidad contra las reglas de la naturaleza. Una momia parlante, sigue
dominando Cuba; un canceroso terminal, que le pidió a Dios públicamente por un
poco más de vida, lo vemos rebosante de salud, desbordando soberbia y
crucificando a su pueblo y del otro solo sabemos que viaja mucho, que no le
gusta tomar el sol y que no comparece ante el pueblo, pero sigue destruyendo la
Constitución con el vigor que da la juventud.
Estos
dictadores son invencibles, no los vencen ni con votos, ni con balas, ni con
enfermedades mortales y además, les hacen el milagrito para que sigan
avasallando a sus pueblos.
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