En
política no hay damas ni caballeros. En política hay políticos y es al político
a quien le contesto.
Dice
Dña. Ma. Eugenia que los que llamamos al no voto somos necios, irresponsables y
aliados de la dictadura. Quien así se expresa no tiene la autoridad moral ni
política para lanzar esos denuestos. La diputada Sequeira y el resto de sus
compañeros de bancada traicionó al pueblo que creyó en ella. Nuestros más de
ochocientos mil votos que le dimos a la Alianza PLI representaban la última
esperanza de contar con una oposición fuerte, frontal y digna. Depositamos ese
voto lleno de ilusión porque creíamos que esa agrupación política significaba
la diferencia entre hacer política egoísta y hacer política para el pueblo, con
el pueblo y por el pueblo. Nos entusiasmó el hecho inusual en política de que
el líder de la Alianza PLI declinara correr como candidato a presidente, en
nombre de la armonía opositora. Ese gesto marcó la tónica de las elecciones de
2011 y nos volcamos a apoyar a Fabio Gadea Mantilla, el designado para derrotar
al orteguismo.
El
resto ya lo sabemos. Nos atrevimos a retar a una maquinaria inmoral e
inescrupulosa que ejecutó el colosal fraude que le dio al dictador el control
total de la Asamblea Nacional. Ahí empezó el juego macabro con el pueblo. Los
diputados democráticos se trazaron la estrategia de empezar a decir no, después
tal vez, para terminar diciendo sí. Jamás vamos a asumir los escaños que nos
dejó el fraude, decían los diputados PLI, pero con el tiempo empezaron a decir
que había que asumirlos para no darle más espacios al enemigo, pero que no era
seguro. La necesidad de estar dentro de las filas del enemigo para poderlo combatir mejor, fue el siguiente argumento,
pero siempre dejando la duda de asumir los escaños estériles. Al fin del cuento
ya todos sabemos lo que pasó: se desbocaron como manada con sed sobre los
escaños, demostrando su incapacidad de resistir el cheque mensual que a la
mayoría de ustedes les asegura el sustento hogareño.
Llegaron
a la Asamblea Nacional como caballos de Troya, pero asumieron su juego
colaboracionista antes de que cantara el gallo. Cada vez que la aplanadora
oficialista aprueba una ley a la medida del dictador, voten o no voten
legitiman el acto con su presencia, convirtiéndose en cómplices comprados del
dictador Ortega.
Solo
pensar en participar en las elecciones municipales, es un suicidio, decía Dña.
Ma. Eugenia y sus compinches, para después ser los más interesados en
participar en unas elecciones bastardas que ya tienen ganador. Ahora los vemos
decir falsedades en el mamotreto de campaña que están haciendo. Ahora si vamos
a defender hasta las últimas consecuencias el voto con nuestros nuevos fiscales, les dicen al pueblo, pero no hablan del
Coordinador de Centro, figura electoral que Roberto Rivas se la sacó de la
manga de la camisa ante el silencio cómplice de la segunda fuerza política del
país.
La
diputada Sequeira nos llama necios porque llamamos a no votar y lo somos porque
le recordamos diariamente su traición al pueblo y su falta de ética política.
Le decimos que nos traicionaron por un mendrugo de pan y le recordamos que
convirtieron en zancudo al partido glorioso PLI, todo por un cheque mensual,
algunas concejalías y una que otra alcaldía perdida en el laberinto de la
montaña.
Aceptamos
gustosos el cargo de necios que nos endilga la diputada Sequeira. Somos necios
porque combatimos a los que traicionan las esperanzas y la confianza del pueblo
y se los recordamos a diario.
Los
irresponsables son la diputada Sequeira y compañeros porque una vez en la silla
del poder se olvidan de quienes los elegimos y abandonan a su suerte el destino
de las grandes mayorías. Los cómplices del orteguismo son la diputada Sequeira
y sus compinches, porque a sabiendas de que no van a ganar, apoyan al dictador
en su proyección democrática para la exportación.
Necios
nosotros. Irresponsables y cómplices de la dictadura, ustedes y eso el pueblo
se lo va a cobrar diputada Sequeira.
Jorge
J Cuadra V
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