El F C Barcelona es el del problema al ser
objeto de chantaje por parte de los palestinos que en su afán de ganar adeptos
a su causa, convierten el deporte en política y las canchas de futbol en campos
de batalla, porque si la dirigencia del Barça no se retracta de la invitación
hecha a Gilad Shalit, militar israelí, para el clásico del 7 de Octubre, el
magnífico equipo catalán no vuelve a jugar en paz en ningún estadio del mundo,
ya que los dueños de la violencia se encargarán de las piernas de Messi, de
Xavi y de Iniesta.
Si
hay un pueblo en el mundo al que no se le puede hablar de dolor, de
persecución, de torturas, de despojo, de muerte, de exterminio, es al pueblo de
Israel, porque desde que el mundo es mundo, han sido objeto de las mayores violencias que los hombres pueden
desarrollar. Y ellos siempre pusieron las espaldas para ser azotados y llevados
como corderos al matadero. Hasta que el Estado de Israel dijo ¡Basta Ya! ¡Nunca
jamás! Y fue cuando los judíos de Europa fueron perseguidos, hostilizados,
encarcelados y asesinados en los campos de muerte de la Polonia nazi.
Cuando
el nazismo de Hitler estaba exterminando a más de seis millones de judíos por
ser considerados de una raza inferior, los que ahora amenazan al Barça
celebraban con el mundo árabe porque eran aliados de los nazis y aprobaron el
Holocausto que ahora se empeñan en negar.
¿Cuál
es el destino del Estado de Israel si baja la guardia? Ser exterminado del
planeta tierra por sus enemigos milenarios, los árabes o musulmanes. Irán
quiere el arma nuclear para cumplir ese propósito y Siria y Libia y el Líbano
quieren lo mismo.
Parece
mentira, pero de la intransigencia árabe depende el futuro del futbol
internacional. A dios a las copas, desde la mundial, pasando por la del Rey,
hasta la Champion League, porque los terroristas de Alá irán sembrando bombas
en los grandes escenarios deportivos del mundo occidental para dañar al equipo
de Fábregas, Puyol y Alcántara.
Israel
es lo que es porque no le tiene miedo al mundo y porque lo prioritario es
defender hasta la última gota de sangre el Estado que nació el 14 de Mayo de
1948 y que les permitió ser nación después de siglos de ser diáspora, con David
Ben Gurión como su primer presidente.
Los
que enviaron la carta de Gaza al Barça, protestan por la detención del jugador
estrella de la selección palestina, Mahmud Kamel As-Sarsak, quien ya está en
libertad “después de 95 días de huelga de hambre.” Pero está vivo y está libre,
lo que no se puede decir de los miles de científicos, de pianistas, de artistas
plásticos, de genios de las finanzas, de eminentes médicos y abogados, que
jamás volvieron a ver la luz del sol porque fueron gaseados e incinerados en
Auschwitz, Birkenau y Bergen-Belsen, desde donde esparcieron sus cenizas sobre toda
Europa occidental y ninguna voz del mundo árabe se alzó para protestar por la
barbarie nazi.
El
balón de futbol está en la cancha del Barça. Se necesita la habilidad de Messi
para ganar este partido contra el chantaje y la intolerancia.
El
Barça no debe suprimir la invitación del oficial israelí, Gilad Shalit, porque
su grandeza no se puede limitar a las canchas de futbol, sino al mundo entero.
Como
españoles, como catalanes, el show debe continuar, a pesar del chantaje y la
amenaza implícita: “La causa palestina
está en el corazón de muchos más millones de personas en todo el mundo y nos
están movilizando para llevar a cabo acciones que harán de todo esto algo muy
grande, hecho que no conviene al club.”
Jorge
J Cuadra V
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