El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

jueves, 25 de octubre de 2012

DECÁLOGO DEL MAESTRO


A los profesores del mundo,
 y en especial a Clarita Blanco y Emilio Pérez,
de Masatepe, Nicaragua.

1-El maestro ha de amar para enseñar, pues ha de enseñar a amar. Es así como el maestro enseña con su vida y entrega su vida a la enseñanza. Porque la enseñanza es un permanente acto de amor al prójimo, y un sublime servicio a la Patria a través del magisterio.

2-Magisterio significa humildad de saber enseñar. Un verdadero maestro es aquel que sigue aprendiendo mientras enseña.

3-El maestro ha de ser como Jesús. Según el evangelista Mateo, cuando Jesús terminaba sus sermones la gente quedaba admirada de su enseñanza, “porque les enseñaba con autoridad, es decir, con la convicción del que sabe.” Y es que la autoridad de Jesús está fundamentada en la verdad y no en la doctoral discriminación del espíritu, que da lugar preponderante a la letra. Nadie puede vivir al pie de la letra, sino entregado a la piedad. Porque el espíritu es en sí mismo una profunda comprensión y aceptación de nuestra frágil condición humana.

4-La letra se contradice con el espíritu que la inspira, cuando como ciertas leyes son instrumentalizadas contra la justicia. Esa acción se llama fariseísmo. Ninguno puede lanzar la primera piedra. Esa es una enseñanza que nos reconcilia con el verdadero espíritu que dio origen a la letra. Por ello las parábolas de Jesús, son en su conjunto el primero de los libros de pedagogía.

5-Un centro de enseñanza no es un reformatorio o una camisa de fuerza para obligar al estudio. Es a los maestros a quienes corresponde la ardua tarea de persuadir a los alumnos que aprender es vivir colectivamente el respeto mutuo, pues un centro de enseñanza es precisamente eso, un centro, donde converge el sentido de convivencia de una inmensa familia que abarca a educandos y sus parientes, y a educadores. Ahí se forja la responsabilidad común para el bien común, pilares de una comunidad de ciudadanos respetuosos del derecho ajeno, que como dijo Benito Juárez, es la paz. En este sentido la Paz de la República la van construyendo profesores y alumnos. Si se logra un Centro de Paz, héroes de la paz serán profesores y alumnos.

6-El lema de todo maestro debiera de ser el de Jesús: “Dejad que los niños vengan a mí”, pues la infancia, al igual que el barro, es la época artesanal de moldear en el conocimiento, a futuros ciudadanos libres, sabiendo tomar de los niños, con una inmensa ternura, los dones naturales y puros de que son portadores. De barro original podríamos calificar esa etapa.

7-El maestro no buscará en estudiantes o familiares diferencias sociales, económicas, políticas o religiosas. Ni fomentará halagos con fines ajenos a su libre formación. El respeto a la conciencia de cada quien es un principio inalienable que se inculca a la par de valores cívicos y morales. Solo así podrá hacer del alumno un ciudadano honrado, que al saber que su dignidad depende de no venderla, será útil a la Patria, y a la familia de la que proviene, y responsable desde ahora de la que algún día formará.

8-El arte de la pedagogía es hacer del estudiante sujeto de la historia y no objeto de las circunstancias.

9-La pedagogía, en enseñanzas de Paulo Freire, libera al oprimido. El principal elemento opresor es la ignorancia. En ese sentido, quienes dedican su vida a la enseñanza, son libertadores.

10-No hay asignatura más importante que el Amor.

LUIS ROCHA
“Extremadura”, Masatepe, octubre de 2012.

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