Están
siendo reprobados el 90% de los bachilleres que toman el examen para ser
admitidos en la universidad. Uno se
tiene que preguntar el por qué de tan alta cantidad y es porque los bachilleres
no están bien preparados. No se prepararon bien en la secundaria. ¿Y por qué no
se prepararon bien en la secundaria? Porque tuvieron una pésima primaria.
Resumiendo: Sin una buena primaria, no hay buenos profesionales. Y a pesar de
esta escalofriante realidad, se sigue despilfarrando el seis por ciento
constitucional en pésimos estudiantes universitarios, que si llegan a ser
profesionales, serán mediocres y si no, serán diputados orteguistas o
colaboracionistas.
Hay
personas conscientes de lo que está pasando en la distribución del 6%
constitucional, que están haciendo un llamado para corregir esa anomalía. No es
posible, dicen, que por desperdiciar valiosos recursos en jóvenes que no van a
rendir como estudiantes, pero que los van a usar para sembrar el caos y la destrucción, tengan
abandonados a miles de estudiantes de primaria, que son la base de un buen
profesional. Uno de los más enérgicos abanderados de la atención a las escuelas
de primaria, es el Dr. Humberto Belli Pereira, sociólogo y ex Rector del Ave
María College. En una de sus declaraciones sobre el caso que se está
comentando, dijo “que no se podía cambiar el destino del 6% porque es
constitucional,” e inmediatamente mi mente reaccionó ante esa aseveración y por
esa razón me pregunto si hay que ser sinceros o cínicos con este gobierno
inconstitucional.
Creo
que es una ingenuidad hablar de respeto a la constitución, con un gobierno que
no solo surgió de una violación a la Constitución de la República, sino que
sigue violándola cada vez que el tirano Ortega lo quiera. Condenar a la
ignorancia a la niñez de Nicaragua, preparar pésimos bachilleres y permitir que
se use a la juventud universitaria como turbas del gobierno Ortega-Murillo,
solo por respetar un mandato constitucional en una tierra sin constitución, se
acerca mucho al crimen cultural. No optar al conocimiento por imposición de una
dictadura corrupta, es como nacer sin esperanzas de salir de las tinieblas de
la ignorancia, porque los recursos
destinados para promover la educación, son usados para promover a estudiantes
como Yasser Martínez, premiado con una diputación por su vandalismo.
Con
Ortega no se puede jugar limpio, menos ahora con su borrachera de poder, que no
permite pensar, cambiando la prueba de
la existencia, “Pienso, luego existo,” por, No pienso, luego subsisto.
La opinión
del Dr. Belli es correcta, pero en países en donde existen gobiernos que respetan
la Constitución de la República, no en Nicaragua en donde cumplir con ella significa colaborar con la dictadura
orteguista.
Ya
sé que este argumento va a ser rechazado por peligroso, pero no olvidemos que los pueblos
tienen derecho a rebelarse para terminar con el yugo que los aprisiona. La
tragedia es que en Nicaragua eso no basta porque las dictaduras se reencarnan.
Por eso tendremos que renacer, como el ave Fénix, de las cenizas de nuestra propia destrucción.
Jorge J Cuadra V
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