Pronunciamiento
La Alianza PLI se constituyó con un claro compromiso de todos sus integrantes por el restablecimiento de la democracia y la promoción de un desarrollo social y económico inclusivo.
Todos reconocimos que éste era un objetivo de largo plazo, aun alcanzando el gobierno, porque las estructuras autoritarias del orteguismo estaban profundamente enquistadas en el aparato del Estado.
La Alianza se conformó en una coyuntura electoral pero su vigencia en el tiempo está determinada por el apego a los principios políticos que le dieron origen. No fue pues, una mera unidad de la oposición sino un proyecto político con claros propósitos democráticos, de progreso económico y justicia social.
La prioridad de los objetivos democráticos en la Alianza nació de reconocer que el régimen orteguista estaba transitando de un gobierno autoritario a un modelo claramente dictatorial. Esa voluntad dictatorial tuvo su expresión culminante en el fraude electoral de noviembre del 2011 que clausuró el derecho al voto de los nicaragüenses.
Junto a la privatización de los recursos provenientes de la cooperación petrolera venezolana, el orteguismo ha afianzado su régimen a partir de la consolidación de un pacto de cúpulas con los grupos económicos más acaudalados del país; así, se han tejido poderosos lazos de interés con la nueva oligarquía nacida y amamantada al amparo del ALBA y de la corrupción.
Hoy por hoy, los autores de este nuevo pacto requieren legitimar el sistema político actual, en el que los Ortega Murillo con el control de todas las instituciones y los recursos de Chávez gobiernan en favor de estos grandes intereses. Para lograrlo requieren realizar operaciones cosméticas que les permitan enterrar los cuestionamientos al fraude electoral de noviembre del 2011.
El Partido Liberal Independiente dio a conocer la semana pasada la decisión de emprender negociaciones con el gobierno ilegítimo de Ortega. El régimen por su parte no ha dado muestras de ningún interés en negociar constructivamente sobre los aspectos fundamentales del restablecimiento democrático en Nicaragua, ni hay razones creíbles que permitan pensar que tenga esa voluntad.
Mientras se promueve ese debate político, la población nicaragüense sigue sufriendo el impacto del desempleo, los empleos precarios, los bajos salarios, la continua elevación de los precios del combustible y las tarifas de transporte y energía electrica, y su consecuencia en el encarecimiento de los productos de consumo popular, sin que se adopten políticas efectivas que contribuyan a proteger sus bolsillos.
En estas circunstancias declaramos:
El gobierno orteguista debe dar muestras inequívocas y públicas de su voluntad de negociar, comenzando por el cambio total de los actuales integrantes del Consejo Supremo Electoral, sustituyéndolos por personas independientes, honestas y capaces. Cambiar dos o tres y mantener el control del orteguismo sería una simple operación de maquillaje. Asimismo, deben adoptarse las recomendaciones de los informes de las misiones de observación electoral de la Unión Europea y la OEA a fin de asegurar elecciones municipales transparentes. En las condiciones actuales el MRS considera que la Alianza PLI no debe emprender ninguna negociación.
Cualquier negociación de puestos en otros poderes del estado sin que se haya resuelto previamente la imparcialidad del árbitro electoral equivale a legitimar el gobierno de facto.
Una eventual negociación de la oposición democrática con el gobierno de facto solamente puede tener como fin y resultado la liquidación de las nefastas consecuencias del sistema de pactos prebendarios entre partidos y el trazado de una ruta que nos conduzca inequívocamente al rescate de la democracia y del estado de derecho.
El MRS no aceptará los resultados de ninguna negociación que de una forma u otra apunte a un remozamiento del modelo pactista que desde 1950 ha servido únicamente a los dictadores de turno. El diálogo, como forma civilizada de resolver los conflictos, es un instrumento consustancial a la democracia y en tal sentido el MRS lo promueve. Pero debe ser un dialogo inclusivo, transparente con la participación de los distintos sectores económicos, políticos y sociales. Un dialogo distinto a esto es una farsa y una burda manipulación con fines de consagrar formas de opresión o privilegios minoritarios.
El MRS desde ahora anuncia que no promoverá la candidatura de ninguno de sus miembros para ocupar cargos públicos pendientes de elegir.
Es nuestra voluntad continuar trabajando por preservar la unidad de las fuerzas democráticas sobre la base criterios de tolerancia, respeto, consenso democrático y transparencia.
La historia muestra que la lucha contra todo régimen dictatorial tiene como factor principal la movilización popular. En este sentido, el MRS dedicará todas sus energías a promover, organizar y acompañar la movilización ciudadana en defensa de su derecho a la democracia, al empleo digno, a salarios justos y a la mejora en sus condiciones de vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario