El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

martes, 6 de marzo de 2012

¿Alcaldes? Solo bajo el “candado” de Artolita


Onofre Guevara López

Ese sería el destino de quienes vayan a elecciones bajo la égida del Consejo Electoral del Supremo Daniel: quedar a merced de Nelson Artola, el mayoral de los alcaldes. El informe de la Unión Europea sobre su limitada observación electoral del 6 de noviembre 2009, no deja dudas: en este juego, nadie pisaría primera sin su voluntad.
El informe, al menos, recogió lo esencial de unos comicios con árbitros parciales y en condiciones nada transparentes. Es un dictamen sobre los síntomas de una enfermedad política que el país está padeciendo, para la cual los doctores europeos no tienen el remedio, solo una prevención: con ese árbitro ni a misa.
El remedio sólo el pueblo nicaragüense lo conoce, pero no lo tiene a su alcance. Y seguirá regido bajo las voces de mando caciquil de forma indefinida, mientras no se le dé al país el purgante que lo libere de las fuerzas parasitarias que les carcomen sus órganos vitales.
En primer término, de la tenia orteguista que le consume sus alimentos vitales, de tal forma que la democracia se la mantiene con una anemia profunda. Hay otros parásitos que se engordan a la sombra del aparato electoral. Y se probó ya que no mueren ni con las yerbas electorales de gran poder; hace falta expulsarlos a todos de ese órgano del Estado.
Para alcanzar aunque sea un mediano alivio en los órganos afectados, tendría que aplicarse la medicina criolla con la que recomienda el dictamen médico europeo. Es  que no bastaría eliminar a la cabeza de los parásitos, si no se limpian todos los rincones del aparato digestivo de los votos.
Se sabe que entre la alianza Pli-Une –hasta ahora lo más parecido a lo idóneo en la oposición—, hay quienes tienden a creer que bastaría eliminar algunos parásitos del órgano más afectado para ir a las elecciones. Eso significaría no solo convivir con ellos, sino también  transformarse en parásitos. Allí, no a todos se les ha visto actuar con la decisión requerida para frenar esa tendencia oportunista interesada por las “garantías mínimas”.  Es decir, aspiran a cambiar ciertos parásitos para compartir con el resto las funciones corrosivas dentro del órgano electoral con vida útil y honestidad vencidas.  
Los reclamos contra tal pretensión llegan desde varios sectores de opositores no oficializados como militantes de los partidos. Ellos no reclaman de puro aire, por capricho ni por casualidad: están fundados en el hecho cierto de que las elecciones no se perdieron, sino que sus votos fueron consumidos por la tenia orteguiana con todas las ilegalidades comprobadas por los dictaminadores europeos.
Hace falta, pues, una desparasitación en la propia alianza Pli-Une para devolverle la sanidad opositora, puesta en duda por quienes allí están olvidando el deber de respetar el mandato de los que en ellos confiaron. Igualmente, necesita rescatar esa confianza con una nueva actitud que impida la metamorfosis de opositores en zancudos extractores de sangre del pueblo a través del presupuesto, causándole más anemia a la democracia. Que no olviden las marrullas electorales que ya les hizo víctimas, para que no terminen siendo cómplices y colaboradores de sus propios victimarios.
Ir a elecciones municipales con las “garantías mínimas” puede ser la máxima aspiración de unos oportunistas, pero no aportaría nada a la lucha antiparasitaria, y más bien consolidarían el centralismo burocrático orteguista a cambio de prebendas. El clan Ortega-murillo hasta podría compensarles su colaboración, haciendo “elegir” a unos cuantos alcaldes “opositores”. Y no importaría que fueran muchas las alcaldías que les permitiera “ganar”, porque, primero, elegiría a los más ambiciosos, susceptibles de alquilarse; y después, serían alcaldes sin autonomía, monigotes de funciones limitadas por el mayoral del clan en el Fise.
Suponiendo que pretendieran ser independientes, no escaparían del “candado” de Artolita ni del sabotaje de los CPC. Finalmente, cederían ante alguna prebenda carnuda a cambio de la traición a sus electores y de ponerse al servicio del orteguismo, como ya sucedió con varios alcaldes “liberales”.
No se debe perder la personalidad jurídica ni dejar espacios vacíos, dirán. ¿Esgrimirían tan manido pretexto otra vez?  Sí, lo harían, aun sabiendo que los verdaderos partidos de oposición nunca tuvieron personería jurídica antes del 79, y hasta lograron participar en el entierro de la dictadura. No hay nada honesto por la vía de la colaboración bajo la tutela del corrupto Consejo Electoral. El colaboracionista que pretexte que sí lo hay, solo puede ser porque espera buena pitanza a cambio de su dignidad.    

No hay comentarios:

Publicar un comentario