En los últimos días he visto un feroz cruce de espadas entre el gobierno y los empresarios. Primero por la sustitución del presidente del Banco Central, donde sustituyeron a un profesional que estaba enfocado en que sus subalternos fueran técnicos capacitados y en darle confianza a la inversión y a los ahorrantes, que fue cambiado por un cuello elástico, que se ha empeñado en mostrarse lo más servil posible entre los funcionarios de este gobierno.
Más recientemente, los empresarios saltaron por la confiscación de veinte manzanas tierras costeras en Teonoste, de las bellas playas de Tola, Rivas, valoradas en unos 5 millones de dólares, las cuales, arbitrariamente, se las “regalan” a don Edén Pastora.
Yendo un poco hacia atrás, recordamos el conflicto por la importación de pollo americano y huevos hondureños, con lo cual se tocó la bolsa directamente a los avicultores locales y sabrá Dios con qué fines le abrieron las fronteras a un grupo de comerciantes cuyo discurso es casi una copia de los rezos oficiales, lo que hace suponer que al menos por eso, reciben su “cariñito” con los permisos para la importación y comercialización de esos productos.
También, hace unos días echaron chispa por la ocupación de 17 manzanas de tierra valiosísima frente a Galería Santo Domingo. En todos estos casos, ya es evidente que aquí no hay amigos, sino intereses y que los Ortega y sus leales, también tienen los suyos. Ya aquí no hay fronteras entre política y reales.
Pero en todo esto, se exhibe una cosa. El gobierno les está regresando su medio vuelto, y como lo dijeron muchos (que como no lo viví, llegué a pensar que era politiquería), igual que Somoza, Ortega iniciaría dándoles prebendas, pero luego les haría competencia y les apretaría el cuello. En efecto, ya lo está haciendo.
Cuando hubo luna de miel
Ahora bien:
¿Recuerdan cuando Ortega les dijo a los empresarios que ellos se dedicaran a hacer negocios que de la política se encargaba él y ahí, nadie más alzó la voz?
¿Qué hacía el COSEP cuando un grupo de antiorteguistas salían a la calle y eran apedreados y garroteados?
¿Acaso no les bastaba con llegar a mover los hilos del Poder, para sacarle el jugo a nuestro presupuesto con las exoneraciones y exenciones, desde la oficina de Bayardo Arce?
¿Acaso en algún momento los brillantísimos representantes del capital han hecho alguna crítica o se han parado frente al abuso y manoseo de la cooperación venezolana, más bien no han estado sacándole su tajada con la exportación de carne y frijoles a través de la privada ALBALINISA, que es una de las tantas empresas creadas por el FSLN para bypasear la ley y los recursos que en algún momento todos los nicaragüenses tenemos que pagar?
¿No fueron los mismos empresarios los que fueron a enfilarse con Ortega y a darle legitimidad a su presidencia, el 10 de enero, cuando se inauguró la ilegalidad desde el Ejecutivo?
Entonces ahora ¿De qué se quejan, ustedes creían que solo los más palmados y los desempleados iban a aguantar?
Más al fondo del asunto, luego de valorar cómo se revirtió la buena relación del gobierno con el empresariado por pesos y centavos, me vino al recuerdo estas líneas del poema “Cuando los nazis vinieron por los comunistas” del pastor luterano alemán Martin Neomoeller, quien en un primer momento apoyó la política nacionalista, anticomunista y antisemita de Adolfo Hitler, pero luego reaccionó contra el nazismo, cuando la política totalitaria hegemónica, impuso a las iglesias la exclusión de todo creyente con orígenes judíos, a través del "párrafo ario".
Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
... porque yo no era socialdemócrata
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a buscar a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío,
Cuando finalmente vinieron a buscarme a mi,
no había nadie más que pudiera protestar.
Martin Niemoeller
Esperemos a ver cuándo deciden despojarse de sus beneficios definitivamente y enfrentar la arbitrariedad, a dejar su actitud timorata y miedosa, a dejar de echarles la culpa a los otros inoperantes de los políticos. Este país no es solo responsabilidad de quienes quieren salir a las calles a poner una manta ni de quienes se llaman partidos, aquí deberíamos de hablar todos sin miedo y no esperar hasta que nos toquen a nosotros, y sino, véanse en el espejo COSEP.
No hay comentarios:
Publicar un comentario