De todo hemos visto a lo largo del
desenvolvimiento de nuestra clase política, pero no estaba preparado para
asimilar esta última “novedad” ejecutada por un miembro del PLC y magistrado de
la CSJ escenificada en el salón principal de la universidad de Dn. Miguel
Purificación.
Aplastado por el derrumbe de su partido, el
jurista de marras asume la defensa de Nuestro Señor Jesucristo, como que si se
tratara de un caso más de este mundo, cuando en realidad se trata del juicio de
alguien que dijo que su reino no era de este mundo. Para este arnoldista de
nuca flexible no existe diferencia entre lo divino y lo humano. El juicio de
Jesucristo no admite atenuantes como los que existen en Nicaragua, como por
ejemplo que una persona con orden de captura emitida por un juez, no puede ser
capturada después de la seis de la tarde ni durante el fin de semana. La
captura de Jesucristo estaba ajustada a un ciclo de redención que tenía que ser
cumplido al pie de la letra. Si Jesucristo hubiera sido juzgado por una Corte
Suprema como la que integra este magistrado, sería irremediablemente condenado,
no por el cumplimiento de las profecías, sino por la corrupción que en ella
impera.
El magistrado en cuestión se pudo haber
lucido condenando a su jefe acusado de malversar los fondos de la nación, pero
hizo todo lo contrario y tanto él como el resto de magistrados, se convirtieron
en defensores gratuitos del acusado, al igual que ahora, sin respetar el
partido político al que pertenecen, todos están bajo las órdenes del dictador
Ortega.
El juicio de Jesucristo significa la
redención de todos los pecadores de la humanidad. Sin esa sangre vertida al pie
de la cruz, no hay redención y no hay perdón por todos los pecados del mundo.
Si este jurista se quería lucir analizando un juicio famoso, hubiera escogido
al que le hicieron al Capitán Alfred Dreyfus, acusado de traición a la patria
mediante una torpe investigación que lo llevó a un consejo de guerra que lo encontró culpable y lo expulsó del ejército
francés.
¿Acaso el magistrado de la CSJ con su
exposición, quiso ser el Emilio Zola de Jesucristo, para hacer reflexionar a
los sacerdotes del Sanedrín y a Poncio Pilatos, Prefecto de la provincia romana
de Judea, para que exoneraran a Jesucristo de toda culpa y salvarlo de morir en
la cruz? Mi reino no es de este mundo, ni mi juicio tiene que ver con estas
leyes imperfectas de la tierra, le diría Jesucristo a su despistado defensor,
ya que Miguel Purificación no intervino para explicar las cosas.
Don Miguel Purificación lucía serio y
meditabundo. Quizás estaba pensando en la posibilidad de que el Vaticano se
pronuncie acerca de su universidad y la declare sin derecho a llamarse
Universidad Católica (UNICA) debido a las generosas regalías que recibe de
parte del gobierno dictatorial e inconstitucional del Presidente Ortega como
pago por sus servicios prestados a la dictadura conyugal.
La carta de Emilio Zola al presidente de
Francia tuvo buen resultado, ya que el capitán Dreyfus fue exonerado, recuperó
su libertad y su prestigio dentro de las filas del Ejército de Napoleón y de De
Gaulle, mientras que los alegatos meramente jurídicos del magistrado de la CSJ
jamás lograrán revertir un fallo que estaba programado desde el día en que Dios
creó al hombre.
Jorge J Cuadra V
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