Esas
fueron las palabras del diputado de la Alianza PLI Carlos Langrand, para
demostrar la necesidad de dialogar con el Presidente Ortega.
Por
otro lado el diputado Indalecio Rodríguez dijo ante las cámaras de televisión
que la Alianza PLI lo único que está haciendo es cumplir con el clamor del
pueblo que grita para que ese diálogo se dé. Estas declaraciones expresadas
públicamente reflejan los deseos que la Alianza PLI tiene por sentarse a
negociar con Daniel Ortega. Pero mientras eso sucede, el MRS, importante aliado
de la Alianza PLI, montaron una conferencia de prensa para dejar bien clara su
posición acerca del proyectado encuentro y su posición es de rechazo total ante
el dialogo, porque dicen que no hay nada que negociar con quien no tiene
respeto alguno por las leyes y la Constitución.
¿Qué
está pasando en la otra acera? Nada, silencio absoluto, cero interés por que se
dé la negociación entre el Gobierno y la oposición.
Analicemos
un poco las palabras del diputado Indalecio Rodríguez. Podemos decir
categóricamente que el diálogo con el Presidente Ortega no goza del apoyo
popular porque la clase política no les merece confianza alguna. El clamor que
el diputado Rodríguez dice que existe, viene del Cosep, de la Iglesia Católica
y de Amchan, instituciones que no representan a las grandes mayorías que sufren
los embates de la dictadura. El licenciado José Adán Aguerri, Monseñor Báez y el Dr. Yalí Molina no son
líderes populares ni representan al pueblo. Ellos están al frente de instituciones
privadas que representan intereses diferentes a los del pueblo.
El
clamor popular que existe es el llamado del pueblo a los diputados de la
Alianza PLI para que bajen a la llanura y escuchen en vivo las necesidades y
los deseos del pueblo. Ese clamor dice que sentarse con Ortega es una especie
de traición al voto que los llevó a la silla del hemiciclo legislativo. El
clamor popular lo que grita es que antes de meterse a platicar con Ortega
tienen que escuchar la voz del pueblo, voz autorizada porque los votos que
representa fueron los que los llevaron a la diputación.
Las
palabras del diputado Langrand tienen diferentes significados. Podría ser un
llamado al Gobierno de Ortega para decirle que si sigue violentando la
Constitución y las leyes, que si sigue haciendo lo que le da su gana, que si
sigue gobernando para sus intereses personales y no para los intereses del
pueblo, la respuesta del pueblo será la guerra porque ese pueblo no está
dispuesto a dejarse irrespetar y pisotear eternamente. Por otro lado, las
palabras del diputado Langrand fueron un basta ya a la hipocresía de seguir
hablando de solución pacífica, cuando en realidad lo que el pueblo piensa es en
la solución bélica porque Ortega no cambia y no quiere cambiar. Todos nos
llenamos la boca ponderando la necesidad de actuar dentro de una rebelión
pacífica, pero para eso necesitamos un Mahatma Gandhi y por desgracia no lo
tenemos.
El
diputado Langrand habló fuerte y eso le gusta al pueblo.
Jorge
J Cuadra V
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