El
22 de Agosto de 1978 Nicaragua se estremeció con la noticia de que el FSLN se
había tomado el Palacio Nacional con todos los diputados dentro del edificio.
En el operativo, el Comandante Pastora era el Cero y desde entonces Edén
Pastora Gómez es conocido como el Comandante Cero.
El
personaje heroico siguió cosechando fama durante la guerra final contra la
dictadura de Somoza. Se convirtió en el Comandante en jefe del Frente Sur y
entró en batalla con el Mayor GN, Pablo Emilio Salazar, conocido como Comandante Bravo, Jefe militar del Ejército de
la Guardia Nacional en la zona sur.
La
frustración del Comandante Cero comienza cuando se percata de que no es uno de
los Comandantes de la Revolución que integran la Dirección Nacional del FSLN y
máximo organismo de autoridad y poder en la Nicaragua de los ochentas. Lo
nombraron Comandante Guerrillero y lo pusieron de segundo de su archi enemigo,
Tomás Borge Martínez. Sin embargo, le dieron algunas migajas para que
mantuviera inflamado su insaciable ego: Lo nombraron Jefe nacional de las
Milicias Populares Sandinistas. Como eso no llenaba sus expectativas, montó su
salida de Nicaragua supuestamente hacia Costa Rica a bordo de dos carros
Mercedes Benz, en compañía del Comandante Guerrillero, José Valdivia. Lo único
que se supo de su huída fue lo que dijo en un mensaje televisado que sorpresivamente
logró ser proyectado en el canal 2, en el que daba a conocer que se había ido a
luchar por la libertad a tierras guatemaltecas.
Lo
siguiente que se supo fue que estaba al mando de la contra revolución del sur
directamente bajo las órdenes de la CIA.
Pastora
es una persona controversial y conflictiva y por eso el atentado de La Penca,
en donde perdieron la vida siete periodistas y
él salió malherido.
El
tiempo que no perdona lo echó a un lado y la imagen del legendario Comandante
Cero se fue apagando conforme las páginas del calendario fueron pasando. Pero
como gallina que come huevos, aunque le quemen el pico, el Comandante Cero se
aferraba patéticamente a ser noticia nueva en el país y apareció como aspirante
a candidato a la presidencia de la República; como mártir en una huelga de
hambre en protesta por sus derechos violados; haciendo gala de su honradez al
publicar que tuvo que empeñar un Rolex de oro puro, que vender un tigre y caer
en las manos de un usurero para poder comer. El Comandante Cero quería
despertar su imagen de político impoluto ante el pueblo nicaragüense.
Ahora,
acercándose a los ochenta años, la vida le pasa la cuenta por decir tantas
mentiras y lo vemos arrodillado ante Daniel Ortega y lo peor, lo vemos de
bandolero tomándose unas tierras que tienen dueño al mando de una banda de forajidos
armados. Pastora, al mejor estilo del Siete Pañuelos, irrumpe en el Hotel Teonoste,
amenaza de muerte a los empleados y le da a los dueños un plazo fatal para que
desalojen el lugar.
Yo
creía que el Siete Pañuelos era historia antigua y olvidada, pero veo que todavía anda haciendo de las suyas en
la tierra en que lo ahorcaron.
Jorge
J Cuadra V
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