El
hecho de presentarse a las elecciones recién pasadas sabiendo que la
candidatura de Daniel Ortega era inconstitucional, fue de por si un riesgo,
pero un riesgo necesario para poder optar a la victoria, o en el peor de los
casos, para poder demostrar el fraude que se avecinaba. El fraude se dio y a la
oposición le tocaron 26 diputados que solo demostraron el poder del Presidente
Ortega. Entonces se presentó la disyuntiva de asumir o no asumir los escaños
estériles en una asamblea tomada por el orteguismo.
El
primero que dijo que no asumiría su escaño constitucional fue el candidato a
Presidente por la Alianza PLI, Fabio Gadea Mantilla. Adujo que él no había
corrido para diputado sino para presidente y que al asumir el escaño aceptaba
haber quedado en segundo lugar. Sin embargo, dejó en libertad al resto de
diputados electos para que ellos decidieran si asumir o no asumir.
Al
comienzo el no asumir los escaños era la posición unánime de todos los recién
electos, pero al pasar de los días fueron apareciendo las excusas para
asumirlos y al fin del cuento, los asumieron, pero para protestar desde dentro
de la AN en nombre del pueblo que los eligió. Nosotros que los elegimos fuimos
condescendientes con ellos y aceptamos su presencia en el hemiciclo legislativo
copado por los orteguistas mediante el fraude descarado que realizaron desde
antes, durante y después de las elecciones.
Protestar
y protestar era la única razón de la presencia de los diputados PLI en la
asamblea, pero entonces vino la conformación de la Junta Directiva compuesta
por siete diputados. Los PLI en lugar de negarse a conformarla, pidieron tres
asientos y el orteguismo dijo no. Me pregunto yo, ¿Qué más da tres o menos
asientos si siempre van a ser minoría? Los dos asientos ofrecidos por la
bancada mayoritaria fueron aceptados por los dos únicos diputados que le
regalaron al PLC y la directiva quedó compuesta por siete orteguistas, pero la
integridad de la bancada PLI ya había recibido el primer golpe. A continuación
llega el turno de las comisiones. Son quince y los que mandan deciden cederles
cuatro a la Alianza PLI. Cuatro comisiones presididas por cuatro diputados PLI
y una vez más demuestran el deseo de figurar de la bancada democrática, ya que
presidiendo la comisión, siguen siendo minoría. El primer resultado ya lo vimos
en la aprobación de la ley que impide que la leche y el arroz suban de precio
usando el subterfugio de la rebaja de impuestos para los empresarios, lo que
significa más ganancia para ellos y la misma carestía para los pobres de
Nicaragua. ¿Será esa una ley pro-pueblo? Por supuesto que no. Pro pueblo
hubiera sido si autorizara a bajar los precios para beneficio de los pobres de
Nicaragua. Esa ley fue aprobada con ochenta y cinco votos: 62 del FSLN, 2 del
PLC y 21 del PLI.
Casos
así seguirán dándose con la colaboración de los diputados de la oposición.
Por
esa y por más razones debemos rescatar a nuestros diputados de la AN para que
nos guíen en la rebelión cívica que tenemos que organizar para combatir el
desgobierno que la dictadura conyugal está realizando en nuestro país.
Diputados
PLI, tienen que bajar a las calles de toda Nicaragua para que ustedes sean los
líderes de nuestra lucha por nuestros derechos. Esa es la única manera que
nosotros, el pueblo, podemos seguir confiando en ustedes.
Jorge
J Cuadra V
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