El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

miércoles, 10 de agosto de 2011

LAS RADIO NOVELAS

La década de los años 50 a los 60 trajo muchas cosas agradables a Nicaragua y una en particular, el auge que tuvo la introducción de aparatos receptores de radio difusión y el establecimiento de estaciones difusoras de radio tanto en Managua como en León.
En mi temprana infancia recuerdo cuando nos mudamos de la casa frente al Instituto Nacional de Occidente, dos cuadras hacia el norte a esa calle por donde pasaba la Nena Zepeda, donde se presentaban las manifestaciones paranormales de la casa de la familia Jerez, donde la señora Saborío se daba el gusto de destrozar la honra de todo León y sus comarcas, etc.
Frente a esa nueva casa donde habitamos vivía el señor René Herdocia junto con su esposa Alma Giammatei, una dama muy bella y que desgraciadamente murió aun joven a causa de la Leucemia que en esa época no tenía cura.
Alma G de Herdocia tenía un aparato receptor de radio, quizás el primero que conocí, el cual ponía con el volumen del audio al máximo con aquellas canciones de Julio Jaramillo o de la Sonora Matancera, pero además, las novelas que se trasmitían desde Managua por Radio Mundial.
A fuerza los vecinos teníamos que escuchar las novelas y la música y poco a poco los temas de esas novelas se fueron volviendo tema de conversación obligado en las visitas nocturnas que se hacían entre si los vecinos de la cuadra y en el caso particular de mi familia eran infaltables que a eso de las 7 de la noche llegaran el señor René Herdocia, sus hijos mayores, la señora Ofelia Jerez con su hija Nidia, una amiga muy cercana a la familia que se lamo Matilde Rosales y muchas personas más cuyos nombres se pierden en la bruma del tiempo, eso sí, el tema de conversación ,además de la política nacional, era obligatoriamente el de las radio novelas de la noche y los programas de serie y noticias que se escuchaban, por el radio de doña Alma, todos los días. En esas pláticas se solidarizaban con tal o cual personaje, odiaban a la o el villano
de la novela, se proponían acciones que los sufridos
protagonistas deberían haber adoptado, etc.
En el año 1956, siendo muy niño, pedí al niño Dios que de
regalo de Navidad quería que me trajera una radio para
escuchar la música y las novelas. Qué sacrificio haría mi
familia para comprar ese aparato no lo sé, pero sí recuerdo
muy intensamente cuando unos días antes del 24 de
Diciembre, cuando León huele a flores de Pastora, Madroño y
Sardinillo, me llevaron a un almacén, el primero y único en
León, donde vendían los radio receptores con el objetivo de
que el Niño Dios supiera cual aparato yo había seleccionado.
Aun hoy puedo recordar muy intensamente cuando
ingresamos a ese almacén. Mis ojos de niño se abrieron
desmesuradamente al ver todos los modelos (no han de haber
pasado de cinco o seis) que habían en exhibición. Eran unas
cajas de madera de regular tamaño con botones al frente, un
vidrio (dial) iluminado que era una maravilla y el sonido fuerte y
sonoro que se emitía desde la radio Mundial de Managua. Aun
puedo sentir el olor a caucho nuevo de esos aparatos. Muy
emocionado escogí una radio de mediano tamaño marca PYE
cuya caja era beige con café y un gran y maravilloso dial donde
están señaladas todas las frecuencias y le dije a mi madre que
ese era el aparato que quería me trajera el Niño Dios.
Aquel 24 de Diciembre me enviaron a dormir muy temprano
para que el Niño Dios pudiera venir a ver si era posible que
concediera mi deseo y con esa belleza de la inocencia infantil
me dormí con la ilusión de que al despertar el día de Navidad
se hubiera cumplido mi petición.
El amanecer del 25 de diciembre no lo olvidare jamás. La voz
de mi madre y junto a ella toda mi familia me llamaban para que
despertara. Abrí los ojos y junto a mi cama en una mesita,
estaba la radio marca PYE que le había pedido al niño Dios. Mis
ojos estaban desorbitados y el corazón no cabía en mi pecho
de tanta alegría. Al fin tendríamos una radio en casa para
escuchar música, las novelas y todo lo que se pudiera oír por
la misma.
Salté de la cama y pedí a mi madre que conectáramos la radio
para escucharla y así lo hizo pero que decepción, solamente se
escuchaba el ruido de la estática y no se podía sintonizar ninguna estación. ¿Qué hacer? Bien, llamar a quien tenía un aparato similar en la cuadra y era Don René Herdocia pero cuando mi abuela se disponía ir a llamarle él ya estaba en la puerta de mi casa con una escalera, alambre, dos de sus hijos y no sé cuantas cosas más.
Las personas en ese tiempo procuraban que los niños mantuviéramos la inocencia y la excusa que el dio para llegar con todo ese apertrechamiento técnico era que había visto entrar al Niño Dios a la casa de mi familia cargando una radio y como buen vecino el llegaba a instalar la “antena” en el techo de la casa porque sin antena la radio no funcionaba y manos a la obra subió a sus hijos al tejado, trabajaron un rato y bajaron una línea al sitio donde se había ubicado, en el comedor, el aparato de radio y la conectaron a la parte trasera del mismo.
Con mucha sobriedad y asumiendo un aire de satisfacción el señor Herdocia dio la orden.”Enciendan la radio” y…..maravilla de inmediato mi abuela dio vuelta al botón de encendido, pasaron unos segundos y luego lo primero que escuchamos fue: “Esta es YNW, Radio Mundial, trasmitiendo desde Managua, Nicaragua”. Un grito de júbilo salió de nuestras gargantas.
Me dí a la tarea de explorar que otras emisoras escuchaba en ese aparato y de inmediato localice a Radio Darío y Radio Philips que trasmitían desde León, después de esas tres radio emisoras sólo se escuchaba el ruido de la estática pero para mí era suficiente. No comprendía la tecnología de cómo se podía escuchar todo eso por esa caja pero con escucharla era suficiente.
Desde ese día todo cambio por medio de la radio. Escuchábamos las noticias de la Radio Mundial emitidas por Joaquín Absalón Pastora en un noticiero llamado “La Verdad” y luego otro noticiero emitido por el señor Rodolfo Tapia Molina el que se llamaba “Radio Informaciones” y que creo aun se trasmite pero en otra radio. Al medio día escuchábamos el programa “Un Matrimonio Feliz”. El elenco del Matrimonio Feliz estaba conformado por grandes actrices y actores como Aura María Ruiz que
personificaba a Tencha Tamales, la vecina metiche de doña Robustiana Roncafuerte, personificado por Carmen Martínez y José María Morales «Pascual Tibio» quien encarnaba al sufrido y rabo verde esposo de Robustiana don (Cándido Suave) y don Terencio Canales, amigo y alcahueta de don Cándido. Posterior a este programa y antes del noticiero “Radio Informaciones” se trasmitía la serie “Los Tres Villalobos” que causaba verdadero furor en Nicaragua y por las noches las deliciosas novelas que hacían que familia y vecinos nos juntáramos a la radio y escucháramos cada trama y cada novela ejercitando la imaginación de una forma increíble porque cada quien se imaginaba como era cada personaje, las casa por medio de la magistral narración que hacían de cada capítulo voces como las de Joaquín Absalón Pastora, Rodolfo Tapia Molina, Fabio Gadea Mantilla, Sidar Cisneros y otros. 1956 en adelante, fue la época de oro de YNW, Radio Mundial y cada radio novela era un éxito no solo por la excelente dirección artística que hacia el recordado profesor Julio Cesar Sandoval, sino que, también por las excelentes interpretaciones que hacia el “Cuadro Dramático de Radio Mundial”, a como se identificaban y que estaba integrado por José Dibb Mc Connel, Martha Cansino, Aura María Ruiz, Blanca Amador, Sofía Montiel, Esperanza Román, Naraya Céspedes, Carmen Martínez, José Castillo Osejo, Pastora, Tapia, Cisneros y perdón por sí omito alguno o alguna persona perteneciente a tan selecto grupo de actores y actrices. Cuántas novelas desfilaron desde entonces por ese maravilloso receptor de radio que me trajo el Niño Dios?, una gran cantidad, pero puedo recordar entre otras Kadir El Árabe, Renzo El Gitano, El Derecho de Nacer, Yo compro esa mujer, Collar de Lagrimas, Un Reino Para Tu Amor, entre otras muchas. Las noches en mi casa familiar nunca volvieron a ser las mismas, comenzaban con escuchar las novelas y luego los interminables comentarios de la familia y las amistades que se reunión conversando cada situación que presentaba el capítulo
escuchado y especulando como sería el siguiente y como actuaria tal o cual personaje de cada novela escuchada. Eso sí, después de las novelas y la tertulia con los vecinos nadie se acostaba en casa sin rezar el Santo Rosario. Mi abuela Ernestina murió en 1958 y con ese gran suceso el aparato de radio PYE se quedó callado por dos años debido al riguroso luto familiar. Mi radio, mudo y muerto como un canario que había dejado de cantar y yo aunque adoraba mi abuela Tina contaba los días que faltaban para que se terminara el luto y volver a escuchar la radio. Una cosa es muy clara y precisa, quienes escuchamos cada una de esas novelas desarrollamos una gran habilidad mental para imaginarnos escenarios, características de los personajes, físico, sentimientos y pasiones. La radio abría la mente y aun la abre a todo aquella persona que la escucha obligándolé a pensar y analizar situaciones desde diferentes perspectivas, es decir, agiliza y despierta la mente del radioescucha. Mi radio PYE sobrevivo al terremoto de 1972 y la guerra de la década de los años 80. Un día ya muy viejo, con su carcasa muy corroída por el tiempo, sus bulbos o “tubos” sin repuestos le tuve que organizar un funeral. Una carroza fúnebre, con grandes letras que decían “Alcaldía de Managua” lo llevo con rumbo a la chureca o basurero municipal de esta capital. Ojala que mi radio PYE se encuentre en el cielo que papa Dios tiene reservado para los aparatos de radio.
Marvin Gadea
Agosto 2011

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