El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

viernes, 5 de agosto de 2011

FALSO DE TODA FALSEDAD

Dedicado a las víctimas de la intolerancia.

La penalización del aborto terapéutico de parte del gobierno de Daniel Ortega obedece a intereses políticos y jamás a una postura basada en la moral. Lo hizo para congraciarse con la Iglesia Católica por motivos meramente electorales y demagógicos y para terminar de conquistar al cardenal Obando y Bravo para su causa y a su

Servicio.

¿A quién se le puede ocurrir que un gobierno de ateos materialistas, enemigos de la vida y de la Iglesia Católica, vaya a aprobar una medida a todas luces anacrónica y propia del Medioevo?

Por el otro lado, la posición oficial de la Iglesia Católica contra toda forma de aborto, es una medida falsa desde que la toman en nombre de la vida. La Historia es el mejor testigo del desprecio total que la Iglesia Católica tuvo por la vida humana. Testigo de ello son las cruzadas organizadas, financiadas y bendecidas por el Papa, representante de Cristo en la tierra, cuya única finalidad era asesinar a los musulmanes en las tierras por donde anduvo Jesucristo. Si quieres ganarte el cielo, mata a un infiel, era la divisa preferida de los salvajes cruzados, que en nombre de Dios le cortaban la cabeza al moro que tuvieran a su alcance.

Cuando las cruzadas perdieron la batalla por la recuperación de Jerusalén y cayeron en el olvido, fueron sustituidas por la temible “santa” inquisición, antepasada de la doctrina fascista del nazismo con sus cámaras de gas y sus crematorios que esparcieron las cenizas de millones de judíos por toda Europa.

Los primeros exterminadores fascistas fueron los inquisidores de la edad media, con Torquemada a la cabeza, digno antepasado de Adolf Eichmann, el planificador de la Solución Final, en el exterminio de los judíos de Europa.

Lo que Eichmann hizo con gas y fuego en el Holocausto, Torquemada lo hizo con leña y fuego en la Inquisición. Ambos contra los judíos, ambos por fanatismo, el uno político y el otro religioso, pero con una meta común: El aniquilamiento de una raza.

No contentos con las muertes en las hogueras del fanatismo religioso, continuaron con la pesadilla del exterminio, esta vez contra los inocentes indígenas que poblaban las tierras descubiertas por los españoles, conquistadas por los españoles y colonizadas por los españoles, la majestuosa América, cuyo suelo fue regado con la sangre de sus pobladores, solo porque no creían en el mismo Dios de los españoles y hablaban lenguas extrañas.

El movimiento independentista que surgió por toda América, terminó con el martirio de los indígenas y nuevos vientos empezaron a soplar por las tierras sufridas. Las cosas no se hicieron como los próceres soñaron que se harían, porque el poder cayó en manos de los ambiciosos criollos que siguieron tratando al indígena como esclavo, pero por lo menos no lo exterminaban como lo hicieron antaño.

La Iglesia Católica tiene malos precedentes con respecto al amor y respeto por la vida humana, como para erigirse ahora en los abanderados del amor por la vida, sin embargo, para poder satanizar el aborto en todas sus formas con visos de autoridad, tienen que echar al olvido toda las cenizas esparcidas por el viento y toda la sangre consumida por la tierra. Pero no lo logran porque no se puede negar la Historia.

Por eso dije que todo es falso: Falsa la penalización del aborto terapéutico, porque la intención con la que se hizo es falsa y falso el amor a la vida humana que la Iglesia Católica dice tener, porque la Historia la acusa de lo contrario.

El aborto sin razón es despreciable y condenable, pero el aborto por razones médicas que dicen que la vida de la madre está en peligro por un embarazo que no se va a lograr, es comprensible y necesario.

El aborto es una decisión personal entre Dios y los hombres, jamás con un gobierno corrupto, o con una iglesia que se quedó anclada en la edad media.

Jorge J Cuadra V

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