El diario granadino EL CORREO (1913-1934), fué fundado por quien fuera su Director, Carlos Rocha Avellán y es sobre todo recordado por haber dado acogida a las publicaciones literarias del Movimiento de Vanguardia, "Rincón de Vanguardia" y "Página de Vanguardia", a cargo de Pablo Antonio Cuadra Cardenal y Octavio Rocha Bustamante, hijo éste último de don Carlos y padre de Luis Rocha Urtecho, quien, junto con su nieto Luis Javier Espinoza Rocha, retoman hoy "El Correo Nicaragüense"; un blog pluralista, que agradece la reproducción de su contenido.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Squier y el dragado de El Colorado


*Nicaragua está siendo expuesta innecesariamente a encontrarse en una situación embarazosa ante la Corte Internacional de Justicia.

Luis Gutiérrez C, ingeniero civil | 12/12/2010


“El río San Juan desagua en el mar por varias bocas. A unas veinte millas de su desembocadura despuntan sus brazos formando una delta baja que se ramifica en numerosos caños y charcos. El Colorado, que es su principal brazo, arrastra por lo menos las dos terceras partes del caudal del San Juan y desemboca en el océano unas diez o quince millas al sur del puerto. A la entrada tiene una barra impracticable que cierra el paso a los barcos grandes, aún cuando la profundidad de aguas arriba permite la navegación; el vaporcito Orus, después de repetidos intentos logró franquearlo el pasado agosto”.

Cuando el autor de este párrafo se refiere al “pasado agosto”, no se refiere al agosto del 2010, sino al de 1848, cuando él, Efraím G. Squier, llegó a San Juan del Norte, procedente de Nueva York. Squier continúa su narración diciendo: “Tiene también otro riachuelo llamado Tauro (sic) que desagua en el mar entre el puerto y la boca del Colorado. El brazo que desemboca en la bahía, y por el cual pasan los barcos que van y vienen, lleva unicamente algo así como una tercera parte del agua del río. Este tiene una barra en la desembocadura, es decir, en su punto de desague en la bahía, que cuando está baja la marea no da más de tres a cuatro pies de profundidad”.

Las condiciones en que Squier encontró el Río San Juan en 1848, no difieren en nada, o en mucho, de las condiciones que observamos en este momento. La pérdida de caudal que sufre el San Juan en la bifurcación del Colorado, ya ocurría hace 160 años, y no puede atribuirse a ninguna operación posterior de dragado en el Colorado, como nos gustaría creer y como se intenta explicar en el Libro Blanco.

La barra de arena que cierra la bahía también ya existía en esa época y limitaba a tres o cuatro pies el calado de los barcos que podían penetrarla. Los conocedores de los procesos costeros podrían explicarnos que la arena limpia que forma la barra, y que vemos en las fotografías que publican los diarios; proviene de la costa del mar y no del río y que es precisamente esa barra de arena la que impide que los sedimentos lodosos que transporta el río descarguen en el mar; y hace que se depositen dentro de la bahía, como lo muestra claramente nuestro mapa oficial de 1965.

A juzgar por los argumentos que nuestro Gobierno ha estado explicando públicamente; Nicaragua está siendo expuesta innecesariamente a encontrarse en una situación embarazosa ante la Corte Internacional de Justicia y ante la comunidad diplomática; por no haber estudiado cuidadosamente los levantamientos topográficos contenidos en las Actas de Alexander y por no haber leído el libro de Squier (1) antes de escribir (y distribuir) el Libro Blanco.

(1) E. G. Squier. “Nicaragua, sus Gentes y Paisajes”, 1860

No hay comentarios:

Publicar un comentario